La Constitución, problema y solución del encaje territorial

Publicado el miércoles, 31 enero 2018

Cataluña: propuestas para el diálogo’ ha sido la primera sesión del Foro Debate Procuradores, unos encuentros organizados por el Consejo General de Procuradores y dirigidos por Duran i Lleida.

De izquierda a derecha, Santiago Muñoz Machado, catedrático de Derecho Administrativo; Juan Carlos Estévez, presidente del Consejo General de Procuradores; J. Antoni Duran i Lleida, director del Foro; y Enric Fossas, catedrático de Derecho Constitucional

Núria Ribas / @oikit

Será reformando la Constitución o no será. Una posible solución al reto territorial que la reivindicación independentista en Catalunya ha puesto sobre la mesa es la reforma de la Carta Magna, especialmente del Título VIII (De la Organización Territorial del Estado). Esta es una de las principales conclusiones a las que llegaron los dos juristas que abrieron fuego en la primera sesión del Foro Debate Procuradores.

Otra cosa es ponerse de acuerdo en qué y cómo reformar ese Título VIII. “Los que no quieren la reforma constitucional es que no han analizado bien la Constitución. Necesita una reforma indudablemente”, asegura Santiago Muñoz Machado, Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense. “Que ahora mismo es difícil llegar a un consenso al respecto está claro. Pero eso no quiere decir que no se deba hacer”.

Muñoz Machado avisa, además, de que “no se puede dar solución a problemas constitucionales a través de leyes orgánicas, como algunos pretenden. No es posible. Se hizo en el siglo XIX, pero ahora solo cabe la reforma constitucional. Y tampoco sirve reinterpretar algunos artículos de la Constitución”. Para el jurista, algunas de esas “ocurrencias” supondrían que la legislación del Estado siempre prevalecería sobre la legislación de las Comunidades Autónomas.

En esta reforma constitucional quedaría descartada, para Muñoz Machado, la posibilidad de encajar un referéndum de autodeterminación, “ni ahora, ni en un futuro próximo”. Pero a cambio, asegura, deberá encontrarse un encaje distinto para Catalunya que incluiría, entre otras cosas, revisar qué estructura tendría, de qué poderes estaría dotada, qué garantías tendrían estos poderes y cuál sería la relación de estos con los poderes del Estado.

“Encontrar un apaño”

Esta imposibilidad de encajar la autodeterminación en una hipotética reforma de la Constitución no es compartida, al menos en parte, por el Catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat Autònoma de Barcelona, Enric Fossas, también presente en el encuentro. “La Constitución española no tiene un elemento que sí recogen otras constituciones del mundo: la cláusula de eternidad. Así que sí sería posible introducir una cláusula de secesión a través de la reforma constitucional”.

En todo caso, Fossas, que define lo que ha llevado a cabo la Generalitat de Catalunya como “un proceso de insurgencia”, pide que “antes de hacer propuestas, deberíamos darnos cuenta de cómo el Derecho ha sido incapaz de dar respuesta a este proceso”. El jurista sostiene además que “la existencia de una minoría mayoritaria que defiende un proyecto secesionista se va a quedar aquí, como se ha quedado en Quebec o en Escocia”.

Por tanto, según Fossas, “constitucionalmente no existe una fórmula definitiva que dé una solución definitiva. Pensemos mejor en términos de arreglos, o apaño constitucional, que sirvan al menos para ir tirando un tiempo. Que sirvan para desactivar el conflicto y permitan ir conviviendo. Y que, cuando sea posible, permitan abrir un diálogo, algo que ahora no existe de ninguna manera”.

Hacia un federalismo…sin decirlo

A pesar de las diferencias en los análisis de ambos juristas, tanto Muñoz Machado como Fossas formaron parte de un grupo de nueve catedráticos de Derecho Constitucional y Derecho Administrativo que, en noviembre de 2017, y “sin estar de acuerdo con el 100% de ninguna de ellas, fuimos capaces de elaborar un conjunto de propuestas para reformar la Constitución”, explica Muñoz Machado.

Teniendo como ejemplo la Ley Fundamental de Bonn (lo que equivaldría a la Constitución alemana), este grupo de nueve catedráticos aseguran, de entrada, que no es necesario reformar toda la Constitución. “Creemos en los valores de la Constitución, que son los valores europeos. Eso no hay que alterarlo. Sería, pues, una reforma parcial, especialmente centrada en el Título VIII”, asegura Muñoz Machado.

Y a pesar de fijarse en el sistema federal alemán, el jurista cree que “España no debe convertirse en un estado federal. Plantear el federalismo produce tensiones perfectamente evitables. Pero sí que podemos intentar tomar nota de las técnicas que usan algunos Estados federalistas”.

Entre algunos de los cambios más sugerentes, destaca el cambio en la forma jurídica de los Estatutos de Autonomía. Para estos juristas, los estatutos no pueden seguir siendo de doble titularidad, autonómica y estatal. De hecho, abogan por eliminar la aprobación final de los estatutos de autonomía por parte de las Cortes Generales. “Eso no significa que los estatutos puedan decir lo que les dé la gana. Estarían sujetos siempre a lo que marca la Constitución”, aclaran.

La clarificación del reparto de competencias exclusivas del Estado y de las Autonomías es otro punto clave.El artículo 149, tal y como está redactado, es un lío”, aseguran. “En la Constitución deben estar definidas con rigor y claridad las competencias exclusivas del Estado”. Y aunque recalcan que ellos no son “recentralizadores en absoluto”, avisan de que, tras 40 años de Constitución, se verá claro que hay aspectos en los que el Estado debería tener competencias exclusivas y otros, en los que serán las Comunidades Autónomas las que tendrían que asumirlas.

Sobre el autor
Núria Ribas

Periodista. Más de 20 años de experiencia en medios escritos y en comunicación política y corporativa. Periodismo jurídico, económico, político y cultural. Veraz siempre; parcial, también. @oikit

Comenta el articulo