Hace
un
mes
la
prestigiosa
revista
LAWYERPRESS
publicaba
una
relación
de
los
abogados
más
influyentes
en
las
redes
sociales
que
tomaba
como
referencia
el
índice
KLOUT.
Ya
un
año
antes,
el
diario
EXPANSION
publicó
un
artículo
similar,
donde
el
grado
de
influencia
se
determinaba
igualmente
a
través
de
esta
aplicación
y,
además,
el
número
de
seguidores
en
TWITTER.
Parece
ser
un
punto
común
en
el
sector
que
KLOUT
es
un
indicador
de
influencia
y
algunos
consultores
de
marketing
lo
refieren
a la
hora
de
diseñar
el
Plan
de
Marketing
y el
trabajo
en
redes
de
abogados
y
despachos.
La
experiencia
de
mi
relación
con
KLOUT
me
hace
difícil
comprender
por
qué
se
le
considera
un
índice
de
influencia
tan
relevante,
y
para
muestra
algunos
botones:
- El mes de junio de 2013 alcancé un índice superior de 62 que bajó en picado en otoño por el simple y mero hecho de hacer vacaciones en el mes de agosto y dejar publicar en redes durante 31 días.
- Igual ocurrió en las pasadas navidades: un descanso en redes sociales desde el día 21 de diciembre al 8 de enero y mi supuesta capacidad de influencia recibía otro duro castigo del Sr. KLOUT
- Durante el último semestre mi actividad en LINKEDIN se ha visto recompensada con notables aportaciones y recomendaciones de otros compañeros, gracias a debates de grupo y algunas publicaciones que además me han reportado actividad profesional. Sin embargo, en la métrica de KLOUT eso no ha tenido casi incidencia alguna.
- Un compañero me comenta cómo las felicitaciones de cumpleaños que recibió en su Facebook dispararon su índice de Klout
A
finales
del
año
2012
Pedro
Amador
escribía
en
su
blog
http://ow.ly/uFAzr
“Me
aburrí
de
Klout”,
un
artículo
donde
explicaba
las
carencias
que
- a
nivel
de
métrica-
tenía
KLOUT
en
aquellas
fechas,
apuntando
con
gran
criterio
que
POPULAR
poco
o
nada
tiene
que
ver
con
INFLUYENTE.
Como
citaba
a
Luis
Fernando
Martínez,
me
fui
a la
fuente
http://ow.ly/uFAMk
y de
él
aprendo
que
el
sistema
métrico
de
KLOUT
no
sólo
es
manipulable
con
relativa
facilidad,
sino
que
además
en
sectores
como
la
abogacía,
al
dar
poca
preponderancia
a
redes
como
LINKEDIN,
omite
elementos
de
gran
influencia
como
los
debates
en
sus
grupos.
En
el
Blog
de
la
comunidad
Marketingueros
se
acusa
a
Klout
de
fomentar
la
neurosis
y la
competencia
(
http://ow.ly/uFBRt
) y
Eleonor
Estévez
pone
en
relativa
duda
su
certeza
en
el
Blog
RoastBrief
(
http://ow.ly/uFC4h
) al
explicar
cómo
los
agregadores
de
contenidos
se
benefician
de
nuestro
trabajo
ya
que
el
travieso
Mr.
KLOUT
los
puntuará
a
ellos
y no
a
nosotros.
Otros
expertos,
en
cambio,
defienden
su
eficacia,
como
Julio
Aliaga
(
http://ow.ly/uFCfo)
quien
compara
el
índice
KLOUT
de
Belén
Esteban
y
Eduard
Punset
para
terminar
concluyendo
que
ambos
son
influyentes
sobre
sus
seguidores.
Recientes
campañas
de
marketing
han
favorecido
tratos
especiales
para
“influencers”
con
un
índice
de
Klout
alto
(viajes
inaugurales
en
VIRGIN
AIRLINES,
estrenos
de
locales
y
espectáculos,
asi
como
acceso
a
otros
eventos)
y es
cada
vez
más
habitual
que
uno
de
los
parámetros
que
se
tenga
en
cuenta
a la
hora
de
valorar
un
currículum
profesional
sea
el
índice
KLOUT.
El
mismo
día
en
que
escribo
esto,
Saül
Gordillo
redacta
una
columna
en
El
Periódico
de
Catalunya
donde
se
mide
el
conocimiento
de
los
candidatos
a
las
primarias
del
PSC-PSOE
a la
Alcaldía
de
Barcelona
por
el
índice
de
KLOUT
y el
número
de
seguidores
en
Twitter
(http://ow.ly/uFDNh)
Así,
para
unos
Mr.
KLOUT
se
ofrece
como
un
índice
lúdico
y
atractivo
que
nos
permite
de
una
forma
sencilla
medir
nuestra
“influencia”
en
las
Redes,
augurándonos
incluso
un
futuro
de
contratos
de
trabajo,
viajes
gratis
y
barras
libres
a
cambio
de
saber
conseguir
- y
mantener-
un
alto
índice
de
popularidad
y,
para
otros,
es
un
ser
malévolo
que
nos
“atrapará”
en
la
voracidad
de
las
Redes
y
nos
convertirá
en
esclavos
ansiosos
de
una
competición
permanente
contra
todo
el
mundo
por
mantener
alto
un
índice
de
utilidad
más
que
dudosa.
