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Por Francisco Bonatti, socio director Bonatti Defensa Penal
Hace ya unos días, y dentro del programa de sesiones que venimos desarrollando en nuestro despacho, tuvo lugar una interesante charla-coloquio acerca de los Correos Electrónicos y lo que “encierran” en sí mismos. La charla estuvo a cargo de Rafael López, vicepresidente de la ACPJT (www.acpjt.cat) y experto en nuevas tecnologías quien se fijó como objetivo mostrar a los asistentes cuál es el verdadero potencial de los correos electrónicos y qué se puede obtener de ellos. A todos nos quedaron bien claros dos mensajes: - No aceptar jamás en un proceso judicial un correo electrónico que perjudique nuestros intereses o del que tengamos dudas o sospechas si éste sólo se presenta en formato papel. El papel es fácilmente manipulable y puede aportar una prueba que no se ajuste a la realidad, de modo que es recomendable impugnar el papel y solicitar para su análisis la versión electrónica, ya que es muy posible que no la tengan o que el análisis forense permita descubrir cosas interesantes a vuestro favor. - Si presentamos un correo electrónico importante o especialmente vinculante, junto la versión en papel (más práctica de manejar) es aconsejable presentar el correo en versión electrónica y certificada su autenticidad por un perito, evitando así que el correo pueda ser rechazado o impugnado por la parte contraria. La charla se desarrolló entorno a la concienciación de las posibilidades que ofrece el análisis forense de los correos electrónicos por parte de peritos tecnológicos, mostrando qué información se puede obtener a partir de los tres elementos que habitualmente son objeto de análisis: 1.- El Flujo: Información obtenible sobre quienes participan (emisores y receptores), cómo se detectan los destinatarios ocultos, que información se puede obtener del correo en el puesto emisor y en el receptor, cómo se identifican las máquinas y servidores por los cuales ha pasado el correo, cómo geolocalizar los servidores. Uno de los aspectos de mayor interés fue la explicación que nos dio sobre cómo se trata de disimular la verdadera geolocalización, ofreciendo una geolocalización falsa para disimular el origen del emisor, lo que resulta muy frecuente en según qué tipo de estafas urdidas desde internet. 2.- El Mensaje: Cuál era el texto original, manipulaciones detectadas, en qué punto de la transmisión ha podido ser manipulado, verificar la coherencia temporal de los mensajes. 3.- El Contenido: Ficheros adjuntos, virus camuflados, direccionamientos intencionados, listas ocultas. Entre las curiosidades tratadas a lo largo de la charla, se comentó lo fácil que resulta crear un virus “casero” con la extensión .bat que es una bomba lógica que destruye todo el contenido del disco duro C del ordenador del receptor, siempre que ambos ordenadores sean usuarios de windows XP. También se analizaron algunas web que permiten enviar mails anónimos sin dejar rastro. Como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones en que hemos contado con la colaboración de los expertos de la ACPJT, la charla se mantuvo sin exceso de tecnicismos, en un lenguaje que permitió a los asistentes conocer aquellos aspectos relevantes que les ayuden a decidir cómo reaccionar frente a la presentación en juicio de correos electrónicos, qué se puede obtener de ellos y a qué tipo de profesionales se han de dirigir para realizar las pruebas necesarias a fin de demostrar su falsedad o revelar sus debilidades y, al mismo tiempo, actuar a favor de los correos electrónicos propios reforzando su validez probatoria con su autenticidad contrastada. Como siempre, la sesión terminó con un animado debate entre los asistentes.
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