Como aplicar el LPM en el Penal

Publicado el jueves, 11 junio 2020

Anna Marra

En una época tan agitada como la que estamos viviendo, no hay duda de que el Legal Project Management puede ser un enfoque productivo y eficaz en el trabajo en remoto, asó como en el trabajo presencial de despachos y departamentos de asesoría jurídica. Conocemos numerosos casos de aplicación de un enfoque LPM en el área de M&A, de laboral, de contenciosos, de civil o de fiscal, pero tenemos poca información de su aplicación en el penal, sobre todo cuando no se trata de un cliente corporativo. La entrevista con Pedro Vera Ortiz, Jefe de Asuntos Legales en Cía. Minera Santa Luisa S.A y Legal Project Practitioner, nos ayuda a poder entender cómo el LPM se puede aplicar en una variedad de posibles delitos – en el caso de Pedro a la detención de personas adultas por uso o posesión de cannabis – con un impacto importante en la calidad de los resultados jurídicos.

Anna – Muy buenas Pedro. Antes de hablar de la aplicación que haces del enfoque LPM a la gestión de un caso, intentamos entender el contexto. Respecto al uso adulto del cannabis en Perú ¿Qué sucede con las personas que consumen cannabis en la calle y son intervenidas por la policía? ¿Qué prevé la ley y qué ocurre en realidad?

Pedro – El Código Penal peruano es claro al señalar que la posesión de drogas para el propio e inmediato consumo no es punible, es decir, la posesión de drogas “ilegales” no es un delito en sí mismo, solo será delito si esa posesión está destinada al tráfico. De igual manera, el consumo de drogas “ilegales” no es un delito, tampoco una falta o un ilícito. Inclusive la compra de drogas “ilegales” no es delito, pues únicamente comete delito quien trafica drogas “ilegales”. Esto es así, pues lo que se encuentra prohibido es el lucro económico a través de aquéllas y, por ende, su comercio o tráfico. En ese sentido, si alguien se encuentra consumiendo cannabis (en la calle o en su casa) no está cometiendo ningún delito, ni es una conducta ilícita. No obstante, en la práctica es común que los usuarios de cannabis, que consumen esta sustancia en la calle o se les encuentre en posesión, sean intervenidos por la policía y detenidos hasta por quince (15) días calendario, bajo el pretexto de ser investigados por el delito de Tráfico Ilícito de Drogas (TID). Cabe señalar que los únicos otros casos en los que la Constitución Política peruana prevé una detención tan prolongada – para realizar investigaciones – son los de espionaje, terrorismo y crimen organizado.

Anna – Con estas premisas, se te ocurrió que podías aplicar el LPM en el caso de personas adultas detenidas por poseso o uso de cannabis. ¿Nos cuentas cómo?

Pedro – Por un lado, lo que hice fue evaluar, analizar y entender la legislación vigente aplicable a estos casos, así como la jurisprudencia existente a la fecha en el Perú; lo cual me permitió concluir que estas detenciones a usuarios de cannabis (que suceden hace décadas) son,  casi en su totalidad, detenciones arbitrarias o ilegales (así como una violación sistemática de derechos fundamentales), lo que se produce por una incorrecta interpretación y aplicación de la ley por parte de los policías, quienes sustentan su actuación en presunciones y no en evidencias. En base a lo anterior, pude adecuar el Marco de Trabajo de 4-Fases (Definir-Planificar- Entregar-Cerrar) del International Instituto of Legal Project Management a los servicios que prestaría a mis clientes, toda vez que el asunto sería siempre el mismo (detenciones de usuarios adultos del cannabis), con el objetivo de poder liberarlos antes del plazo máximo previsto en la ley, ya que durante este periodo las personas se encuentran completamente aisladas (solo pueden tener contacto con su abogado) en calabozos que no cuentan con condiciones mínimas de habitabilidad. Una vez cumplido el primer objetivo, el trabajo se enfoca en el archivo de la investigación por parte del Ministerio Público (Fiscalía), y, por último, en eliminar los antecedentes del cliente. Como se puede apreciar, el trabajo está orientado a resultados concretos. Para estos efectos, estandaricé los escritos y solicitudes que requieren ser presentados en esta etapa, lo cual me ha permito atender con rapidez y eficacia a los clientes. En ese sentido, el LPM me ha consentido proveer soluciones efectivas, a pesar de no ser un abogado “penalista”, ni tener experiencia previa sobre los procedimientos que resultan de aplicación para investigaciones por TID. Para ello, tuve que recurrir a colegas especialistas en derecho penal y procesal penal, quienes con sus consejos me permitieron desarrollar rápidamente un protocolo de actuación, orientado principalmente a reducir el plazo de investigación de quince (15) días y asegurar la libertad de los clientes en el menor tiempo posible. El proceso de aprendizaje es muy enriquecedor, ya que cada caso nos permite incorporar más información a nuestra base datos, la misma que es de utilidad para casos posteriores, sin mencionar el conocimiento que se adquiere respecto al modus operandi de la policía y fiscalía.