¿Cuál
es
la
verdadera
identidad
de
nuestro
escurridizo
y
particular
Mr.
Hyde/Klout?
Para
mí,
uno
de
los
elementos
más
determinantes
que
me
ha
movido
a
escribir
este
artículo
fue
que
cayó
en
mis
manos
el
estudio
de
AUGURE
“Estatus
de
marketing
con
influencers
2014”
(http://ow.ly/uFHcD)
donde
una
importante
encuesta
entre
profesionales
del
sector
del
marketing
y la
comunicación
acaba
determinando
que
tan
sólo
un
3%
de
los
expertos
de
marketing
consideran
que
KLOUT
es
un
indicativo
fiable
a la
hora
de
buscar
“influencers”
y
que
este
dato
se
valora
tan
sólo
por
un
5%
de
profesionales
en
Francia
y un
10%
en
España.
El
mayor
predicamento
profesional
a
favor
de
KLOUT
lo
encuentras
entre
los
profesionales
de
la
comunicación
y
escasamente
alcanza
a un
15%
de
los
encuestados.
AUGURE
me
demostró
que
mis
intuiciones
no
iban
desencaminadas:
KLOUT
en
el
fondo
no
mide
la
INFLUENCIA,
sino
la
POPULARIDAD,
ya
que
el
número
de
seguidores
y el
“ruido”
que
tu
actividad
genera
en
modo
alguno
te
garantizan
capacidad
para
crear
estado
de
opinión.
En
el
fondo,
el
caso
de
Belén
Esteban
y
Eduard
Punset
es
un
ejemplo
de
ello,
ya
que
el
número
de
sus
seguidores
tiene
mucho
que
ver
con
su
POPULARIDAD
y no
con
su
INFLUENCIA,
que
también
la
tienen,
aunque
-afortunadamente-
en
un
grado
muy
distinto
cada
uno
de
ellos.
Según
el
indicado
estudio
de
AUGURE,
los
expertos
en
marketing
consultados
lo
que
define
al
INFLUENCER
como
tal
es
- Para el 79% el Eco, o dicho de otra manera, su capacidad de movilizar las opiniones y crear reacciones cuando habla de una temática concreta.
- Para el 73% la Exposición, es decir, el potencial de audiencia del influencer sobre una temática.
- Para el 62% el Share of voice, que representa su nivel de participación en la conversación sobre una temática específica.
En
el
sector
de
la
abogacía
es
muy
importante
que
sepamos
exactamente
qué
queremos
antes
de
aplicar
nuestra
estrategia
en
Redes
Sociales
y no
caer
en
la
fácil
tentación
de
acumular
seguidores
y
tratar
de
subir
por
subir
nuestro
índice
de
KLOUT
ya
que
este
tipo
de
objetivos,
inadecuadamente
planificados,
pueden
acabar
por
convertirnos
en
obsesos
del
Twitteo
y
Retwitteo
compulsivo,
obligados
a
mantener
una
actividad
24/7
en
muchas
ocasiones
agotadora
e
innecesaria,
abandonando
por
el
camino
nuestra
capacidad
para
encontrar
y
dialogar
con
aquellas
personas
que
verdaderamente
nos
interesan.
En
un
despacho
como
el
nuestro,
especializado
en
Derecho
Penal
Corporativo
y
Prevención
del
Blanqueo
de
Capitales,
debemos
ser
capaces
de
transmitir
todo
nuestro
valor
añadido
en
sectores
muy
especializados,
y
probablemente
nos
relacionaremos
con
verdaderos
INFLUENCERS
que
en
muchas
ocasiones
no
tendrán
un
índice
KLOUT
demasiado
alto.
Es
posible
que
un
despacho
con
un
servicio
encaminado
a
sectores
muy
extensos
de
consumidores
finales
(por
ejemplo,
un
despacho
especializado
en
accidentes
o en
derechos
del
consumidor),
pueda
buscar
”influencers”
más
POPULARES
y
aún
así,
tal
y
como
apunta
el
estudio
de
AUGURE,
hasta
los
mismos
expertos
dudan
de
la
eficacia
de
índices
como
KLOUT
para
escoger
este
tipo
de
prescriptores
El
Doctor
Jekill
del
marketing
y la
comunicación
parece
finalmente
poner
las
cosas
en
su
sitio,
indicando
que
KLOUT
es
una
referencia
a
tener
en
cuenta,
pero
más
bien
poco,
comparado
con
otras
variables
El
trabajo
de
AUGURE
termina
concluyendo
sobre
este
tema
“Las
plataformas
de
social
scoring
tipo
Klout
no
han
convencido
a
estos
profesionales
para
realizar
labores
de
identificación.
A su
vez,
son
cada
vez
más
conscientes
del
hecho
de
que
la
influencia
no
se
define
según
criterios
absolutos
(como
el
número
de
followers
por
ejemplo),
sino
en
referencia
a
una
temática
concreta.”
Ahora
bien,
la
popularidad
de
KLOUT
crece
y
crece
sin
parar,
tendremos
que
ver
si,
al
igual
que
ocurre
como
en
el
famoso
libro
de
R.
L.
Stevenson,
MR.
KLOUT
termina
devorando
al
DOCTOR
MARKETING.
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