Nuestra
interlocutora
atesora
una
experiencia
de
más
de
treinta
años
en
el
panorama
laboral.
Ha
sido,
pues,
Pilar
Cavero,
la
primera
socia
mujer
que
tuvo
Cuatrecasas,
Gonçalves
Pereira,
y
ahora
presidenta
de
Forelab,
testigo
de
la
evolución
de
una
profesión,
ahora
estratégica
en
cualquier
bufete
de
abogados.
“Un
despacho
de
abogados
como
éste,
es
una
especie
de
confesionario
empresarial
desde
donde
observas
la
sociedad
de
forma
privilegiada”,
apunta
cuando
le
preguntamos
si
estamos
saliendo
de
la
crisis.
Para
esta
experta
laboralista
con
la
reforma
laboral
hay
un
antes
y un
después
en
nuestro
país
“pese
a
que
a
los
jueces
ciertos
temas
como
los
despidos
colectivos
les
está
costando
adaptarse
a
ellos.
Es
lógico
que
en
estas
situaciones
hayan
querido
proteger
los
derechos
de
los
trabajadores
pero
ahora
se
dan
cuenta
que
deben
interpretar
la
reforma
laboral
de
una
forma
generosa”,
aclara.
Para
Pilar
estos
cinco
años
últimos
han
sido
muy
duros
a
nivel
laboral,
con
innumerables
despidos,
lo
que
ha
hecho
que
nuestros
juzgados
de
lo
social
se
encuentren
ahora
colapsados.
También
nos
ofrece
su
visión
de
cómo
la
mujer
se
va
incorporando
de
forma
progresiva
a
puestos
directivos
de
organizaciones:
“la
mujer
a
veces
reduce
su
tiempo
pero
no
debe
reducir
su
ambición”,
indica.
En
primera
persona
“Por
circunstancias
del
trabajo
la
idea
de
crear
Forelab
nació
hace
diez
años
en
un
Congreso
de
expertos
laboralistas
en
Grecia.
En
una
cena
con
Iñigo
Sagardoy
hablamos
de
crear
una
asociación
de
estas
características,
igual
que
existe
en
otros
países
europeos.
Luego
le
transmitimos
la
idea
a
Ignacio
Garcia-Perrote,
socio
de
Uría
Menéndez,
al
propio
Juan
Antonio
Sagardoy
a
Luis
Enrique
de
la
Villa
y
así
empezó
a
cuajar
la
idea.
En
ese
arranque
en
el
Comité
de
Dirección
se
encontraban
los
grandes
despachos
y
sus
socios
directores
a
nivel
laboral.
Tras
aprobar
los
Estatutos,
Iñigo
Sagardoy
asumió
la
primera
presidencia
de
la
entidad,
prorrogada
por
otros
dos
años
más
mientras
yo
ocupaba
el
cargo
de
Secretaria
General.
Se
trataba
de
crecer
como
entidad;
a
tal
efecto
impulsamos
dos
Congresos,
uno
en
Madrid
y
otro
fuera
de
la
capital
de
España.
Los
últimos
cuatro
años
ha
dirigido
Forelab,
Ignacio
García-Perrote
y
desde
el
pasado
mes
de
enero
soy
la
presidenta
de
la
entidad.
Actualmente
somos
240
laboralistas
como
socios.
Mi
idea
en
este
mandato
es
potenciar
el
número
de
asociados,
sobre
todo
fuera
de
Madrid
y
Barcelona.
También
queremos
ser
una
entidad
de
referencia
que
puede
generar
valor
en
opiniones
jurídico
laborales
a
las
principales
entidades
del
país.
Por
otro
lado
buscaremos
fórmulas
de
colaboración
con
entidades
parecida
a la
nuestra
en
Europa
y
América
Latina.
Pensamos
al
mismo
tiempo,
crear
un
espacio
en
nuestra
web
donde
un
magistrado
de
prestigio
prejubilado
pueda
aportar
su
conocimiento
en
determinados
asuntos
de
interés
del
sector.
Ahora
ya
estamos
preparando
el
próximo
Congreso
de
junio
que
seguramente
haremos
en
colaboración
con
ASNALA,
la
otra
gran
asociación
del
sector
en
la
capital
de
España.”
Sra.
