Veinticinco años
vinculado al CGAE, primer como vicepresidente con Eugenio Gay, más tarde como
presidente de la máxima entidad colegial relacionada con la abogacía. Carlos
Carnicer, como ya anunciaba hace unas semanas no se presentará a las elecciones
del próximo 14 de enero. “Acaba mi mandato el 4 de enero, luego desde donde me
toque apoyaré como siempre al candidato o candidata que sea vencedor de estos
comicios electorales. Tras de sí, deja catorce años en la presidencia del propio
CGAE con mucho trabajo hecho para una abogacía que se ha ido modernizando en los
últimos años. “Quizás una de los hitos de los que me encuentro más satisfecho es
de haber logrado que se aprobase una Ley de Acceso a la Abogacía, norma que
espero que a medio plazo nos dé mejores abogados. Porque el primer juez para el
ciudadano es el abogado”, apuntaba. Ayer cuando se presentaba el Barómetro de la
Abogacia elaborado por Metroscopia, el propio Carnicer señalaba diferentes
medidas que reclama a los partidos políticos de cara al 20D. Nuestro
interlocutor, aragonés él, sigue creyendo que un Pacto de Estado por la Justicia
sólido y con participación de todas las instituciones podría ayudar a ver la
justicia de otra forma. También pidió mejoras para el sistema de Asistencia
Jurídica Gratuita y la necesidad de una Ley Orgánica del Derecho a la Defensa.
“Me preocupa que con el nuevo Gobierno vuelvan de nuevo a cuestionar a los
colegios profesionales”, comentó.
La justicia sigue siendo la gran olvidada de nuestro país. No da votos y eso
hace que en los Presupuestos Generales del Estado tenga una partida escasa. Para
el año que viene los 1500 euros de Justicia se verán superados incluso por los
2.200 de Educación y Ciencia. “En estas circunstancias no queda otro remedio que
apelar al Pacto de Estado por la Justicia. Necesitamos un cambio profundo en el
que la justicia sea el eje de nuestra democracia”, comentaba Carlos Carnicer.
Para el presidente del CGAE, con este Pacto institucional entre todas las
fuerzas políticas y operadores jurídicos se podría devolver la confianza de los
ciudadanos en su sistema de Justicia eficaz, neutral y previsible, independiente
de los otros poderes del Estado, así como avanzar en la consecución de una
Justicia más eficiente, ágil e igualitario. “En ese Pacto de Estado deben
participar todos los operadores jurídicos, los partidos políticos, los
sindicatos y las organizaciones de consumidores y usuarios, a través del
permanente diálogo entre el Gobierno y los profesionales de la Justicia.”
Al mismo tiempo, Carnicer cree necesario que se agilicen los macroprocesos
judiciales, sobre todo aquellos donde hay casos de corrupción y ve muy necesario
que exista la misma formación tanto inicial y continua para jueces, fiscales y
abogados. “Creo que la especialización para afrontar determinados casos de
nuestros profesionales será necesario”, apuntó.
El presidente del CGAE, que siempre defendió a los jueces y fiscales sustitutos
en su último mandato recordó en su intervención que es necesario dotar a la
Administración de Justicia de más medios humanos y materiales. “La apuesta de
Lexnet es necesaria pero mucho me temo que no vamos a llegar a lo que quiera el
Ministro Catalá, de hecho ya para el 1 de enero, Andalucía ya ha comentado que
no llegará a tener digitalizado sus notificaciones”, apuntó. A este respecto
recordó que la interoperabilidad es necesaria, al igual que “fomentar la gestión
de la administración de justicia con criterios empresariales”, destacó.
El principal problema que señaló el presidente del CGAE es el de la falta de
unas estadísticas fiables en estos momentos. “No hay nueve millones de asuntos
que entran en los Tribunales, esos datos, como ya dijo el anterior FGE, Eduardo
Torres-Dulce, muchos menos”; indicó. A su juicio sin tener esos datos fiables
no se puede actuar sobre la Justicia realmente y ver qué cambios hay que hacer.
En su opinión lo que habría que hacer es promover entre todos los operadores
jurídicos (jueces, letrados de la Administración de Justicia, fiscales, abogados
y procuradores) y el Gobierno, un sistema de tratamiento de datos de todos los
procesos judiciales, que facilite la unánime consideración de las estadísticas
de la Justicia en nuestro país como fiables y reales.
