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COLABORACIONES / Opinión

 
ESPECIAL REGULACIÓN EREs
Sentencias sobre Eres: Dale a ellos la ley y déjame a mi jueces que la interpreten
MADRID, 18 de JUNIO de 2014 - LAWYERPRESS

Por Fernando Vizcaíno de Sas, Abogado, Socio Director del departamento de laboral de JIMÉNEZ DE PARGA ABOGADOS.

“Una cosa moderadamente buena no es tan buena como debería ser. La moderación como actitud es una virtud, pero la moderación por principio es siempre un vicio.”  Thomas Paine.

Fernando Vizcaíno de Sas, Abogado, Socio Director del departamento de laboral de JIMÉNEZ DE PARGA ABOGADOSCon una simpática expresión (“No sabía yo que en España hubiera tantos grupos de empresa”) Aurelio Desdentado, magistrado jubilado de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, destacó el otro día cómo un análisis de las sentencias dictadas sobre los ERE arrojaba la curiosa paradoja de que se estaba sentando doctrina sobre aspectos tangenciales de la cuestión y no sobre cuestiones principales (como podría ser, por ejemplo, un más profundo estudio de las causas para presentar un ERE).
Coinciden además todos los analistas en lo nefasto que ha sido el retorno de la nulidad formal y por fraude en la tramitación de los ERE. Causa, junto a la imposibilidad de modular la condena el poder judicial (que solo podrá decidir si un ERE es nulo, ajustado a derecho o contrario a él. Ilustrada por la anulación y muerte de la sentencia de 29 de septiembre de 2013 por el Auto de 26.3.14 [asunto “CELSA ATLANTIC”]) que ha dado como resultado un alto porcentaje de sentencias declarando EREs nulos.
Realmente es apasionante para los estudiosos de la cosa judicial, catedráticos y jurisperitos en general, pero de dudoso interés para el empresario e, incluso, la clase obrera. Más allá de la lucha de los sindicatos contra la Reforma, la animadversión declarada de algún sector judicial a la norma o la defensa a ultranza de los cercanos al actual Gobierno que la ha promulgado, una ley solo es útil si se aplica pacíficamente y regula eficazmente la materia que legisla.
Como decía Paine (curioso político cuyas teorías convendría repasar para saber que ni los “anti-Sistema” son modernos) una cosa no funciona si solo es “medio buena”.
Las sentencias que más se están viendo son de grandes ajustes como la de PANRICO, Canal 9, la propia citada de CELSA-ATLANTIC y la última de COCA-COLA. Levantan encendidas polémicas entre los eruditos que las critican o alaban por igual y las destripan buscando sus excelencias o errores.
A mí, desgraciadamente, me parecen todas ellas “moderadamente buenas”. Y ya lo escribí en la cita del inicio: la moderación por principio es siempre un vicio.
Si las sentencias lo que demuestran, porque no puede ser de otra manera ya que entiendo que un juez se limita a cumplir e interpretar la ley, es que la Reforma Laboral no acertó en su deseo de facilitar al empresario mecanismos de ajuste, definitivo o temporal, y ha complicado un proceso llevándolo al límite de una traumática nulidad en los más de los casos: cámbiese la ley.
Los sindicatos han encontrado en estas debilidades legales una cuña para presionar a los empresarios consiguiendo las nulidades dichas que muchas veces no son buena solución ni siquiera para los trabajadores y provocan el cierre de una empresa como ocurrió en RTVV.
También (curioso que se trate de los dos temas “estrella” de la Reforma) han sabido anular la pérdida de protagonismo en la negociación colectiva laminando las normas sobre ultraactividad de los convenios, igualmente con el impulso judicial de sentencias que modifican la norma vigente y la interpretan arrimando el ascua a la misma sardina de siempre.
No es momento de polemizar sobre la independencia judicial y entiendo existan jueces “activistas” que juzguen conforme a sus tendencias, no debería ser así pero pasa. Lo malo es cuando estas sentencias irrumpen violentamente en la vida de las empresas intentando alterar el curso de las relaciones laborales e imponiendo soluciones que no lo son y que lo único lo que provocan es un problema. Un problema para las empresas que desincentiva sus ganas de invertir y crear el tan necesario empleo. Un problema para los trabajadores que quieren ayudar a encontrar una salida a sus empresas en crisis y que se ven en la diatriba de ERE si o nulidad y tente en tieso, encorsetándoles en una “vía judicial” que nuca soluciona nada. Una sentencia no es una solución, es normalmente un fracaso que lleva a un problema.
Es cierto que en este país no sabemos negociar. No tenemos, desgraciadamente, cultura del diálogo entre empresas y trabajadores ni sabemos compaginar los intereses de unos con los de los otros para dirigirlos a un fin común.
Se nos nota demasiado el deje franquista de una legislación tuitiva en la que la parte social parece no saber más que pedir y pedir hasta sacar “lo más posible” a la empresa.
También los despachos de abogados hemos tirado de procedimientos “a la antigua” negociando EREs como antes y, la más de las veces, pensando que la Ley era una capa de fuerza invisible que protegía de nuestros errores, nuestras carencias y nuestras debilidades.
Lo fácil luego es echarle la culpa a los jueces y sus sentencias; a los sindicatos y sus políticas o al “maestro armero” que para eso carece de mando militar y reclamarle es como si nada. Nunca a nuestros fallos, nunca hacer autocritica y como los clientes nos vuelven a llamar, pues…
Les voy a dar otra estadística: el ochenta por ciento (80%) de los despidos individuales por causas objetivas hechos a raíz de la Reforma se están declarando procedentes y ajustados a derecho. Y los que no mayoritariamente acaban en un despido improcedente y raras veces nulo.
¿Curioso no? ¿Y aquí los jueces dictan sentencias “buenas”?. La razón probablemente está en que no suenan tanto ni tienen tanta repercusión mediática pero, sobre todo, en que en estos casos la Reforma suprimió la nulidad formal y por fraude privando al estamento judicial de la palanca de presión que les regaló los cambios en la regulación de los ERE.
En conclusión si queremos que la Reforma atienda a su fin y no quede al albur de los jueces, hay que reflexionar sobre qué cambios legales son precisos y abordarlos.
Discutir sobre galgos o podencos es cansino con este calor.
 

 

 

 

 

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