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España y el informe de piratería de Estados Unidos
MADRID, 13 de MAYO de 2013 - LAWYERPRESS

Por Miguel Recio Gayo, Socio fundador de Global Data Protection Consulting

Miguel Recio Gayo, Socio fundador de Global Data Protection ConsultingAlguien me pidió que le explicara con un símil fácil de entender el significado del informe “Special 301” publicado el pasado 31 de mayo de 2013 por la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (Office of the United States Trade Representative, USTR).

La verdad es que le tuve que decir que se parece al Festival de Eurovisión, pero al revés, porque en el informe del Representante Comercial de los Estados Unidos aparece más arriba en el ranking el que más desafina (en materia de propiedad intelectual), si bien a semejanza del festival europeo, depende de varios factores.

Por segundo año consecutivo, podemos celebrar que no aparecemos en la lista, lo cual quiere decir que hemos conseguido de nuevo el éxito de haber dado con la melodía adecuada, aunque debemos estar alerta porque parece que seguimos estando nominados a ser incluidos en la misma si desafinamos.

En lo que se refiere al informe, debemos ser conscientes de lo que supone, ya que no ser considerado como país pirata en materia de propiedad intelectual nos permite sacar pecho y ayuda a reforzar nuestra imagen social y empresarial, ya que suma puntos en la consolidación de la marca.

No cabe duda de que proteger la propiedad intelectual y demostrar que las medidas son efectivas ayuda a las empresas a prestar servicios más allá de nuestras fronteras y a atraer negocio e inversión.

Por lo que se refiere a la elaboración del informe, cuya decisión última corresponde al gobierno de los Estados Unidos, es necesario tener en consideración que éste escucha la opinión de diferentes grupos del sector privado que representan a diversas empresas estadounidenses que desarrollan activos intangibles o contenidos protegidos por derechos de propiedad intelectual o industrial, tales como música, películas o software, entre otros.

En concreto, este año la voz que representa al sector privado recomendó que España fuera incluida en el grupo de países que requieren vigilancia (en inglés, “Watch List”), junto con otros países tales como Brasil, México, Canadá, Grecia, Israel o Italia, por citar algunos.

Finalmente no ha sido así y la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos ha decidido no incluirnos, lo cual es una buena noticia, máxime cuando actualmente Estados Unidos y la Unión Europea negocian un acuerdo comercial en el que la defensa de la propiedad intelectual es una de las cuestiones torales.

No obstante, el informe señala que resulta preocupante, además de otras cuestiones específicas, la piratería en Internet en nuestro país, por lo que llevará a cabo un análisis de las medidas concretas que se adopten para luchar contra la misma.

Quizás es hora de recordarle a Estados Unidos que los problemas de la piratería en Internet no nos son ajenos y que precisamente fue el Juzgado de lo Mercantil nº 5 de Madrid, mediante auto de 13 de junio de 2006, el que planteó una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la interpretación de diversas Directivas europeas y en particular sobre si “¿permiten a los Estados miembros restringir al marco de una investigación criminal o para la salvaguardia de la seguridad pública y de la defensa nacional, con exclusión, por tanto, de los procesos civiles, el deber de retención y puesta a disposición de datos de conexión y tráfico generados por las comunicaciones establecidas durante la prestación de un servicio de la sociedad de la información, que recae sobre los operadores de redes y servicios de comunicaciones electrónicas, proveedores de acceso a redes de telecomunicaciones y los prestadores de servicios de alojamientos de datos?”.

Y también es hora de adoptar medidas que demuestren que todos nuestros jueces, cuando juzgan, lo hacen sobre la base de sólidos conocimientos en materia de propiedad intelectual y que tanto ellos como otros operadores jurídicos entienden las implicaciones que tiene la vulneración de derechos de autor, en el entorno electrónico y fuera del mismo.

Esto nos debe llevar a seguir trabajando, ya que la piratería de la propiedad intelectual es uno de esos problemas que nos toca a todos porque con nuestra actuación, ya sea denunciándola o adoptando medidas para evitarla, podemos aunar esfuerzos que permitan que sigamos estando fuera de la lista.

Y ojalá, la “hoja de ruta” a la que se refería nuestro Ministro de Cultura en relación la publicación del informe, contenga las notas que permitan componer una melodía adecuada contra la piratería, que también afecta a los emprendedores y a las empresas españolas que necesitan de protección contra la infracción de su propiedad intelectual.

Esperemos, por tanto, que el próximo año se repita la situación e incluso que no seamos ni siquiera mencionados en el informe, salvo para que nos den la enhorabuena por las medidas adoptadas para luchar contra la piratería de la propiedad intelectual y ser ejemplo a seguir por otros países alrededor del mundo.
 


 
 

 

 






 



 

 
 

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