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25 de SEPTIEMBRE de 2015

Los bancos, poco colaborativos con la mediación hipotecaria, pese a las indudables ventajas de esta práctica

LAWYERPRESS / @LuisjaSanchez

El Instituto de Mediación Hipotecaria, una iniciativa del procurador Roberto Granizo, que busca acuerdos entre deudores y entidades bancarias

procurador Roberto Granizo

Mientras la mediación busca su forma de desarrollarse en nuestro país para encontrar el sitio que le corresponde, profesionales como Roberto Granizo, procurador en la vida diaria, decidió introducirse en la intermediación hipotecaria, un asunto de amplio calado social donde la relación entre el deudor y la entidad financiera no es muy equilibrada. “En aquellos años de inicio de la crisis, mi contacto con el magistrado Fernández Seijo muy vinculado a estos temas, me hizo percibir la sensación que había que trabajar duro en este terreno. Aquellas Oficinas de Intermediación hipotecaria han hecho un gran trabajo”, afirma. De hecho en el 2012 surge el Instituto de Mediación Hipotecaria “Creemos firmemente en la resolución de conflictos por vía extrajudicial en este terreno y disponemos de un listado de mediadores que conocen muy bien la legislación hipotecaria”. Para este jurista, la especialización es algo clave en la mediación “porque da confianza a las partes que se encuentran en un mundo que no conocen.”

Un acuerdo a tiempo puede evitar que el deudor acabe en la calle y que la entidad bancaria tenga que asumir los costes de un inmueble vacio. “Nuestros mediadores siempre lo comentan en la sesión informativa, que es necesario que lleguen a un acuerdo. Hay que darse cuenta además que un procedimiento judicial supera los 3500 euros y que en el tiempo puede superar los dos años más la ejecución de la sentencia, otros ocho meses. Este es un negocio nefasto para los bancos aunque no colaboran mucho en el desarrollo de la mediación”, afirma. Granizo. A lo largo de la citada mediación, el mediador trata de buscar ese punto de encuentro entre ambas partes y buscar medidas correctoras que enderecen la situación y eviten que el deudor pierda su casa  “Hablamos de medidas correctoras que pueden venir respaldadas por planes de pago que ayuden a mejorar esa situación en ese momento compleja·”  La mediación cuesta 400 euros y habitualmente las partes la abonan de forma conjunta. Las sesiones, con el consentimiento de las partes, se graban en audio y video para que no se escape ningún detalle al propio mediador de lo que allí se dice.

En situaciones de este tipo, es habitual que el mediador trabaje de forma conjunta con otros profesionales, psicólogos, expertos en PNL  o coaching ayudan a rebajar las tensiones y a que se vea la solución a este tipo de cuestiones.  “En países como EEUU también se complementan estas prácticas con sesiones de reiki que ofrecen vibraciones positivas a los que participan en dichas sesiones, aquí en nuestra entidad de mediación empezamos a realizar esta práctica en algunas situaciones. Ayuda a descargar la agresividad y la negatividad de las partes”, advierte nuestro interlocutor. Otro elemento que nos señala es que el 7 por ciento del total de cada mediación cobrada el propio Institución de Mediación Hipotecaria lo revierte a fines de acción social. “Hasta ahora la colaboración con los bancos no es la que debiera. Sin embargo, cuando acuden a la sesión informativa y conocen el plantel de mediadores, en muchas ocasiones cambian su percepción sobre la mediación”, destaca. De todas formas, esta entidad siempre expide un certificado al deudor en donde deja claro que ha intentando la mediación, cuestión que en varias ocasiones los jueces lo tienen muy en cuenta.

Sobre la mediación, en cuestión su funcionamiento es simple. Se trata de un proceso totalmente voluntario. Por ello, se convoca una primera reunión informativa con las partes, donde se les explica el proceso, el objetivo y la manera de funcionar. Si aceptan la mediación, esta se completa en aproximadamente cuatro sesiones en las que, de manera paulatina, se van acercando las posturas. Respecto a las sesiones de mediación, Granizo señala que “se trata de reuniones en las que están presentes tanto el deudor como el acreedor y el mediador. El objetivo es poner en común las propuestas de partida de cada una de las partes y, a través de la intervención del mediador, ir acercando posturas. Para ello, el mediador fomentará el diálogo y el entendimiento mediante diferentes técnicas. Lo cierto es que si alguna de las partes no tiene deseos de cambiar su postura, la mediación no tendrá ningún efecto.”  En caso de que no se encuentre una solución consensuada que satisfaga  a las dos partes, la ejecución hipotecaria (si la hubiese seguiría adelante). “No obstante, son muy pocos los casos que no se han resuelto satisfactoriamente para ambas partes mediante la intervención del Instituto de Mediación Hipotecaria,” destaca.

 

 

 
 
 

 

 

 
 
 
 
 
 
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