Jorge Morell: «Los abogados a mi parecer verán sus capacidades aumentadas gracias a muchas de las herramientas actuales y futuras.»

Publicado el martes, 19 septiembre 2017
Jorge Morell Ramos

Jorge Morell Ramos

Hans A. Böck / @LP_Hans

Jorge Morell Ramos es un joven abogado especialista en derecho de las nuevas tecnologías y uno de los mayores conocedores de la innovación tecnológica dentro y fuera del sector legal. Fundador de Términos y Condiciones, despacho especializado en Derecho Tecnológico, el mismo obtuvo el premio «Derecho en Red» a mejor blog jurídico en 2014 y el premio a mejor proyecto de difusión legal en 2016 de acuerdo la Red Iberoamericana de Derecho Informático.

Desde su Legal LAB, Jorge y el equipo de Términos y Condiciones acaban de lanzar «Legaltechies«, su nuevo proyecto para abordar en profundidad el análisis del universo Legaltech tanto a nivel nacional como internacional.

Lawyerpress (LP): Jorge, Legaltech está de moda. Usted acaba de lanzar un blog donde quiere hablar en profundidad sobre software, apps y servicios. ¿Cómo surge la idea de lanzar Legaltechies?

Jorge Morell (J.M.): Surge como evolución natural de lo que comenzamos hace ya más de un año, cuando mapeamos y categorizamos por primera vez la Legaltech española.

Lanzamos ese proyecto desde nuestro Legal LAB en julio de 2016, con 50 proyectos inicialmente detectados. A día de hoy supera ya el centenar de empresas e iniciativas localizadas y categorizadas

Desde entonces, hemos coorganizado también el primer congreso español sobre Legaltech (en San Sebastián en mayo de este año).

Todo ese proceso de aprendizaje a lo largo del último año me deja claro que Legaltech es una tendencia muy seria ya en la actualidad y con enorme potencial de futuro. Por tanto, comienza a requerir que se hable de ella en detalle, más allá de lo abstracto y de forma lo más práctica posible, evitando el ruido que siempre surge alrededor de cualquier concepto, idea o tecnología popular.

A ello también se suma una cuestión práctica: “Términos y Condiciones” ya está consolidado como marca en un ámbito concreto, y ahora necesitamos una segunda marca para hablar de una nueva materia (Legaltech) y con la intención de proporcionar en el corto-medio plazo servicios relacionados.

De ahí el nacimiento de “Legaltechies”.

LP: Los abogados son siempre algo reacios a la hora de afrontar los retos tecnológicos. Pero con la revolución digital eso parece que ya no puede ser. ¿A qué se enfrentan los abogados con las tecnologías que Usted analiza?

J.M.: El abogado unipersonal o el despacho más pequeño se enfrenta a portales de intermediación que favorecen el posicionamiento de profesionales/despachos y la localización de estos por parte de potenciales clientes (son los llamados marketplaces jurídicos). También deben tener en cuenta la docena de plataformas que ofrece servicios online para la autogeneración de contratos o documentación legal (de todo tipo). Por otro lado, están los servicios online que desde la comodidad de casa permiten encontrar un abogado para resolver una reclamación bancaria, sobre viajes, seguros, cuestiones laborales u otras materias. Todo ello sin olvidar las plataformas que facilitan que un usuario contrate en línea o incluso realice por su cuenta un registro de marca, una auditoría de LOPD, una adecuación en materia de LSSI o incluso un proceso monitorio (y si el usuario no sabe hacerlo, el servicio online suele proporcionar el abogado que ayude en ello).

Por otro lado, y además de lo comentando, los despachos más medianos – grandes también deben tener en cuenta herramientas que facilitan la revisión automatizada de contratos a gran escala, software más preciso para la búsqueda de jurisprudencia o documentación legal, la generación de procesos automatizados o los llamados “sistemas expertos”, chatbots legales que facilitan la resolución de cuestiones legales iniciales o sirvan de primer punto de contacto con el cliente, sistemas que reducen considerablemente la cantidad de tiempo y personas necesarias en un proceso de due dilligence o programas para realizar analítica de jurisprudencia que proporcione más información sobre la actuación de un determinado tribunal o juez, de hecho incluso el porcentaje de éxito de un determinado argumento.

