Hace pocas semanas, todos los medios de comunicación se hacían eco del anuncio
efectuado por algunas empresas de su intención de subvencionar la congelación de
óvulos a todas las empleadas que lo desearan. Desde ABA Abogadas, la socia Rosa
López considera que este tipo de medidas evidencian que hoy por hoy, la
maternidad se percibe y asume como un freno al deseo de muchas mujeres de tener
una carrera profesional.
Las estadísticas indican que las mujeres retrasamos cada vez la maternidad y que
una de las razones fundamentales para ello, es el freno que ello supone para
nuestra carrera profesional.
Hecho éste que yo constato cada día, cuando recibo en mi despacho la visita de
mujeres con una brillante trayectoria profesional en sus empresas, que se ha
parado en seco en el momento en el que, generalmente casi al límite de su edad
fértil, deciden ser madres.
Esta situación, obviamente entre otras muchas, ha llevado a muchas mujeres a
plantearse la congelación de óvulos como solución a este problema. Pudiendo de
este modo, posponer la en muchos casos deseada maternidad, hasta el momento
laboralmente oportuno.
Pero cuando digo plantearse, es eso, plantearse, porque afortunadamente no es
algo que actualmente se lleve a cabo por un alto porcentaje de mujeres, que en
su mayoría desconocen o no se han parado a pensar, lo que este proceso puede
suponer para su cuerpo y su mente.
Porque la congelación de óvulos implica inyectarse grandes dosis de medicación,
someterse a sedación y posteriormente asumir, que no vas a concebir a tus hijos
de forma natural sino en un laboratorio.
Por mi parte considero esta técnica un avance maravilloso que puede permitir a
muchas mujeres ser madres, en un momento diferente al biológicamente óptimo. Lo
que en la práctica beneficia a muchas que, por ejemplo, no tienen pareja en ese
momento de su vida.
Sin embargo, tras un muy lento avance hacia la mejora de la conciliación laboral
y familiar, con la promulgación de leyes que la favorecen, considero un cierto
atraso que algunas empresas fomenten justo lo contrario. Porque a mi juicio,
aunque evidentemente no es una obligación sino una opción, el mensaje que se
tramite es que las trabajadoras de esas empresas pueden relajarse y seguir
luchando por su carrera profesional, como si de un hombre se tratase. Es decir,
sin que su reloj biológico suponga un freno para ella.
Como mujer trabajadora, que ha luchado por su carrera profesional,
anteponiéndola en muchos casos a la personal y madre tardía no sin
complicaciones, entiendo el alivio que para muchas mujeres puede suponer esta
medida, pero como sociedad, creo que deberíamos plantearnos si este es el camino
que queremos seguir y fomentar o si no supone un retroceso en los pequeños
avances conseguidos hasta la fecha para la conciliación de la vida familiar y
laboral. |