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Otra vez sobre el delito de aborto

MADRID, 11 de MAYO de 2013
 

En la etapa de la dictadura del general Franco me pronuncie, de forma bastante completa, sobre el delito de aborto. También lo hice entonces sobre la pena de muerte.
Vigente el llamado Estado de las autonomías también lo he vuelto hacer en varias ocasiones, tanto sobre uno, como sobre otra, siempre en el mismo sentido y no he cambiado personalmente de opinión, a pesar de los pesares siempre también en ambas etapas políticas por las que ha atravesado España, y siempre de forma crítica. A pesar de la actitud, seriamente represiva, del Código penal de la Dictadura del general Franco, en el Curso internacional de criminología que se celebró en Madrid por los años cincuenta y tantos del siglo pasado se puso de manifiesto, por varios destacados médicos forenses, que la cifra negra criminológica del delito de aborto era sumamente elevada, cuanto menos de ciento de miles de abortos voluntarios anuales. Esa cifra me aterró y me hizo exclamar de palabra y por escrito que en la católica España, se estaba practicando un autentico holocausto criminal totalmente impune en materia de abortos.
La verdad es que siempre ha existido, con mayor o menor represión jurídico-penal, una altísima cifra de impunidad y solo se venía a castigar, a la hora de la verdad, casos muy exageradamente notorios o de pésimo y rustico curanderismo, que finalizaba, lamentablemente, con la muerte de la mujer embarazada. Curiosamente se prefería morir a tener un hijo, después, como sucede siempre, solo morian las que no tenían dinero para pagarse un viaje a Inglaterra en donde estaba liberalizado el aborto, con la condición de ir con el dinero por delante. Los ingleses siempre tan pragmáticos.
Pero, eran ciento de miles los abortos, como ahora, que de forma clandestina entonces y voluntariamente se producían en España. No voy a entretenerme hoy en las causas ni sociales ni políticas ni de ninguna clase pues eso lo dejo para los historiadores.
Ahora me voy a referir, a que, como no!, otra vez esta, en trance otra reforma penal del tratamiento jurídico del delito de aborto. Era, hasta cierto punto lógica y natural que, en este tema, no permaneciera impasible un partido de derechas, como se dice, y que no lo corrigiera la plana al PSOE.
Yo no estoy de acuerdo ni con uno ni con otro, pues parto de unos principios que para mi no se han visto modificados y ya a estas alturas de mi vida no voy a modificar. Son los mismo que he mantenido siempre porque científicamente no ha habido, ninguna modificación esencial en torno a la condición y valoración científico médica de lo que es el aborto: el aborto ha consistido siempre en la destrucción o muertes del feto. El feto no es más que un embrión humano con vida biológica humana. No es por tanto, una simple víscera que pertenezca en exclusiva a la embarazada. Es algo más. Es un objeto, por hablar en términos técnicos jurídico, que constituye, nada menos que un embrión humano y que como tal tiene que ser tenido y protegido. Cuando se realiza un aborto voluntario privándole de su vida humana embrionaria, no se está matando una cosa, ni un animal ni algo que no tenga vida biológicamente humana y esto se debe tener muy claro. El feto no es un tumor inerte que se encuentra dentro del vientre materno. Pero ello no significa que pueda o deba jurídicamente ser tratado como una parte del vientre de la madre, como en su día creyeron los romanos. Insisto: tiene una vida propia que no pertenece a otra persona sino que dependerá de él cuando alcancé esa condición y forma de persona humana.
Pero, antes se me presenta como intangible e intocable y que debe ser protegido y respetado incluso por el Derecho penal. La antinomia en la que se incurren por algunos políticos son claras. Una posición mantiene cuando están en lo oposición y otra muy diferente cuando están en el gobierno, por lo menos en España a mi juicio, se ha jugado excesivamente, de forma por demás demagógica y por demás hipócrita y superficial y frívola, sumamente falsa, con la cuestión del aborto, lo que no es frecuente en un país como España en el que la hipocresía y la manipulación da mucho de si en todos los ordenes de la vida.
No conozco ni he estudiado el proyecto de Ley de reforma del aborto. Espero que tenga tiempo para ello en su día.
De toda forma no deja de sorprenderme que de manera, vanamente ufana, el actual Ministro de Justicia diga en los medios de comunicación “que es la primera vez en la historia de España que la ley de reforma del aborto no tendrá pena privativa de la libertad para la madre porque también es una victima del aborto”. Y entonces qué?.
Yo ya no entiendo nada en este juego abortista –antiabortista pero sin pena. El temor a ser calificado de antiabortista y figurar como un advenedizo progresista, expresando desde la derecha su mala conciencia errática no lo entiendo. Ni de broma, ni en serio. Me parece un juego con muy poco sentido y muy escasa seriedad. El tiempo ya dirá lo que tenga que decir.
Cuando vea y estudie el proyecto de Ley convertido en Ley Orgánica espero yo también tener oportunidad de decir algo.


Manuel Cobo del Rosal, Catedrático de Derecho Penal y Abogado.

 


 





 


 

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