Sea como sea, muchos de esos servicios a mi parecer deben ser vistos como oportunidades más que como obstáculos a los que debo enfrentarme. Es decir, definitivamente me enfrentaré a ellos si pretendo seguir exactamente igual en mi forma de actuar. Pero si decido adaptarme a lo que se aproxima, muchas de esas herramientas o plataformas pueden convertirse en buenas ayudas u oportunidades.

LP: Si hablamos de utilidad, ¿que sería lo más urgente y útil que deben empezar a utilizar por los abogados?

J.M.: Lo más útil sería coger lápiz y papel, identificar cuáles son los problemas a nivel de negocio del despacho (por ej. control de expedientes/clientes), concretarlo en situaciones prácticas reales (por ej. controlar plazos o localizar datos de contacto), pensar qué se desea obtener (por ej. facilitar el control, actualización y localización de plazos con independencia del dispositivo), entonces elegir un proyecto/caso en el que buscar el resultado deseado y ahora sí buscar la solución tecnológica.

Por tanto, ¿qué es más útil y necesario hoy? Cada despacho y profesional es un mundo y tiene sus necesidades. No todos requieren lo último de lo último, ni mucho menos. Y en cualquier caso, la solución tecnológica a adoptar es el último paso a dar en función de los pasos anteriores, cuyo punto de partida no debe ser “Qué está más de moda” sino “Qué problema tengo”.

LP: Hace unas semanas hablé de oportunidades y amenazas del LegalTech en un post mío. ¿Hay serias amenazas para la profesión que nos plantean los nuevos servicios?

J.M.: Serias amenazas en plan “Los abogados van a desaparecer/ser sustituidos por robots”, no. Los abogados no desaparecerán. No es posible en el corto-medio plazo automatizar muchas de las tareas más comunes que realiza un profesional del sector.

Los abogados a mi parecer verán sus capacidades aumentadas gracias a muchas de las herramientas actuales y futuras. Software o servicios que al final del día ahorrarán a un profesional tiempo y energía en tareas que hasta ahora eran muy manuales y poco eficientes. Además, le proporcionarán nueva información que hasta ahora desconocía (por ej. la forma de actuar de un tribunal o la presencia de una cláusula potencialmente conflictiva en un indeterminado número de contratos). Y eso al final le permitirá tomar mejores decisiones y centrarse en tareas más complejas en las que su conocimiento es realmente útil. Es decir, un abogado más eficiente.

Por tanto, para mí la amenaza más que ser externa, por una determinada tecnología o servicio, es interna. Y en el caso del sector legal quizá más acusada que en otros sectores. Que la abogacía raramente haya apostado por el uso de tecnología o por adoptar cierto nivel de innovación en la prestación y comercialización de sus servicios, es seguramente su mayor punto débil. Eso ha creado cierta sensación de inmunidad a los cambios, lo que probablemente haga ver la legaltech como otro de esos elementos ajenos a ellos.

Sin embargo, el profesional ya no tiene el control sobre el conocimiento jurídico, eso acabó con la popularización de Internet. El impacto del smartphone en la última década no hace más que incidir en ese cambio en la forma de acceder a la información y los servicios. Por tanto, en un mercado sensible a precio, que quiere mayor transparencia en la forma de hacer las cosas, en el que ya no basta saber mucho y uno debe ser visible y en el que el cliente tiene mayormente el control, el profesional que pueda ofrecer un mayor número de eficiencias obtendrá ventaja. Y en la obtención de esas eficiencias la tecnología ayudará.

Mientras tanto, el profesional que decida seguir mayormente como hasta ahora al prestar sus servicios, no creo que desaparezca de la noche a la mañana, pero sí estará dejando pasar muchas oportunidades que pueden acabar condicionando su negocio.

LP: Como abogado TIC usted también ve las oportunidades que ofrecen las innovaciones para generar nuevo negocio y nuevos campos de asesoramiento para los abogados. ¿Dónde están los campos de especialización que nos generaría negocio a los abogados en el entorno tecnológico?

