Acaso,
el
mejor
elogio
que
quepa
hacer
de
un
libro
es
el
de
afirmar
que
sabe
lo
que
el
lector
siente;
que
revela,
el
libro,
de
un
modo
ordenado,
claro
y
elocuente
aquello
de
que
trata
y
que
el
lector
conocía,
o
mejor,
intuía,
pero
de
un
modo
confuso
y
atropellado.
El
libro
se
erige
así
en
un
plano
y
guía
para
poder
captar,
interpretar
y
terminar
comprendiendo
una
porción
del
mundo,
de
la
que
solo
tenía
barruntos.
Este
criterio
de
medida
del
valor
de
un
libro,
de
cualquier
libro,
se
aplica
por
entero
a
este
que
ha
elaborado
y
editado
la
Fundación
ONCE,
a
saber:
Observatorio
de
la
Accesibilidad
Universal
de
la
Vivienda
en
España
2013.
El
Observatorio
objeto
de
esta
reseña
es
una
publicación
valiosa
y de
mérito
porque
nos
dice
a
las
claras
algo
que
sabíamos,
por
haberlo
aprendido
–la
letra
con
sangre
entra–
en
la
severa
escuela
de
la
experiencia
más
negativa,
pero
lo
conocíamos
de
aquella
manera,
sin
orden
ni
concierto,
que
la
accesibilidad
a
las
viviendas
en
España
es
una
cuestión
pendiente,
un
asunto
abierto
que
no
hemos
sido
capaces
de
cerrar
como
sociedad
y
como
país,
en
casi
cuarenta
años
de
vida
democrática.
Este
estudio
nos
confirma
un
pálpito,
un
amago
de
certeza,
firme
pero
oscura,
el
de
haber
fracasado
como
colectividad
organizada
en
la
garantía
para
toda
la
ciudadanía
–incluidas
las
personas
con
discapacidad
y
las
personas
mayores–
de
algo
tan
básico
como
el
ejercicio
del
derecho
a
una
vivienda
digna.
Nuestro
parque
de
viviendas
no
es
digno
por
la
acusada
ausencia
de
condiciones
de
accesibilidad
que
padece,
y
sigue
padeciendo
tantas
décadas
después.
Los
datos
y la
información
que
aporta
este
Observatorio
sobre
la
realidad
de
partida
que
estudia
es
en
muchas
ocasiones
estremecedora,
si a
las
frías
cifras
de
hogares
y
edificios
inaccesibles
y
con
barreras
se
les
pone
rostro,
la
cara
y
ojos
de
las
cientos
de
miles
de
personas,
con
discapacidad
y de
edad
avanzada,
que
ven
sistemática,
extendida
y
continuadamente
violados
sus
derechos
humanos
por
carecer
de
una
vivienda
digna.
Leyendo
este
estudio,
variamos
la
percepción
sobre
la
accesibilidad
de
la
vivienda
en
España,
y de
cuestión
abierta,
pasamos
a
pensar
que
se
trata
más
de
una
herida
abierta,
que
sigue
sangrando
a
borbotones,
y a
la
que
no
hemos
aplicado
más
que
curas
superficiales,
incapaces
de
detener
la
hemorragia.
Pero
con
ser
pertinente,
certera
y
amplia
la
información
analítica
que
proporciona
este
Observatorio,
me
quedaría
con
la
parte
conclusiva.
Es
más
que
bueno,
óptimo,
disponer
de
datos,
de
materiales,
de
juicios
exactos
sobre
la
realidad
que
sufrimos,
pero
no
solo
para
lamentarse,
para
dolerse
y
condolorse,
intransitivamente.
Sería
tan
triste
como
aquello
que
lloramos.
Es
preferible,
y
como
agente
político
del
movimiento
social
de
la
discapacidad
que
es
el
CERMI,
así
lo
haremos,
quedarse
con
las
conclusiones,
que
constituyen
la
mejor
base
para
plantear
y
precipitar
un
cambio
–el
de
un
entorno
construido
excluyente
a
uno
inclusivo–
a
todas
luces
inaplazable.
Luis
Cayo
Pérez
Bueno,
Presidente,
Comité
Español
de
Representantes
de
Personas
con
Discapacidad
(CERMI)
(Reseña
de
la
publicación
Observatorio
de
la
Accesibilidad
Universal
de
la
Vivienda
en
España
2013,
Fundación
ONCE,
Madrid,
2013).