Cavero,
nadie
puede
dudar
que
el
papel
de
los
abogados
laboralistas
en
estos
diez
años
de
vida
de
Forelab
ha
experimentado
un
cambio
sustancial.
La
práctica
laboral
es
esencial
en
cualquier
despacho
de
abogados.
Hay
que
darse
cuenta
que
lo
más
importante
en
una
organización
es
el
recurso
humano
y
eso
ha
revalorizado
nuestro
papel
como
expertos.
En
estos
últimos
años
nos
hemos
hecho
un
hueco
importante
en
el
mercado
y
ahora
nadie
duda
que
es
una
de
las
especialidades
requeridas
en
cualquier
despacho
que
se
precie.
Sin
embargo,
es
curioso,
pocas
boutiques
laborales,
salvo
casos
como
Sagardoy,
existen
en
nuestro
país.
Es
cierto,
eso
es
así
y no
se
puede
discutir.
Creo
que
la
respuesta
a
esa
pregunta
es
que
el
derecho
hay
que
verlo
en
global.
Lo
que
genera
valor
para
un
cliente
es
ver
la
relación
de
ese
asunto
laboral
con
sus
repercusiones
fiscales
o
penales
que
puede
haber.
Una
boutique
laboral
sin
visión
global
queda
coja
para
el
cliente.
“Los jueces han querido hacer una contrarreforma en determinados temas. Es el caso de los despidos colectivos, en los procesos de nulidad, han ido más alla de lo que la propia ley les permitía ir” |
Después
de
tres
años
de
reforma
laboral
y
los
esperanzadores
datos
de
desempleo
y
afiliación
a la
Seguridad
Social
de
marzo,
¿estamos
ante
un
cambio
de
tendencia
a
nivel
de
empleo?
Estamos
saliendo
de
la
crisis,
afortunadamente.
Los
datos
macroeconómicos
así
lo
revelan.
El
propio
Ministro
de
Economía,
Luis
de
Guindos
en
The
Investor
Days
hablaba
de
un
crecimiento
del
3
por
cien
de
nuestra
economía.
Es
evidente
que
se
han
hecho
cambios
estructurales
importantes
que
modifican
nuestro
modelo
de
relaciones
laborales
que
ayuda
a
este
inicio
de
recuperación
que
se
detecta.
Ahora
se
detecta
más
inquietud
internacional.
El
cambio
de
tendencia
está
ahí,
lo
dicen
los
datos
del
paro
y de
la
Seguridad
Social
últimos.
Esta
es
la
noticia
importante
para
todos.
Quizás
la
otra
cara
de
la
reforma
laboral
es
el
papel
de
los
jueces
y
algunos
fallos
judiciales
que
no
se
entienden
muy
bien.
En
algunos
casos
los
jueces
han
querido
hacer
una
contrarreforma
en
determinados
temas.
Es
el
caso
de
los
despidos
colectivos,
en
los
procesos
de
nulidad,
han
ido
más
alla
de
lo
que
la
propia
ley
les
permitía
ir.
Pese
a
ello
creo
que
la
reforma
laboral
ha
ayudado
mucho
a
avanzar
nuestro
país.
En
este
contexto
los
propios
jueces
están
evolucionando
en
su
forma
de
pensar
y
entre
todos
estamos
logrando
tener
un
sistema
de
relaciones
laborales
mucho
más
moderno
y
adaptado
al
entorno
que
nos
rodea.
Creo
que
si
interpretan
de
forma
generosa
la
reforma
laboral,
nos
irá
mejor
a
todos.
Reforma
laboral
y
colapso
en
los
juzgados
de
lo
social.
¿Es
posible
que
el
legislador
no
previó
estas
consecuencias
de
este
cambio
normativo
tan
importante?
Estoy
de
acuerdo
con
ello.
Se
ha
pasado
con
la
reforma
laboral
del
control
administrativo
al
judicial.
Los
temas
que
se
llevaban
en
la
Dirección
General
de
Trabajo
ahora
han
pasado
al
entorno
judicial,
sin
ninguna
previsión
por
parte
del
legislador.
Al
mismo
tiempo
nadie
preveía
esta
crisis
económica
que
ha
sido
brutal
y el
elevado
número
de
despidos
que
ha
generado.
Quizás
la
crisis
de
1992-94
es
parecida
a
ésta
en
cuanto
a la
gestión
de
los
despidos.
