Menos impuestos y un pacto de Estado por la educación, principales demandas de las patronales ante el 10-N Los empresarios avisan de que una deuda pública de casi el 99% es insostenible

Publicado el viernes, 8 noviembre 2019

A dos días de las enésimas elecciones generales, las patronales (CEOE, CEPYME y think tanks como el Círculo de Empresarios) mantienen sus posturas ante cualquiera de los candidatos a presidir el Gobierno. Piden, básicamente, estabilidad y moderación. Dos condiciones que, desde el punto de vista empresarial, solo cumplen PP y PSOE. De hecho, una ‘gran coalición’ a la alemana sería su resultado preferido.

Núria Ribas / @oikit

Estabilidad y moderación. Menos impuestos a la empresa. Ni hablar de derogar la reforma laboral, al contrario, intensificarla. Apostar por una educación, pero no cualquiera, porque “una educación de calidad debe alinearse con las necesidades reales de las empresas”, reza el decálogo de prioridades empresariales de cara al 10-N que presentó hace pocos días CEOE.

Un decálogo muy similar a las demandas que este miércoles lanzó el presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva, a la futurible Vicepresidenta Económica en caso de que gobierne el PSOE, Nadia Calviño. La actual ministra de Economía en funciones es una garante de la moderación y del cumplimiento escrupuloso de las consignas comunitarias. Así que, en este sentido, el guiño lanzado por Sánchez hacia las patronales no ha pasado desapercibido.

Y aunque desde el mundo económico se reconoce que existen peligros externos que no dependen del Gobierno que salga de las urnas (como la guerra comercial entre USA y China, el Brexit -si algún día llega a ser efectivo- o el reto climático), también se destacan brechas dentro de nuestro propio sistema.

Brechas que no nos dejan abandonar una tasa de paro inaudita para un país del calibre de España dentro de la UE o un porcentaje de economía sumergida (entre el 17% y el 20%) todavía más inaudito. Hace más de dos décadas que se pide cambiar el sistema productivo español. Pero no parece que haya ningún Gobierno con la suficiente valentía como para acometer reformas que funcionarían a largo plazo pero que, al corto, le harían perder apoyo de la ciudadanía.

Deuda pública insostenible, demanda interna en retroceso

Dos de las cosas que más preocupan al sector empresarial es el enorme déficit público que arrastra España, junto con una abultadísima deuda pública. Para este 2019, el Banco de España, junto a otros organismos internacionales, prevé un déficit público del entorno del 2,4% del PIB. Y la deuda de las Administraciones Públicas se sitúa en torno al 98% del PIB (el objetivo fijado para este año 2019 era del 95,9%).

En cambio, la deuda privada (familias y empresas) está más o menos en la media europea. Paradójicamente, la demanda interna ha perdido dinamismo. ¿Cómo es posible? “Justamente porque empresas y familias se han dedicado a desapalancarse, a reducir su endeudamiento. Y eso, a menudo se consigue gastando menos. Si a ello se le añade una percepción pesimista del futuro inmediato, lo que haces es, lógicamente, guardar por si acaso”, explican desde el Círculo de Empresarios.

Así que las medidas fiscales para potenciar esta demanda interna no han funcionado para ese fin (aunque, probablemente, sí para reducir la deuda privada). Tanto por reducir deuda como por una cultura empresarial que todavía considera que invertir en I+D+i no es tal inversión si no un gasto, esta menor inversión en innovación ha repercutido, aseguran los expertos, en la productividad. A eso se le añade la falta de adecuación de las infraestructuras, el reducido tamaño de nuestras empresas y la menor adecuación, aseguran desde Círculo de Empresarios, del capital humano a las necesidades del mercado laboral.

Es la educación, de nuevo

Se debe preparar a las personas para adaptarse y afrontar los retos y desafíos de la nueva sociedad y del mundo del trabajo; y, además, es fundamental la formación de los empleados, en el sentido de que el aprendizaje permanente y la readaptación continua de los trabajadores constituyen una pieza clave para su adecuación a los cambios a lo largo de la vida, reforzando su empleabilidad”, aseguran desde CEOE. “Por ello, sería necesario avanzar, en la medida de lo posible, en pactos de Estado en el ámbito de la educación, incorporando los frutos del diálogo social”.

Los últimos estudios corroboran, además, que en España existe una elevada correlación entre paro juvenil y nivel de formación, como es bastante previsible. Según la OCDE, tenemos una tasa de paro del 23,4% entre las personas que solo han acabado la enseñanza obligatoria, frente al 9,3% de las que poseen titulaciones de tercer ciclo, Universidad o FP superior.

Precisamente la FP debería ser el gran campo de batalla en estos próximos años, aseguran los expertos. Especialmente la FP Dual, aquella que combina estudios con trabajo en las empresas. No prácticas remuneradas, si no un auténtico trabajo con auténticos salarios. Algo que ha funcionado de maravilla, aseguran, en países como Alemania y Austria.

Pero que aquí, no acaba de cuajar. Un imaginario cultural que sigue etiquetando a la FP como formación de segunda y un tamaño de las empresas que no ayuda en absoluto a que los empresarios se animen a apuntarse a este carro.

Mucha tela que cortar, de nuevo, tras el 10-N.

 

Sobre el autor
Núria Ribas

Periodista. Más de 20 años de experiencia en medios escritos y en comunicación política y corporativa. Periodismo jurídico, económico, político y cultural. Veraz siempre; parcial, también. @oikit

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