Ted Murphy, Socio Administrador en Baker McKenzie Washington y Adriana Ibarra, Socia de Baker McKenzie México.
El presidente Trump anunció que, a partir del 10 de junio de 2019, los Estados Unidos impondrán aranceles adicionales a todos los artículos importados a los Estados Unidos desde México (vía terrestre, marítima o aérea) en un calendario ascendente hasta que México haga mayores esfuerzos para detener el flujo de migrantes ilegales a los Estados Unidos. Si bien esta declaración es una amenaza de una acción a futuro, si no se hace lo suficiente, podemos esperar que estos aranceles sí se impongan y se mantengan hasta que el Presidente Trump esté convencido de que México está esforzándose más.
Este es otro ejemplo de que el presidente Trump utiliza los estatutos comerciales de Estados Unidos de manera expansiva y sin precedentes. El presidente Trump ha demostrado estar dispuesto a llevar la situación al límite, pero ¿dónde termina eso? ¿Es el cambio climático un riesgo de emergencia o seguridad nacional que justifica la imposición de aranceles adicionales? ¿Qué tal un déficit comercial en sí? Eventualmente, el Congreso podría (intentar) intervenir y establecer algunos parámetros en torno a estas disposiciones. Mientras tanto, los negocios se enfrentarán a una gran incertidumbre y todos tendremos que estar atentos a nuestras cuentas de Twitter (y esperar).
También es importante tomar en cuenta que los aranceles adicionales serán pagados por los importadores de Estados Unidos. Debido a que gran parte del comercio entre México y Estados Unidos se da entre partes vinculadas (por ejemplo, en una fábrica de ensamblaje o una maquiladora/IMMEX que produce artículos importados a Estados Unidos por una matriz/filial estadounidense), los aranceles serán asumidos por los intereses de los Estados Unidos «.
«Creo que el anuncio (…) es un mensaje muy negativo para las comunidades empresariales y los consumidores de ambos países, ya que un aumento de los aranceles afectará a la importación tanto de materiales como de productos terminados.
También es una señal contradictoria con respecto al proceso de ratificación del T-MEC, porque el Senado de la República en México no aprobará el acuerdo sabiendo que es posible que todos nuestros bienes estén sujetos a aranceles, lo que violaría no sólo los principios de la Organización Mundial del Comercio, sino también los del TLCAN y del T-MEC. Espero que la visita de altos funcionarios del gobierno mexicano a Washington pueda ayudar a resolver este asunto, separando la crisis de la inmigración del comercio. El TLCAN ha ayudado a mejorar la calidad de vida en México y, por lo tanto, el aumento en los aranceles tendría un efecto negativo que también puede aumentar el flujo ilegal de inmigrantes mexicanos a los Estados Unidos».