STEM es la nueva palabra de moda. Es el acrónimo de Science, Technology,
Engineering and Mathematics o, en español, Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y
Matemáticas (CTIM). Un
reciente artículo sobre STEM de Sergio Parra en Jot Down concluye que nos
encontramos ante el tsunami hipertecnológico más grande jamás acaecido en la
historia de la humanidad. Parra afirma que estamos en el mejor momento de la
historia gracias a la tecnología y aporta datos reveladores, entre ellos: que
prácticamente todo el crecimiento de la renta desde 1870 en Inglaterra y Estados
Unidos se debe a la innovación tecnológica; que el números de científicos se
duplica cada 15 años y, en consecuencia, la tasa de patentes; o que el 65% de
los niños que ahora empiezan educación primaria, trabajarán en una ocupación que
ni siquiera ha sido inventada aún.
Estoy de acuerdo con el planteamiento pero echo en falta una referencia al
impacto de los avances médicos, en especial en los campos de la genética,
nanociencia y neurología. Sugiero añadir una nueva M a STEM para reflejar la
revolución que se está viviendo en los últimos años en la medicina.
Hemos comentado en alguna ocasión que el mundo legal se mueve a un ritmo más
lento que otros sectores aunque ya está empezando a sentir el impacto de los
nuevos desarrollos. Uno de los cambios más relevantes ha sido permitir que los
dueños de las firmas legales no sean abogados, que está vigente en Inglaterra y
Australia entre otros países. Es lo que se conoce como ABS (Alternative Business
Structures).
Las ABS llevan ya cuatro años operativas pero
el debate sobre su idoneidad no cesa.
Sus defensores afirman que este tipo de soluciones aumentará el acceso a los
servicios jurídicos mientras que los opositores dicen que va a socavar el
profesionalismo. En cualquier caso, los estudios realizados sugieren que, aunque
todavía es pronto para valorar los efectos de la medida, la introducción de las
ABS no sólo no ha provocado problemas relevantes sino que, por el contrario,
estas entidades han aportado una buena dosis de innovación y diversidad al mundo
legal.
Algunas de los nuevos entrantes (sean ABS o no) están poniendo más foco en el
cliente final y otros se dirigen principalmente al mercado B2B. Entre los
primeros debemos mencionar a LegalZoom,
que está teniendo mucho éxito en EEUU
con su propuesta de “uberizar” el mercado legal.
LegalZoom
ofrece desde 2010 un servicio a autónomos y particulares que cuesta 24
dólares/mes y da acceso a un número ilimitado de llamadas de media hora a
letrados para consultar cuestiones jurídicas básicas. Según declara su CEO, el
objetivo de LegalZoom es que los servicios legales sean accesibles para el 99%
de los americanos que no podían permitírselos.
Radiant Law
tiene un enfoque parecido a Riverview Law (sobre
la que escribimos hace unos meses en Replicante).
Quieren ayudar a grandes empresas a negociar y manejar altos volúmenes de
contratos. Por su parte,
Riverview Law
acaba de presentar a KIM,
su ejército de paralegals virtuales,
que amenaza con gestionar de una forma muy eficaz las tareas que hasta ahora
desarrollan los recién licenciados en los despachos.
Otras firmas basan su estrategia en la flexibilidad, tanto hacia el cliente de
sus servicios como -sobre todo- hacia los abogados que trabajan allí. Se han
dado cuenta de la rigidez de los esquemas tradicionales y ofrecen a sus letrados
unas condiciones laborales que les permiten conciliar mucho mejor su vida
personal y profesional. Esa flexibilidad se traslada también a los clientes,
empresas (que pueden ser despachos) o usuarios finales, poniendo a su
disposición múltiples posibilidades de contratación de los servicios legales. Me
estoy refiriendo a compañías como
LOD -Lawyers On Demand,
(el nombre no podía ser más explícito…);
Obelix,
con un motto potente “el mayor pool de talento legal” y una
denominación que no viene del popular personaje de Goscinny y Uderzo sino del
obelisco “La aguja de Cleopatra” de Londres o
Peerpoint,
que cuenta con el aval y respaldo del prestigioso despacho Allen & Overy.
En cualquier caso, apenas hemos mencionado la punta del iceberg. En el
recomendable trabajo del Hastings College of the Law titulado “Disruptive
innovation. News models of legal practice”
se describe con detalle la forma en la que más de cuarenta empresas están
ofreciendo una nueva propuesta de valor para abogados y clientes.
Para los
letrados,
estos nuevos modelos ofrecen una mejor
conciliación y un mayor control sobre
su vida laboral, a cambio de asumir
más riesgos y sustituir un
salario garantizado por un sistema que les remunera solo por
las horas que efectivamente
trabajan. Desde la óptica de los clientes, los nuevos
modelos tienen la gran ventaja de que se ofrecen por un precio sensiblemente
inferior, que se consigue eliminando gastos en oficinas, sueldos fijos y
formación de los nuevos graduados.
Como bien explica Parra en el artículo que hemos mencionado al comienzo, los
cambios exponenciales no se distinguen de los lineales, ni se notan mucho al
principio. Sin embargo, en el momento en que se produce la inflexión de curva
que los caracteriza, ya no hay vuelta atrás como ilustra
la leyenda del tablero de ajedrez y los granos de trigo. |