MARKETING

COMUNICACIÓN

INTERNET

FORMACIÓN

RRHH

PUBLISHING & EVENTS

Q-LAWYER

DIRECTORIO

Noticias de Despachos

Operaciones

Vida Colegial Comunidad Legal Sistema Judicial Internacional
Arbitraje Mediación TIC Abogados Jóvenes Entrevistas Colaboraciones/Opinión Reportajes Agenda BLOGS LP emprende

 
 
17 de ABRIL de 2015

¿En qué se ha quedado esto del Corporate Compliance? ¿Realmente sirve de algo?

LAWYERPRESS

Por Antonio Estella, Socio Director M Legal

 

Antonio Estella, Socio Director M LegalCuando todo empezó en 2010 parecía el maná que iba a acabar con la corrupción empresarial y que llenaría las salas de los juzgados de empresarios maliciosos y corruptos que ganaban, a manos llenas, un dinero que no debía ser suyo. Ahora casi cinco años después miramos atrás y encontramos el más absoluto vacío, escasez de sentencias abordando el tema, pocos programas de compliance encima de las mesas de los juzgados atenuando o eximiendo delitos y muchas, muchas opiniones sobre el tema.

Mucho se ha escrito sobre la necesidad de implementar los programas de compliance en las empresas, ríos de tinta que los mejores juristas de nuestro país han plasmado en papel sobre origen, virtudes y cualidades de estos programas.

Si bien es cierto que los programas implementados hasta la fecha no han tenido mucho protagonismo, también lo es el hecho que el entramado empresarial español -en cuanto a corrupción- gozaba de muy buena salud, y a todas luces se trataba de una reforma que poco o nada tenía que ver con la necesidad social existente en España.

Por otro lado, parece una reforma nacida para controlar a empresas tipo “Mafia S.A”, a las que sin embargo poco les importa el tener o no programas de prevención, medidas antiblanqueo o de riesgos, y ello porque nacieron precisamente para saltarse las normas.

No obstante no todo esfuerzo es baldío, y como decía el jesuita Anthony de Mello, el juego de cartas no lo gana quién se empeña en tener los mejores naipes, sino el que juega la mejor mano con lo que tiene, es decir que tratándose de una imposición legal, en esto sí que nos puede ayudar una correcta implementación de los programas de compliance en nuestras compañías.

En primer lugar por la reputación social de la empresa, pues todas deberían tener en un gran escaparate –léase web- las políticas corporativas destinadas a que su público objetivo conozca que se preocupan por cumplir la ley, reputación que a ojos del que escribe supera con mucho el coste de los programas.

En segundo lugar, un buen programa ha de estar orientado a la satisfacción de los trabajadores, es decir a hacerles la vida más fácil, integrándolos con mayor fuerza en las políticas, principios y valores de la empresa. Si un compañero puede estar cometiendo delitos hemos de dar las herramientas internas para investigar la situación y tomar las medidas oportunas –disciplinarias o legales-.

 Recordemos que una denuncia ante las autoridades siempre debe ser presentada por la dirección de la compañía y nunca por nuestros trabajadores. Implicarles en el desarrollo del programa les hará sentirse valorados y escuchados –por tanto felices-, y una auténtica voluntad de mejora continua no es practicable sin la colaboración de aquel que resulta fundamental para el día a día de la compañía.

Una mejor comunicación interna resulta fundamental para que los directivos de las empresas entiendan lo que sucede realmente dentro, no olvidemos que todo buen programa debe ir acompañado de un plan de comunicación que nos sirva: i) para acreditar el conocimiento del programa por todo el personal ante quien corresponda, ii) para hacer ver a nuestros clientes que nos preocupamos por ellos y su satisfacción y iii) para recordar a nuestros competidores y al mercado que sabemos hacer las cosas tan bien como cualquiera, o mejor. Comunicar no es informar, es construir identidad y cultura, de lo cual es eje central un programa de compliance coherente con nuestros valores.

Uno de los mayores problemas que nos encontramos cuando asesoramos a empresas, y da igual que sean grandes o pequeñas, es que no resulta infrecuente la poca comunicación entre áreas y departamentos, incluso hemos encontrado casos en los que departamentos desconocían funciones que hacían otros –y eso que estaban en el despacho de al lado-.

Hacer que nuestra estructura funcione como un engranaje perfecto es el sueño de muchos empresarios y no siempre es sencillo, y en determinadas organizaciones resulta realmente complicado conocer en profundidad las habilidades de nuestro compañero, siempre estamos muy ocupados pensando en cuánto trabajo tenemos por hacer.

A nuestros ojos uno de los grandes aciertos de esta reforma penal ha sido la emergente figura del compliance officer. Nuestra recomendación es que no se limite a ser un señor que se pasea por la compañía con gorra de policía y gallarda figura  a lo “Benny Hill”, sino que ha de ser un compañero útil para todos, un facilitador empresarial, el amigo que tenemos cerca cuando las cosas se tuercen. De ahí que estos puestos en Estados Unidos, cuna de estos programas, estén tan valorados y mejor pagados, pues toda la empresa sabe que es el tipo que nos sacará del apuro llegado el caso.

Si en lugar de eso lo disfrazamos de fiscalizador del trabajo ajeno, nos encontraremos con el principal impedimento para que nuestro programa funcione, porque a nadie le gusta que vigilen su trabajo, ¿verdad?

Por ello nuestro principal consejo a la hora de implementar estos programas de cara a una real utilidad, es implicar a todos los miembros de la compañía, esto ayudará a que lo sientan como suyo y hará que el programa realmente conecte con nuestro valores y principios empresariales, mejorando nuestra marca y al fin y al cabo nuestras ventas, que de eso se trata.

 

 

 

 
 
 

 

 
 
 
 
 
 
Nosotros  /  Nuestro Equipo  / Contacto 

copyright, 2015 - Strong Element, S.L.  -  Peña Sacra 18  -  E-28260 Galapagar - Madrid  -  Spain - 
Tel.: + 34 91 858 75 55  -  Fax: + 34 91 858 56 977
info@lawyerpress.com  -  www.lawyerpress.com - Aviso legal