José Manuel Maza, Fiscal General del Estado, en su comparecencia de ayer en el Congreso
José Manuel Maza, Fiscal General del Estado, comparecía ayer en el Congreso rodeado de un aluvión de críticas. Críticas por las designaciones y destituciones en el ministerio Fiscal y críticas por el criterio seguido en supuestos delitos de corrupción política. Pero en su intervención ante la comisión de Justicia de la Cámara Baja, a Maza le costó dar respuestas concretas y, básicamente, se limitó a reivindicar la independencia y objetividad de la Fiscalía respecto el poder Ejecutivo.
Planeaba sobre la sala la información que publicaba El Mundo hace dos días sobre la renuncia de la anterior Fiscal General, Consuelo Madrigal, por no ceder a las presiones del ministro de Justicia, Rafael Catalá, a la hora de designar a nuevos responsables de la Fiscalía Anticorrupción y de la Fiscalía de la Audiencia Nacional. Y a pesar de que Madrigal no ha querido hacer declaraciones al respecto, la sombra de la sospecha estuvo presente durante toda la comparecencia de Maza.
A medida que avanzaba la primera intervención del Fiscal General la oposición se iba removiendo en sus asientos. PSOE y Ciudadanos, los dos grupos que impulsaron la comparecencia de Maza, no daban crédito. El recién nombrado Fiscal General se limitó a repasar el Estatuto que rige la Fiscalía del Estado y algunos artículos de la Constitución, para demostrar que en nuestras leyes está bien definida “la imparcialidad de la Fiscalía, que es la clave de bóveda. Se necesita autonomía total del ministerio Fiscal. Y les puedo asegurar que, desde que se inició la etapa democrática, hemos dejado de ser completamente un órgano de transmisión entre el Gobierno y la Justicia. Los fiscales solo rinden cuentas a sus superiores”, remachó Maza. No sin antes, al más puro estilo Trump, arremeter contra “determinados medios de comunicación” que, según él, han publicado información incorrecta sobre cuestiones como la destitución del Fiscal Jefe de Murcia tras intentar éste abrir diligencias contra el presidente murciano.
Maza defendió además su capacidad para intervenir en cualquier caso que le traslade un fiscal y aseguró que el criterio seguido en casos de corrupción es la investigación exhaustiva de todos ellos, implique a quien implique, especialmente en casos de corrupción política y económica.
Nada nuevo bajo el sol. La oposición, encabezada en este caso por el PSOE, salió en tromba. “Esperábamos más, mucho más – espetó el portavoz socialista, Juan Carlos Campo – El pasado mes de noviembre, cuando usted compareció en esta misma comisión a raíz de su nombramiento, ya le dije que recelábamos de su designación. Los peligros que temíamos ahora nos han saltado a la cara. La carrera fiscal está estupefacta: la Asociación de Fiscales Progresistas nos cuenta que las recientes destituciones en el ministerio Fiscal acaban con la independencia de la Fiscalía”.
A Maza no le quedó más remedio que concretar un poco más en su segunda intervención. Negó cualquier “purga” en los nuevos nombramientos dentro del ministerio Fiscal y aseguró que los cambios han sido mínimos. Y respecto a la orden que dio para impedir la imputación del presidente murciano, Maza reveló que lo hizo atendiendo a los informes de la Secretaría Técnica que le asiste y a las propuestas de los cuatro principales fiscales del Tribunal Supremo. Sobre el presidente de La Rioja (otro de los casos de presunta corrupción política en los que la Fiscalía debe pronunciarse), Maza negó que haya dado ninguna indicación para impedir su imputación, tal y como publicaban también algunos medios, y que la causa sigue abierta.