Hemos
vivido
cinco
años
duros
de
crisis
laboral
y
esto
no
lo
preveía
nadie,
en
definitiva
lo
que
ha
hecho
saturar
los
juzgados.
En
este
contexto,
es
una
lástima
que
métodos
como
la
mediación
en
materia
laboral
no
acaben
de
arrancar.
Es
cierto,
habría
que
habilitar
nuevos
procedimientos
para
desatascar
los
juzgados.
Los
sistemas
alternativos
de
resolución
de
conflictos
son
parte
del
futuro
jurídico
que
tendremos
que
afrontar.
Nuestro
sector
tiene
el
ESMAC,
Servicio
de
Arbitraje
y
Conciliación
y
estamos
viendo
que
su
labor
no
la
ejercen.
Debería
replantearse
el
tema
porque
es
necesario
en
la
actualidad.
Pasado
estos
tres
años
de
la
reforma
laboral,
¿
qué
asuntos
habría
que
modificar
aún
que
estén
pendientes?
Hay
que
seguir
avanzando
en
otros
cambios
que
se
deben
hacer
en
nuestro
mercado
laboral.
Es
bueno
simplificar
el
sistema
actual
de
contratación
que
tenemos.
Soy
partidaria
de
flexibilizar
la
contratación
de
todo
tipo.
Respecto
al
control
judicial,
hay
que
darle
una
vuelta
a
ciertos
fallos
que
están
haciendo
daño
a
empresas
y
trabajadores
en
materia
de
nulidades.
Sobre
el
despido,
está
la
enmienda
famosa
Telefónica,
por
la
que
las
empresas
con
beneficios
y
más
de
100
trabajadores
tenían
que
hacer
una
aportación
al
Tesoro
Público
equivalente
a
las
prestaciones
y
cotizaciones
que
el
Servicio
Público
de
Empleo
debe
abonar
hasta
su
jubilación
a
los
mayores
de
50
años
despedidos.
El
escándalo
que
suscitó
el
ERE
anunciado
por
Telefónica
en
abril
de
2011
–6.500
despidos
con
10.000
millones
de
ganancias–
creó
la
norma,
algo
inviable
para
muchas
empresas.
Se
han
hecho
tres
reformas
sobre
esta
cuestión
y
aún
no
funciona
correctamente.
“En
estos
momentos
las
mujeres
ocupamos
el
14
por
ciento
de
esos
altos
cargos.
Entre
cotizada
y no
cotizadas
se
habla
de
un
16
por
cien,
muy
lejos
de
ese
40
por
ciento
del
que
antes
le
hablaba” |
Respecto
al
emprendimiento,
¿Qué
opinión
tiene
usted
del
mismo?
¿Va
a
tener
un
peso
específico
importante
en
nuestro
país
a
medio
plazo?
Esperemos
que
sea
así.
De
hecho
el
marco
normativo
que
se
ha
creado
es
para
impulsar
este
tipo
de
iniciativas.
El
nuevo
contrato
para
emprendedores
ha
tenido
un
tirón
significativo.
Al
mismo
tiempo
se
ha
generado
una
cultura
del
startup
importante.
Se
trata
de
personas
que
tengan
ideas
las
puedan
llevar
a
cabo.
Con
la
crisis,
los
españoles
hemos
empezado
a
aplicar
ingenio
en
un
contexto
muy
duro.
Además
hay
inversores
que
quieren
apoyar
esas
ideas
afortunadamente.
Los
emprendedores,
muchos
de
ellos
han
apostado
por
la
tecnología
y
otros
se
han
internacionalizado.
Terminamos
esta
entrevista
hablando
del
papel
de
la
mujer
en
los
puestos
de
dirección.
De
forma
progresiva,
ustedes
van
teniendo
más
representación
en
las
empresas.
Este
es
un
camino
progresivo
del
que
aún
queda
mucho
por
hacer.
Recuerdo
la
Ley
Orgánica
de
Igualdad
de
Hombres
y
Mujeres
del
2007
que
ya
hablaba
de
la
paridad
entre
hombres
y
mujeres
en
los
órganos
de
Gobierno.
En
esa
ley,
se
obligaba
al
Gobierno
en
su
artículo
17 a
un
Plan
Estratégico
de
Apoyo
a
las
Mujeres
para
promover
cargos
directivos,
cosa
que
se
ha
hecho
y
existe
este
Plan.
