De
la
necesidad,
virtud:
La
percepción
de
exclusión
en
un
tipo
de
empresa
en
las
que
no
se
sienten
identificadas
y la
búsqueda
de
una
oportunidad
profesional
donde
poder
decidir
y
crear
impacto
social
son
los
principales
motores
para
las
emprendedoras
sociales.
Un
53%
de
las
mujeres
entrevistadas
aseguran
dar
mucha
importancia
al
hecho
de
que
emprender
les
ha
dado
oportunidades
que
no
encontraban
en
otros
trabajos,
opción
solo
respaldada
por
el
34%
de
los
hombres.
En
línea
con
este
dato
destaca
que
el
35%
de
las
emprendedoras
sociales
se
han
sentido
excluidas
en
algún
momento
de
su
experiencia
profesional
por
razones
de
género.
Las
emprendedoras
encuestadas
del
proyecto
ponen
énfasis
en
la
falta
de
modelos
de
referencia
de
otras
mujeres
emprendedoras
sociales.
Si
bien
las
necesidades
que
tiene
cualquier
emprendedor
(hombre
o
mujer,
social
o no
social)
en
el
momento
de
lanzar
su
empresa
son
las
mismas,
la
percepción
de
lo
que
más
les
preocupa
es
diferente,
según
se
desprende
de
la
investigación.
Estos
son
datos
extraídos
de
una
investigación
para
el
proyecto
Women
Innovators
for
Social
Business
in
Europe
(WISE),
un
programa
de
desarrollo
y
formación
pionero
para
emprendedoras
sociales
europeas.
El
proyecto,
liderado
por
ESADE
junto
a la
University
of
St.
Gallen
(Suiza),
la
European
Sustainability
Academy
(Grecia)
y la
ONG
DEŠA
y
Hub
Zareb
(ambos
de
Croacia),
pretende
la
creación
de
la
primera
comunidad
europea
de
mujeres
emprendedoras
sociales
y la
formación
a
través
de
una
plataforma
de
e-learning
Así
mismo,
un
37%
de
las
mujeres
considera
extremadamente
importante
poder
conciliar
vida
personal
y
vida
laboral
gracias
al
emprendimiento,
opción
solo
escogida
por
un
24%
de
los
hombres,
como
se
desprende
de
la
encuesta
a
300
emprendedores
de
25
países
europeos.
Un
mensaje
recurrente
por
parte
de
las
emprendedoras
ha
sido
la
falta
de
modelos
de
referencia
de
otras
mujeres
sociales.
“Igual
que
ocurre
en
el
emprendimiento
con
ánimo
de
lucro,
en
el
caso
del
emprendimiento
social
el
modelo
de
referencia
todavía
es
masculino
y
existe
muy
poca
visualización
de
los
ejemplos
de
mujeres”,
destaca
Mónica
Grau,
investigadora
de
ESADE
y
directora
del
proyecto
WISE.
En
este
sentido,
la
creación
de
la
primera
comunidad
de
mujeres
emprendedoras
sociales
europeas
(WISE)
pretende
ser
una
plataforma
donde
promocionar
la
visualización
del
trabajo
de
estas
mujeres
y un
espacio
común
donde
compartir
realidades
similares.
Inicialmente
la
iniciativa
consiste
en
ayudar,
formar
y
relacionar
a 60
mujeres
(20
de
cada
país)
de
España,
Grecia
y
Croacia
dispuestas
a
impulsar
un
proyecto
de
emprendimiento
social
o
que
ya
tengan
en
marcha.
Preocupación por
el
aspecto
financiero
Si
bien
las
necesidades
que
tiene
cualquier
emprendedor
(hombre
o
mujer,
social
o no
social)
en
el
momento
de
lanzar
su
empresa
son
las
mismas,
la
percepción
de
lo
que
más
les
preocupa
es
diferente,
según
se
desprende
de
la
investigación.
Destaca,
por
ejemplo,
como
las
emprendedoras
sociales
están
más
preocupadas
por
el
lado
financiero
de
su
proyecto
en
comparación
con
los
hombres,
en
el
sentido
de
que
es
lo
que
les
da
más
problemas,
pero
no
lo
que
priorizan.
Entre
estas
preocupaciones
se
encuentran
la
de
como
organizar
la
parte
financiera
del
negocio,
crear
un
plan
financiero
personal
o
confiar
en
que
la
idea
desarrollada
proporcionará
ingresos. |