Fue la ciudad de Lisboa la que recientemente albergó una nueva edición de los Premios Iberian Lawyer que reconoce el trabajo de aquellos juristas que destacaron el pasado año, menores de cuarenta años. En esta gala de los 40 under Forty Award, uno de los premiados fue Abraham Franco, Head of Legal Iberia at British American Tobacco, una multinacional en la que ha desarrollado gran parte de su carrera profesional como jurista. Con él hemos hablado de su trabajo, del papel del abogado inhouse en la empresa y de los derechos que estos profesionales ahora reivindican tras varios fallos de la justicia europea controvertidos. “El departamento legal en mi empresa es clave, somos un socio de negocio. No se buscan abogados que se limiten a decir qué dice la normativa en cada momento y alertar de problemas, que es como el valor en la mili; sino que conozcan la realidad de la empresa y sean capaces de aportar soluciones de negocio a problemas jurídicos.” Nuestro interlocutor nos revela que hace poco se han fusionado a nivel global las funciones de Legal y Asuntos Corporativos, dando lugar a “LEX” (Legal and External Affairs). “Se quiere que los abogados trabajemos no solo en adaptarse a los cambios legales, sino adelantarse a ellos”, subraya.
¿Podría indicarnos qué representa para un letrado como usted lograr el galardón que otorga Iberian Lawyer?
El haber sido premiado es todo un honor y un reconocimiento. Uno no trabaja para los premios, sino por realización personal, por ganas de hacerlo bien y por desarrollo personal, pero que te premien a la par que a grandes abogados de los principales despachos y empresas españolas es una alegría. Me hizo mucha ilusión recibir el premio.
¿Ha cambiado mucho la forma de ejercer la abogacía en estos últimos años? ¿Qué rasgos cree que diferencian a un abogado de antes como el de ahora?
Desde fuera y por el estudio del Derecho me imagino que los grandes cambios han sido el desarrollo de nuevas ramas del Derecho como el Comunitario Europeo, el Derecho de la Competencia o Nuevas Tecnologías, así como el incremento de operaciones transnacionales debido a la globalización. Sí creo que las nuevas tecnologías y el aumento de la internacionalización pueden haber sido los dos cambios más importantes en el ejercicio de la abogacía.
En su caso, usted lleva una carrera profesional centrada en esta multinacional, ¿qué le hizo decantarse por la empresa y no por trabajar en un despacho de abogados?
Me ha gustado siempre el Derecho, pero no tenía una vocación muy clara por la práctica jurídica. En el último año de carrera estaba en el proceso de selección de algún despacho grande, pero me salió la oportunidad de irme a estudiar a París y no lo dudé. Cuando volví en julio del año siguiente los procesos de los despachos ya estaban cerrados, vi la oferta de British American Tobacco y la solicité. La verdad es que si bien a veces me queda el gusanillo de no haber trabajado nunca en despacho de abogados creo que acerté de pleno, esta es una grandísima empresa donde trabajar.
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“Creo que las nuevas tecnologías y el aumento de la internacionalización pueden haber sido los dos cambios más importantes en el ejercicio de la abogacía en los últimos años” |
¿Qué importancia tiene para su firma el departamento legal? ¿Cómo se adaptan a los cambios normativos en nuestro país?
El departamento legal en mi empresa es clave, somos un socio de negocio. De hecho el lema de la función legal en la empresa hasta hace poco era “Legal means business”, que habla por sí mismo. No se buscan abogados que se limiten a decir qué dice la normativa en cada momento y alertar de problemas, que es como el valor en la mili; sino que conozcan la realidad de la empresa y sean capaces de aportar soluciones de negocio a problemas jurídicos.
Ahora se han fusionado a nivel global las funciones de Legal y Asuntos Corporativos, dando lugar a “LEX” (Legal and External Affairs). Se quiere que los abogados trabajemos no solo en adaptarse a los cambios legales, sino adelantarse a ellos.
¿Cómo ve la problemática del abogado de empresa en el contexto de si es o no un abogado con todos los derechos?
Tengo clarísimo que tan abogado es el abogado de empresa como el de despacho. La sentencia Akzo Nobel carece de rigor jurídico al decir que el abogado interno carece de independencia mientras que el abogado externo la tiene. Todo el mundo es independiente y dependiente a la vez. ¿No depende el abogado externo de la satisfacción de sus clientes?
Además, tener el abogado internalizado o externalizado es una decisión operativa organizacional. Algunos de nuestros abogados externos conocen tanto la casa que son como abogados internos ya. En definitiva, tantos derechos tendría que tener un abogado interno como uno externo.
¿Cómo organizan su trabajo en relación con sus asesores legales externos? ¿Dónde está la clave para que la relación entre empresa y bufete funcione?
La verdad es que llevamos la parte nuclear del trabajo internamente. Muchas de las actividades de la empresa son muy especiales y nadie mejor que nosotros las conoce. Ahora bien, en ciertas operaciones de calado o temas muy concretos necesitamos asesoramiento externo. Lo bueno de BAT es que siempre trabaja con los mejores. La mayoría lleva muchos años trabajando con nosotros y eso es clave, cuando llamo a un abogado externo puedo ir directo al grano, no tengo que explicarle una y otra vez la especificidad de mi sector.
Las claves para que la relación funcione por parte de la empresa son dejar los objetivos claros desde el principio, dar instrucciones claras y ser honesto en su evaluación. Creo que los bufetes esto lo aprecian. Por parte de los bufetes creo que tienen que ofrecer su conocimiento técnico y experiencia, aportar soluciones creativas, aportar su experiencia y adaptarse a las necesidades mías como cliente, que pueden ser distintas a las de otro cliente. No siempre es fácil por ambas partes, por lo que es importante tener cierta confianza entre abogado interno y externo.
¿Qué valoración hace de la reforma penal y del desarrollo del Compliance en las empresas?
Soy un apasionado del Compliance, me parece que el desarrollo de esta disciplina es beneficioso para las empresas y para la sociedad en su conjunto. Ahora bien, sin ser un experto, no me acaba de convencer la responsabilidad penal de la persona jurídica. Plantea muchos problemas y no arregla muchos otros. Creo que las multas son más efectivas que las imputaciones y condenas penales. Me imagino que habrá empresas a las que les haga más daño una multa de la AEPD o la CNMC, por no hablar de la Comisión Europea, con repercusión en prensa, que el hecho de tener una condena penal.
En nuestro país, los juzgados están colapsados. ¿Cree que herramientas como la mediación o el arbitraje pueden ser útiles? ¿Tienen ustedes experiencia positiva en esta práctica?
Creo que la mediación o el arbitraje pueden ser útiles, sobre todo en ciertos ámbitos del Derecho, pero no van a ser la panacea de todos los males que aquejan a la justicia. Seguirá habiendo litigios y seguiremos necesitando jueces, por lo que también hay que buscar soluciones para agilizar los juzgados y tribunales, como la informatización a todos los niveles del procedimiento, o el aumento de los recursos materiales. Desde luego que las tasas no eran la solución y el propio Gobierno actual se ha visto obligado a rectificar.
En nuestro caso tenemos pocas controversias ya que, como le había dicho antes, nuestro trabajo es eminentemente preventivo, por lo que no tenemos mucha experiencia en la mediación y el arbitraje.
