Seis
años
después
de
que
se
pusiera
en
práctica
la
supuesta
liberalización
eléctrica,
lo
consumidores
califican
este
proceso
con un
suspenso
sin
paliativos:
ni
mejores
precios,
ni
mejor
información,
ni
mayor
calidad
del
servicio.
Y sí
cuantiosos
beneficios
para
las
compañías
(desde
los
llamados
Costes
de
Transición
a la
Competencia,
al
reconocimiento
de
un
supuesto
déficit
tarifario)
que
los
ciudadanos
tachan
de
“inaceptables”.
Así
se
desprende
de
la encuesta
“Los
consumidores
y la
liberalización
eléctrica:
conocimiento
y
satisfacción“,
realizada
por CEACCU y
cuyos
resultados se
han
dado
hoy
conocer.
El
estudio
también
refleja
el
grado
de
información
de
los
consumidores
sobre
el
nuevo
recibo
de
la
luz,
los
problemas
más
frecuentes
con
las
compañías,
el
creciente
esfuerzo
económico
de
las
familias
para
hacer
frente
a
las
facturas
y la
magnitud
de
la
pobreza
energética,
entre
otros
temas.
·
El
92%
de
los
consumidores
considera
que
la
liberalización
eléctrica
sólo
ha
beneficiado
a
las
compañías
eléctricas.
Además,
cerca
del
90%
de
los
consumidores
no
cree
que
se
pueda
hablar
de
verdadera
libre
competencia
porque
no
hay
posibilidad
de
cambio
de
distribuidora,
y es
en
este
eslabón
donde
se
producen
las
mayores
desventajas.
·
El
ahorro
que
ha
venido
suponiendo
de
media
el
cambio
de
comercializadora
(1
euro
al
mes)
no
es
suficiente
para
justificar
un
proceso
de
liberalización
como
el
que
se
ha
producido
según
opina
el
95%
de
los
encuestados.
·
Por
si
fuera
poco,
no
ha
sido
un
proceso
que
ha
salido
gratis
a
los
consumidores:
En
los
años
previos
a la
liberalización,
los
consumidores
españoles
han
pagado
a
las
cinco
grandes
compañías
eléctricas
alrededor
de
12.000
millones
de
euros
para
compensar
los
supuestos
perjuicios
ocasionados
por
abrirse
a la
competencia.
A
más
del
92%
de
los
encuestados
no
les
parece
razonable
que
se
haya
tenido
que
pagar
a
las
compañías
la
cantidad
estos
llamados
“Costes
de
Transición
a la
Competencia”,
teniendo
en
cuenta
que
los
beneficios
de
estas
empresas
superan
los
tres
mil
millones
de
euros
al
año.
·
El déficit
tarifario es
otro
“gol”
de
las
grandes
compañías,
a
juicio
de
los
usuarios: El
97,5%
de
los
consumidores
no
está
de
acuerdo en
que
se
haya
reconocido
este
supuesto
déficit
ya
que
el
precio
de
la
luz
debería
haberse
ajustado
a
los
costes
reales
y,
por
tanto,
se
trataría
de
una
deuda
irreal.
·
En
cuanto
a
las
investigaciones
y
sanciones
en
materia
de
competencia
a
las
grandes
eléctricas,
resulta
inadmisible
para
la
mayor
parte
de
los
encuestados:
así
lo
afirman
más
del
96%,
para
quienes
un
suministro
esencial
como
es
la
luz,
“no
puede
tener
supuestas
manipulaciones
de
precios
para
que
las
compañías
incrementen
sus
beneficios”.
El
precio
de
la
luz
·
Al
92%
de
los
consumidores
no
le
parece
fiable
y
transparente
el
proceso
de
formación
del
precio
que
se
paga
por
la
electricidad.
·
El
83%
de
las
personas
encuestadas
considera
que
es
muy
superior
a lo
que
debe
costar
un
servicio
básico
e
imprescindible.
·
El 68% de
los
encuestados
afirma
que ha
aumentado
el
esfuerzo
económico que
tienen
que
hacer
para
pagar
la
luz.
·
El
66% de
los
encuestados
conoce casos
tanto
de
retrasos
o
impagos
en
el
recibo
de
la
luz,
con
situaciones,
incluso,
de
tener
que
pedir
ayuda
a
familiares
o
amigos para
hacer
frente
al
pago
de
la
factura.
·
El
42%
de
los
consumidores
admite
pasar
privaciones
para
poder
pagar
la
luz
(como
tener
la
calefacción
más
baja
de
lo
necesario),
“graves”
en
el
14%
de
los
casos:
es
decir,
algo
más
de
280.000
usuarios
sufren
carencias
severas.
