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29 de JUNIO de 2015

Cuatro horas con Tula: Aprendiendo de la Experiencia

LAWYERPRESS

Por Maria Luz Villaroya. Mediadora. Alicante

 

Maria Luz Villaroya. Mediadora. AlicanteLa formación no sólo es recopilar datos objetivos, llenar hojas de apuntes de nuevas técnicas y ver vídeos de cómo se hacen las cosas. Formación es saber por qué hacemos una cosa y no otra y además de entenderlo, asimilarlo. Poner en valor nuestro trabajo y salir con la sensación de que lo que hacemos sirve para algo es la recompensa. Formarse es aprender de quien habla con conocimiento de causa, desde la experiencia y no sólo desde un montón de teoría que muchas veces no pasa de ser eso, pura teoría.

Durante este mes de  junio los mediadores hemos estado de enhorabuena. Gracias a la Escuela Profesional de Mediación  PROMEDIACIÓN, donde tuve la suerte de formarme, y en especial a Chusa Fernández Cortés su directora, hemos podido disfrutar de un gran mediador internacional, el Doctor  Antonio Tula quien ha estado impartiendo cursos en diferentes ciudades de nuestra geografía y como diría otro gran mediador, José Antonio Veiga Olivares, director académico de la misma escuela, ha estado "sembrando" mediación en todos y cada uno de los lugares donde fue.

Mis compañeros mediadores que pudieron disfrutar de él en cursos de más horas completarán este artículo mucho mejor que yo porque el de Alicante fue un taller más corto pero no por ello menos intenso.

Y si en algo ha sido diferente la formación con  Antonio Tula es precisamente esto. Que habla desde la experiencia acumulada en este viaje de la mediación. Mediador argentino, abogado, experto en resolución de conflictos, experto en la aplicación del enfoque sistémico en mediación, nos aportó su punto de vista de  cómo desarrollar esta profesión. Porque todos estamos conectados. Es por eso que  un cambio que se produce en una de las partes de un sistema laboral o familiar lleva consigo un impacto en el resto. Tal como sucede con el engranaje de una maquinaria, una modificación en una de sus piezas implica un reajuste del sistema completo haciendo cambiar el funcionamiento entero. Nos recuerda que dentro de nosotros hay diferentes roles: el de padre, hijo, compañero, pareja. Y cada uno implica un tipo de relación diferente. Un sistema complejo de relaciones que hay que saber  tener en cuenta y relacionar.

 Lo primero que llama la atención es su generosidad por permitirnos experimentar en su "laboratorio", como él lo llama. Laboratorio en el que pudimos experimentar y sorprendernos con herramientas como el "equipo reflexivo". Con ella empezamos a romper esquemas, nada de estar "pendiente" de los mediados, nada de estar midiendo con cronómetro a quién miramos ahora y a quién después. Con ella los comediadores inician una conversación "privada "entre ellos como si las partes hubieran desaparecido. ¿Cuál es la finalidad?, hacerles reflexionar sobre su situación. Ver con un poco de perspectiva y desde fuera lo que ellos están viviendo, como si dejaran de ser protagonistas para pasar a ser espectadores. Nos sorprendieron sus efectos, muchos de nosotros la rebautizamos como la "técnica del espejo".

Aprendimos también a afrontar miedos. El miedo a perder la neutralidad cuando una parte, por ejemplo, nos recuerda a alguien de nuestra vida con el que la relación no fue fácil, o cuando una situación planteada en mediación nos   transporta a otra vivida por nosotros habiéndonos resultado dura. Miedo porque tememos perder nuestra imparcialidad lo que nos llevaría a dirigir el proceso como nuestro. Sabemos que es difícil ponerlo en práctica. La propuesta para resolverlo: abordarlo desde la tranquilidad y la naturalidad. Hablándolo con las partes, poniéndolo "encima de la mesa", dándoles a ellas las riendas del asunto. Claro que esto solo lo pueden hacer los que llevan un largo kilometraje recorrido en el viaje de la mediación.

Afrontamos también  el sentimiento de culpa que puede surgir cuando tras una larga mediación  y habiendo logrado un acuerdo recibimos una llamada al día siguiente diciéndonos que ese acuerdo no se va a cumplir. Encima cuando lo "hemos percibido" o algo nos "olíamos". Pues a sacudirnos culpas y a trabajar por las soluciones: para la próxima redactar el acuerdo con la ayuda de las partes  haciendo que sean ellos las que nos  lo dicten, ponernos literalmente en medio de ellos y transcribir con sus palabras lo  que han elegido acordar...

Aprendimos además, que cada mediación es única, que la resolvemos con lo que las partes quieren llevar a ella y no podemos cargarnos con el peso de saber si es "la verdad" porque como decía otro gran mediador, Johan Galtung, no hay una sola verdad sino  verdades. Es su caso y a ellos les debemos el respeto de dejarles elegir por qué se trata un tema y no otro.

Aprendimos a coser. Sí, eso mismo. Porque en otras ocasiones ya habíamos escuchado que la mediación es un traje que se hace a medida pero en ese taller pudimos ver cómo el lenguaje utilizado con una parte no produce el mismo efecto en la otra. Entonces ajustamos el tono, la terminología y con el difícil uso de las palabras reconducimos nuestra comunicación. Coser y cantar.

Utilizamos el silencio, que también comunica, porque los gestos y expresiones forman parte de nuestro lenguaje. Hilvanamos el presente con el pasado, a los que acuden a mediación con los que no están en ella y resultan o pueden resultar decisivos en la toma de decisiones, hablarles de ellos, preguntándoles qué creen que pensaría tal persona de esa situación si pudiera verles. En definitiva, visualizar el sistema propio y particular de cada parte porque es desde donde  toman sus propias decisiones y donde aplicarán los acuerdos a los que llegaron.

Para concluir me quedaría con la idea que cada mediación es única, que hay que saber olvidarse de los libros  o romperlos como él dice y aplicar lo que las partes necesitan en cada momento atreviéndonos a ir contra corriente. Recordando siempre que el protagonismo no es del mediador.

Añadiría que el mejor método para aprender es la práctica y este tipo de formación, una gran oportunidad para hacer rodaje.

 

 

 

 
 
 

 

 
 
 
 
 
 
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