El pasado viernes mi socio Adalberto Guerrero y yo, en representación de Circulo
Legal, asistimos a las 3era. Jornada de “Abogacía Virtual” que la UOC y More
than Law organizaban. Pese a que nuestras expectativas eran altas, la calidad y
diversidad de los ponentes hizo que se superaran con creces, abriéndonos los
ojos y la mente a otras visiones de la profesión diferente a la nuestra.
Aunque Marti Manent (fundador de El abogado.com) afirmo de forma categórica que
la mayoría de los abogados van a desaparecer, serán robots los que hagan su
trabajo pues ya hay programas que predicen los resultados de un proceso o el
Juzgado que seria mas favorable a nuestras pretensiones, creo sinceramente que
no viviré lo suficiente para ver esta “desaparición”. Eso si, estoy
absolutamente segura de que los despachos que no se adapten a la tecnología, a
las redes sociales y a la necesidad de aportar valor añadido al cliente
“morirán” pues los clientes, como dijo Eva Bruch, presuponen que los abogados
sabemos derecho y hay que ofrecerle “más”.
Ciertamente, la forma de ejercer la abogacía ha cambiado considerablemente y en
los últimos 20 años hemos pasado de redactar demandas de forma artesanal y con
maquina de escribir a utilizar potentes ordenadores cuyos servidores ya no están
físicamente en nuestros despachos sino en una “nube”; no nos comunicamos por
carta con Procuradores y clientes sino mediante correo electrónico; el burofax (
método en su día revolucionario) ha sido sustituido por sms certificados y nos
hemos olvidado también de redactar largos y tediosos “Informes de situación de
los expedientes” para el cliente pues éste accede a los mismos mediante apps.
Por lo tanto, si no nos adaptamos a los nuevos sistemas, perderemos cuotas de
mercado y nos volveremos menos “interesantes” y competitivos.
Evidentemente también ha cambiado la forma de captación de clientes: antes, y
citando a Enrique Ceca, ponente en el acto, “no sabíamos como llegaban los
clientes, simplemente sonaba el teléfono”. Otros, como Ramon Casanova,
recordaron que la publicidad estaba prohibida para los abogados ¿Y ahora qué? En
Circulo Legal lo tenemos claro: imprescindible un buen plan de marketing, blogs
jurídicos, presencia en redes sociales, una buena web y, sobretodo, no hablar
tanto y escuchar mas a los clientes para detectar sus necesidades y adaptar
nuestros servicios a estas.!
Innovación también fue una palabra repetida profusamente durante la jornada. De
ella hablo Carlos Vicente, manifestando que “ hay que sintonizar con el
cliente, hablar su lenguaje, ser valiente e innovar”. Jordi Estalella
manifestó que había que destruir el mito de que la innovación no era rentable
porque necesitaba mucha inversión para, en realidad, descubrir que las claves se
hallaban en la creatividad, estrategia y valor de lo que ofreceos. Ahora bien la
pregunta que surge es ¿innovar como único elemento de diferenciación del
despacho? Mi opinión, que coincide con la de Jordi Estalella, es que no, que hay
que apostar por despachos que combinen “rutina e innovación”.
Otra de las ideas expuestas por los ponentes con la que coincido plenamente es
la necesidad de perder el miedo a no conocer otras ramas del derecho. Y tanto es
asi que hace muchos años que nuestro despacho esta formado por diversos
departamentos altamente especializados en derecho civil, derecho mercantil y
derecho de familia, sin que a día de hoy ninguno de los socios tengamos
vergüenza en reconocer que no sabemos de otra rama del derecho que no sea la de
nuestra especialidad. En mi caso, bastante tengo con saber de derecho de familia
como para también conocer derecho mercantil o concursal. ¿para que me voy a
complicar si mis socios están especializados cada uno en una de estas ramas?
Por ultimo coincido plenamente con Paula Fernandez Ochoa en que,
inevitablemente, los despachos deben tener presencia en redes sociales y en que
es necesario tejer la red de contactos y eso conlleva dedicación online y
offline. A ello añadiría que los abogados deberían dedicar tiempo y esfuerzo
en construir una marca personal pues eso los puede convertir en “influencers” a
los que los despachos deberían contratar.
Podría continuar intentando definir conceptos nuevos que oí por primera vez como
marketing de interrupción, marketing de permiso, mass collaboration etc…
pero, sinceramente, que no estoy capacitada para hacerlo pues bastante tengo con
intentar profundizar en el derecho de familia, formarme continuamente, reunirme
con los clientes, preparar los juicios, diseñar un plan estratégico, hacer
“brain storming” con mis asesores de marketing, preocuparme por mi indice klout,
redactar mis twetts, actualizar mi estado en Facebook y publicar un post. En eso
se ha convertido el ejercicio de la profesión más dura y apasionante del mundo:
la abogacía. Y no creo que la tecnología pueda suplir tanta capacidad. |