Problemas
económicos de la Asistencia Jurídica Gratuita
Otra de las peticiones que hace el CGAE al partido o partidos que resulten
vencedores de las próximas elecciones generales tiene que ver con la Asistencia
Jurídica Gratuita. “Queremos que este sea un servicio público con la misma
calidad de siempre, lo que debe mejorar es su retribución económica”; apuntó el
presidente de los abogados. Sin embargo, es justo reconocer que en la última
década los abogados del turno de oficio han sufrido muchos recortes de todo
tipo. “Es fundamental que se garantice el sagrado Derecho a la Defensa de los
más desfavorecidos”, comentó.
Desde el CGAE se pide que se mantenga el servicio en las mismas condiciones y
con el mismo sistema, en el que los Colegios son los valedores del trabajo de
los abogados “lo importante es asegurar los pagos, una retribución digna y que
se garantice la cercanía e inmediatez en la prestación del servicio en todas sus
instancias (territorialidad)”, insistió. Curiosamente el tema de las tasas
judiciales y el dinero recaudado por el Estado que asciende a más de 600
millones de euros, fue un tema que Carnicer no abordó pese a que la Ley de tasas
señala que ese dinero iría a financiar la Justicia Gratuita.
Quien ha seguido a Carnicer en estos últimos quince años se ha dado cuenta que
una de sus obsesiones legislativas ha sido siempre, y con razón, proteger el
derecho a la defensa. “El Derecho de Defensa consagrado en los artículos 17.3 y
24 de la Constitución representa uno de los derechos más sagrados de todos, pues
garantiza el acceso a los demás. Sin embargo aún no ha sido debidamente
regulado, por lo que nuestro sistema de Justicia está incompleto”, ha comentado
en algunas ocasiones.
En esa regulación que está pendiente, el propio CGAE señala que sería necesario
impulsar el asesoramiento y la defensa jurídica, garantizando así el Derecho
Fundamental de Defensa, y reforzando otros derechos y obligaciones conexos a
éste, como la formación, la confidencialidad de las conversaciones entre abogado
y cliente, la inviolabilidad de las comunicaciones, la deontología o el secreto
profesional. A su juicio es necesario “constitucionalizar las actividades de los
abogados en funciones de defensa y reforzar el papel constitucionalmente
reconocido a los abogados como garantes del Derecho de Defensa jurídica.”
Para el propio Carlos Carnicer la manera de resolver este déficit es promulgar
una Ley Orgánica del Derecho de Defensa -dado que se trata del desarrollo de un
derecho fundamental, constitucionalmente protegido-, acordada a través del
diálogo y el consenso, con las contribuciones de la Abogacía y otras profesiones
garantes de dicho derecho.
Gobiernos y
Colegios Profesionales
Otra de las cuestiones que preocupa a la abogacía es la persecución que desde
hace años vienen sufriendo los colegios profesionales desde los diferentes
Gobiernos. “A última hora el anteproyecto de Servicios y Colegios Profesionales
se retiró de la mesa pero estamos convencidos que el Gobierno que salga de las
urnas volverá a cuestionar la viabilidad de los Colegios, elementos claves, por
otro lado, para el ejercicio de determinadas profesiones”; apuntó.
A pregunta de este periodista, sobre los problemas del CGAE y diversos Colegios
de Abogados con Competencia, recordó Carnicer que “nosotros en vía contencioso
administrativa hemos reclamado porque creemos que tenemos razón, porque no
podemos olvidar que la Justicia Gratuita es un servicio público”, indicó. A su
juicio, sería bueno que la futura ley que surja para regular los Servicios y
Colegios Profesionales surja del consenso y puedan opinar los propios colegios
profesionales.
Desde el CGAE se observa que es fundamental garantizar la independencia y
viabilidad de los Colegios Profesionales, constitucionalmente reconocidos (art.
36 C.E.), así como la calidad de los servicios de defensa jurídica en nuestro
país, asi como proteger la independencia y autonomía de las corporaciones frente
a intentos de control no justificados.
Al mismo tiempo se reclama mantener la colegiación única con criterio de
territorialidad, que permita el control deontológico, de participación colegial,
de censo y de eficacia del Turno de Oficio, así como mantener la unidad de la
profesión de la Abogacía, sin rupturas ni divisiones de la misma atendiendo al
empleador.