Nuevo
recibo
·
Sobre
el
nuevo
recibo
de
la
luz
tras
el
fin
de
la
subasta
eléctrica
y su
sustitución
por
un
nuevo
método
basado
en
las
cotizaciones
diarias,
el
88%
de
los
encuestados
no
tiene
conocimiento
de
los
cambios
que
supone.
·
Sobre
las
ventajas
que
el
gobierno
alegaba
(posibilidad
de
ahorro,
atendiendo
a
los
cambios
de
cotización
de
la
energía
y
modificando
los
hábitos
en
función
de
ello),
únicamente
el
5,6%
de
los
entrevistados
considera
que
sí
puede
beneficiarse.
Mayoritariamente,
ocurre
en
niveles
socioeconómicos
más
altos.
·
Uno
de
los
impactos
más
negativos
para
el
consumidor
del
nuevo
recibo,
como CEACCU
viene
denunciando desde
su
implantación,
es
el
mayor
peso
en
la
factura
final
del
concepto
fijo
“potencia
contratada”,
cuyo
precio
se
ha
duplicado
el
último
año
y
menos
la
electricidad
consumida.
En
un
90%
de
los
encuestados
consideran
que
este
cambio
perjudica
a
las
familias
con
necesidad
de
ahorro.
·
Además,
los
consumidores
no
conocen
bien
el
ahorro
que
pueden
obtener
disminuyendo
la
potencia
contratada:
Solo
3 de
cada
10
consumidores
saben
que
son
4
euros
menos
por
recibo
por
cada
kilowatio
que
reduzcamos.
Las
personas
de
mayor
edad
y de
menor
nivel
socioeconómico
tienen
mayor
desconocimiento
de
estos
aspectos.
·
El
bono
social
también
supone
un
ahorro
desconocido
por
cerca
del
90%
de
los
entrevistados,
quienes
denuncian
no
haber
recibido
información
adecuada
sobre
el
mismo.
·
Respecto
a
las
condiciones
para
acceder
al
mismo,
al
82%
no
les
parece
bien
que
estas
condiciones
no
cubran
todas
las
situaciones
de
necesidad.
Problemas
con
las
compañías
·
Los
problemas
más
comunes
con
el
servicio
que
ofrecen
las
compañías
eléctricas
son
la
falta
de
información
y errores
en
la
factura,
en
torno
al
17%
de
los
encuestados
han
sufrido
algún
problema
de
este
tipo:
es
decir, 500.000
usuarios
se
habrían
visto
afectados.
Estas
dos
situaciones
han
aumentado
de
manera
importante
desde
2008,
puesto
que
los
errores
en
la
factura
han
aumentado
en
12
puntos
porcentuales
y
las
quejas
por
falta
de
información
en 8
puntos.
·
Actualmente,
una
compañía
puede cortar
la
luz
a un
usuario
si
se
produce
el
impago de
un
recibo,
aunque
sea
erróneo,
y
que
la
compañía
avise
con
dos
meses. A
más
del
90%
no
le
parece
razonable,
dividido
entre
los
que
opinan
que
no
debería
cortarse
la
luz
en
caso
de
pobreza
energética,
opinión
más
común
entre
las
personas
de
mayor
edad
y de
menor
nivel
socioeconómico,
y
los
que
opinan
que
si
se
plantea
una
reclamación
por
disconformidad
en
la
factura,
la
luz
no
debería
cortarse
al
menos
hasta
que
se
resuelva
por
parte
de
un
órgano
independiente.
·
En
cuanto
a la
“calidad”
del
servicio,
los
aspectos
peor
valorados
de
las
compañías
son
el
precio
y la
información
sobre
el
ahorro
en
el
consumo,
con
puntuaciones
inferiores
a 4.
Todos
los
aspectos
planteados
han
sufrido
descensos
de
valoración
respecto
a
2008,
destacando
el
concepto
de
factura.
·
Sobre
las comercializadoras,
que
realizan
una
labor
de
venta
ya
sea
por
teléfono
o
directamente
personándose
en
los
hogares
de
los
consumidores,
el
54%
de
los
encuestados
que
han
recibido
una
oferta,
considera
que
la
información
recibida
fue
confusa
y el
trato
algo
agresivo,
con
el
único
objetivo
de
que
firmara
cuanto
antes
sin
pensar
mucho
en
lo
que
le
supondría
un
cambio
de
compañía. |