¿Alguien recuerda el Caso Siemens? Albores del S XXI, se descubría que una de
las grandes multinacionales europeas y alemanas, Siemens, mantenía un complejo
sistema de cajas B destinado a pagar sobornos por todo el mundo con la finalidad
de garantizar contratas públicas y privadas. No muchos años antes, las empresas
alemanas podían deducirse fiscalmente los pagos que –en concepto de sobornos-
hacían alrededor del mundo para asegurarse todo tipo de contratos. Podemos decir
sin exagerar que hay un antes y un después del caso Siemens en la lucha contra
la corrupción empresarial, aunque bien es cierto que esta no ha desaparecido.
¿Podría ser el Caso Falciani el principio del fin de la Banca Privada? Más allá
de buscar un titular provocador, creo que la reputación de este tipo de
servicios bancarios vive horas bajas y están en el foco del periodismo de
investigación y los medios sociales. Hervé Falciani con su lista, y el ICIJ
(International Consortium of Investigation Journalist) con sus potentísimos
trabajos sobre el HSBC o sobre el LuxLeaks (gracias también a las filtraciones
de ex empleados de PwC como Antoine Deltour) están mostrando al mundo una
realidad que hasta hace muy poco tiempo se movía con discreción por las calles
de Zurich, Luxemburgo o la tradicional City de Londres.
Falciani ha abierto la Caja de Pandora, y vientos nuevos sacuden el hasta hace
muy poco tranquilo mundo de las finanzas internacionales. Estos vientos nuevos
apuntan en diversas direcciones que quizás vale la pena recapitular
SERVICIOS DE BANCA PRIVADA SIN PREGUNTAS NI FRONTERAS: El mayor banco del mundo
está en el punto de mira, no se trataba sólo de mantener cuentas bancarias sin
aplicar los mínimos estándares de diligencia debida que la normativa
antiblanqueo exige en todo el mundo. Ofrecía una estructura bancaria que acudía
a recoger el dinero ahí donde éste se hallara, aprovechándose para ello de la
banca corresponsal y llegando, en el caso de su filial mexicana, a transportar
más de 4.000 millones de dólares desde narcoméxico a EEUU por vía aérea o
terrestre, lo que le supuso abonar a las autoridades de EEUU la multa más grande
hasta la fecha (1.920 millones de dólares) por irregularidades en la política de
prevención del blanqueo de capitales y de paso por ciertas operaciones con Irán.
Los servicios del HSBC facilitaban y aconsejaban cómo eludir los controles
tributarios de los países de origen, extendiendo su sombra de sospecha a grandes
despachos y consultorías multinacionales.
EL CAZADOR CAZADO: HSBC y Suiza iniciaron la caza de Hervé Falciani
conjuntamente, acusándolo de revelación de secreto financiero y sin embargo, en
esta ocasión, la receta tradicional del paraíso fiscal se ha vuelto en su
contra: la Audiencia Nacional declaró que no sólo el secreto financiero no
existe en España, sino que Falciani ha sido clave en la investigación del
fraude fiscal que sí está bien tipificado en el derecho español. (¿Cuántas
comisiones rogatorias a lo largo de los años han obtenido una respuesta similar
de las autoridades suizas?) Esto salvó a Falciani y condenó al HSBC, que
comenzaba a perder su largo partido contra la opinión pública mundial. ¿Cómo
explicar que el primer banco del mundo intente amordazar a la “garganta
profunda” fiscal más importante y notoria del S XXI? Tras el revés judicial en
España, y la publicación de la Lista Faciani, la Justicia de Francia, Bélgica,
EEUU y Argentina acecha la carne fresca un HSBC a la defensiva que, en horas
bajas, entona el mea culpa con claro aroma a estrategia procesal encaminada a
mitigar la dureza de las sanciones que le esperan. El paralelismo con la
rendición de Siemens resulta inevitable y con ello la primera amenaza seria
mundial a una banca privada demasiado alejada de una opinión pública y demasiado
cercana a ese 1% de la población mundial que tan acertadamente señalaba
Intermón-Oxfam en la inauguración del Foro de Davos hace escasamente un mes.
UNA AGENCIA TRIBUTARIA CON DOBLE RASERO DE MEDIR: ¿Y en España? Una vez más se
acentuaba la idea que nuestras Autoridades tienen un doble rasero de medir, y
mientras a la media de los contribuyentes la Agencia Tributaria aplicaba una
insostenible presión fiscal y una política de palo y tente tieso, en las mismas
fechas que una Abogacía del Estado voraz planeaba implacable sobre defraudadores
fiscales de clase media, Mª Dolores Bustamante y Carlos Cervantes enviaban
amables cartas desde la Agencia Tributaria “invitando” a los integrantes de la
Lista Falciani a regularizar unas cuentas que eran la vergüenza de la élite
empresarial, deportiva y cultural de este país, y la familia Botín regularizaba
abonando doscientos millones de euros de los doscientos sesenta y cinco
recaudados. Tal y como dijera Schuster unos días antes de ser cesado “no hace
falta decir nada mas”, o si, y por eso Gestha ha promovido una querella por
prevaricación que intenta poner algo de Justicia en este lamentable asunto. Sin
embargo, ¿alguien es capaz de pensar que los ex directores de gestión tributaria
y de inspección de la AEAT tomaron tan importante decisión sin el visto bueno
de los más Altos Cargos del Ministerio de Hacienda, e incluso de la presidencia
del Gobierno entonces en manos de Zapatero?
UN ESTADO TARDÍO QUE SE APUNTA AL CARRO DE LAS ACCIONES PENALES: Cuando hace
cinco años que disponemos de la Lista Falciani, resulta cuanto menos curioso que
sea ahora precisamente que el Estado Español se apunta a las acciones penales
contra el HSBC. No es la única acción que nos augura el Caso Falciani: al
socaire de este escándalo, Hacienda investiga mas de 700 casos de la reciente
“regularización fiscal” promovida por el PP por existir en ellos trazas de
Blanqueo de Capitales o Alzamiento de Bienes.
En una lucha que en muchas ocasiones se nos aparece como desigual, Falciani se
nos muestra como un viento fresco y renovador que nos ayuda a dar un paso más
en la dirección adecuada, parafraseando a Winston Churchill, quizás no estamos
en el principio del fin, pero puede que estemos ante el fin del principio. |