J.M.: Datos, datos y más datos.

Más allá de la aplicación del Reglamento General de Protección de Datos, que en el ámbito de los datos de carácter personal será obviamente una gran oportunidad de negocio, los datos de todo tipo son la nueva economía. Y conocer en detalle las particularidades legales de su obtención, generación, protección o cesión a terceros me parece un campo de especialización muy interesante. La Ciencia de Datos es un campo de exploración legal con tremendo potencial.

En relación a blockchain la vertiente relativa a contratos inteligentes tiene enorme recorrido también. De hecho, hay ya media docena de plataformas sobre smart contracts a nivel mundial pensadas por y para abogados.

Y dentro del cajón desastre de la Inteligencia Artificial, que en realidad se refiere a múltiples cosas, existen también grandes áreas de trabajo para un abogado especializado en el entorno tecnológico.

LP: Si nos tiene que plantear una tecnología disruptiva, ¿cuál sería, y cómo nos cambiará la vida?

J.M.: La reputación del abogado bajo el prisma del análisis de datos.

Es decir, si la reputación del abogado en la actualidad funciona mayormente mediante la referencia de uno a otro, el marketing y los directorios, las posibilidades que abrirá el análisis detallado de jurisprudencia puede tener un importante impacto en la reputación de un profesional. Es un campo que por ejemplo está explorando la norteamericana Premonition.

La idea consiste en analizar el histórico de casos de un abogado (por tanto que el software analice un determinado volumen de jurisprudencia) y obtener de ello un resumen de resultados con los casos ganados y perdidos por ese profesional, añadiendo la minuta en principio aplicada. Con esa información, un profesional exitoso, pero quizá no tan conocido como su competencia, puede indicar que tiene un 85% de éxito en materia civil en primera instancia, y por un determinado precio. Por tanto, con ello podría señalar que es objetivamente mejor que la competencia, que tiene más visibilidad pero únicamente alcanza un 78% en casos ganados.

No es ciencia ficción, cosas de este estilo comienzan a verse en el mercado británico o estadounidense, por ejemplo. Ahora bien, tampoco es un sistema perfecto ya que presenta muchas aristas (¿es un acuerdo una derrota o una victoria?). Sea como sea, que el sistema resulte tan comercialmente atractivo cara al consumidor, puede hacer que a 5-10 años tenga una presencia importante a la hora de comercializar y contratar algunos servicios legales.

Y por tanto que acabe afectando la reputación del profesional.

LP: Richard Süsskind y algunos más son muy escépticos con el futuro de la profesión de abogado. ¿Cuál es su pronóstico para la abogacía dentro de diez años?

J.M.: Como comentaba antes, abogados más eficientes en el sentido de poder dedicar más tiempo a tareas que en verdad lo necesitan, ahorrando horas y energía en trabajos obviamente rutinarios que un software hará siempre más y mejor que nosotros. Luego ese tiempo y energía ahorrada debería poder focalizarse en tareas de mayor valor, en una mejor comunicación o en hacer más transparentes los servicios prestados.

Por tanto, el profesional que decida adaptarse y sepa cómo hacerlo, creo que podrá generar nuevas oportunidades de negocio con mayor facilidad. El que prefiera seguir con su curso actual y sin mayores cambios, es probable que deba hacer frente a un mercado cada vez más cuesta arriba.

En cualquier caso, no son únicamente los profesionales los que deben hacer el esfuerzo por actualizarse. Los operadores jurídicos e instituciones relacionadas como puedan ser los colegios de abogados o las facultades de Derecho también deben dar un paso adelante. Y la sensación es que en esos ámbitos hay mucho camino por recorrer.

Sobre el autor
Hans A. Boeck

Editor y Director de Lawyerpress. Fundador del grupo Lawyerpress. Periodista con más de 30 años de experiencia en medios nacionales e internacionales. Idiomas: Español, alemán, inglés. Correo electónico: hab@lawyerpress.com y Twitter @LP_hans

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