Esa
ley
hablaba
que
en
marzo
del
2015
la
cifra
tendría
que
llegar
a un
40
por
ciento
de
mujeres
en
esos
puestos
directivos
de
Consejo
de
Administración.
Nadie
duda
que
fue
una
acción
de
discriminación
positiva
importante.
¿Y
cuál
es
la
situación
actual,
en
estos
momentos?
En
estos
momentos
las
mujeres
ocupamos
el
14
por
ciento
de
esos
altos
cargos.
Entre
cotizada
y no
cotizadas
se
habla
de
un
16
por
cien,
muy
lejos
de
ese
40
por
ciento
del
que
antes
le
hablaba.
En
entidades
como
la
nuestra,
se
han
suscrito
acuerdos
con
el
Ministerio
de
Trabajo,
Seguridad
Social
e
Igualdad
donde
esta
firma
se
compromete
a
tener
en
el
2020
un
25
por
ciento
de
abogadas
en
puestos
directivos
de
la
organización
y en
el
propio
Consejo
de
Administración
del
despacho.
En
paralelo,
la
Directiva
Redding,
ya
aprobada
por
el
Parlamento
Europeo,
señala
que
en
esa
fecha
del
2020,
un
40
por
ciento
de
esas
Consejeras
Ejecutivas
sean
mujeres.
En
países
como
Francia
se
puso
una
norma
obligatoria
y
ahora
un
33
por
cien
de
los
puestos
de
los
Consejos
de
Admon
son
mujeres.
Todos
estos
cambios
han
ayudado
a la
modernización
del
país
y a
que
las
mujeres
vayamos
teniendo
el
lugar
que
nos
corresponde.
En
diciembre
se
aprobó
la
Ley
de
Sociedades
de
Capital
y el
nuevo
Código
de
Buen
Gobierno
Corporativo
de
la
CNMV
donde
de
forma
expresa
se
vuelve
a
recoger
esta
reivindicación.
Y en
este
contexto,
¿cómo
ve a
sus
colegas,
mujeres
directivas?
Las
veo
bien.
Se
están
formando
para
ser
competitivas.
Ya
existen
cursos
para
preparar
a
mujeres
a
ser
Consejeras
y
que
las
ayuden
a
estar
en
la
gobernanza
de
las
compañías.
Se
percibe
que
se
está
gestando
un
cambio
cultural
que
a
medio
plazo
cristalice
con
la
presencia
de
más
mujeres
en
puestos
directivos.
En
ese
afán
de
normalización,
¿es
partidaria
de
políticas
de
igualdad
o de
establecimiento
de
cuotas
en
nuestro
país?
Las
políticas
de
igualdad
están
adoptando
medidas
positivas
para
las
mujeres.
Hay
que
reflexionar
porque
aún
nos
encontramos
en
algunos
órganos
de
Gobierno
donde
no
hay
mujeres.
Es
raro
que
no
haya
mujeres
preparadas
para
estos
retos
profesionales.
Y en
el
mundo
jurídico.
¿No
tiene
la
sensación
que
con
un
cambio
de
forma
de
gestionar
despachos
la
mujer
tendría
más
capacidad
de
dirigir
entidades
de
este
tipo?
Nadie
duda
que
la
actividad
profesional
de
los
bufetes
es
intensa.
Es
una
profesión
vocacional
como
la
medicina.
El
que
le
gusta
se
da
cuenta
que
no
tiene
horas.
Hay
que
trabajar
duro
y
formarse
permanentemente.
Nuestra
entidad,
con
más
de
1000
abogados,
de
asociado
uno
a
ocho,
superamos
las
mujeres
el
50
por
ciento.
Y
luego
es
evidente
que
los
despachos
grandes
son
de
enorme
exigencia.
Pese
a
ello,
organizaciones
como
la
nuestra
adoptan
medidas
para
que
las
mujeres
puedan
conciliar
su
vida
laboral
con
la
personal:
reducciones
de
jornada,
teletrabajo
e
incluso
se
les
sitúa
en
operaciones
que
en
determinados
casos
no
generen
desplazamientos
excesivos.
Al
final
de
lo
que
se
trata
es
que
la
mujer,
aunque
reduzca
su
tiempo
no
reduzca
su
ambición.
|