Anna – Como Abogado y Legal Project Practitioner (LPP) por el IILPM ¿qué resultados has podido ver? ¿Cómo te ha beneficiado aplicar el LPM?

Pedro – En todos los casos que he visto desde mayo del 2019 hasta la fecha he tenido resultados positivos, esto es, un 100% de efectividad; tal es así, que ninguno de mis clientes ha permanecido más de ocho (08) días detenido, habiendo logrado liberar a personas hasta en cuarenta y ocho (48) horas. Asimismo, la mayoría de los casos ha sido archivada sin que se condene a nuestros clientes por TID, cuyas penas de prisión efectiva son de varios años. El LPM me ha beneficiado en la medida que, a pesar de no ser experto en derecho penal y procesal penal, he podido identificar todas las reglas (escritas y no escritas) que resultan de aplicación a las investigaciones por TID, y de manera específica, aquellas que resultan relevantes para reducir el plazo de detención. Esto me ha permitido obtener una buena reputación en el mercado, y si bien inicialmente los clientes te contactan solo por problemas con la policía, luego llegan consultas legales de diversa índole, de los mismos usuarios de cannabis, de asociaciones de usuarios medicinales y de inversionistas que desean incursionar en el mercado del cannabis medicinal.

Anna – Desde un punto de vista personal y profesional ¿Qué ha aportado el LPM?

Pedro – Trabajo hace una década como abogado asesorando empresas mineras y en el año 2019 tuve la oportunidad de llevar el Diplomado de Legal Management de la Pontificia Universidad católica de Val Paraíso de Chile, en el que enseñas el LPM. Siento que esto me permitió redefinir la forma en que realizaba mi trabajo como abogado y encontrarle mayor sentido; pero, sobre todo, me permitió arriesgarme a empezar algo desde cero como “Dr. D”, mi marca profesional, pues como nos enseñaron en el LPM, si queremos ser expertos en algo teníamos que empezar desde ya, y yo siempre quise ser el abogado que más supiera de sobre la regulación del cannabis en el Perú y los derechos de sus usurarios, para de esta manera poder ayudarlos. Esto me ha permitido conocer abogados y activistas cannábicos de Argentina, Chile, Colombia, España, México, Paraguay, Uruguay, entre otros países; así como pasar a formar parte en Perú de los denominados “activistas cannábicos”, lo que yo considero que es parte de la “Función Social del Abogado”, la misma que muchas veces es difícil de ejercer desde el sector privado. Y todo esto sucedió en menos de un año.

Anna  – De acuerdo a tu experiencia profesional ¿en qué otras situaciones piensas que podrás seguir con más aplicaciones del LPM?

Creo que podemos aplicar el LPM y las herramientas digitales para simplificar el trabajo rutinario (que no tiene mayor valor agregado) y quedarnos solo con el trabajo creativo (aquel que, todavía, no puede ser hecho por una computadora). No creo que existan límites para la aplicación del LPM a los servicios legales (y si los hay, solo son tecnológicos). La idea es que la tecnología nos ayude, cada vez más, a dar soluciones rápidas y confiables a nuestros clientes, y eso puede darse en cualquier ámbito. Cada abogado podrá observar, dentro de su especialidad,  procesos repetitivos que se pueden simplificar con un poco de creatividad (por ejemplo: estandarizar demandas, escritos, solicitudes, entre otros). Para ello, será necesario que los abogados empiecen a trabajar junto con programadores y desarrollen soluciones que se ajusten a las necesidades de sus clientes.

Anna – Un consejo para lo que quieren aplicar el LPM pero no se atreven.

Pedro – El LPM contiene diversas herramientas que los van a ayudar tanto en el ámbito profesional como en el personal. Asimismo, en la actualidad el proceso de transformación digital no es ajeno al ámbito jurídico y resulta necesario que los abogados se adapten a este nuevo esquema, en el que son diversos los proveedores de servicios legales (ya no solo abogados). Hasta hace algunos meses pensaba que los cambios para el sector legal (producto de la transformación digital) se darían hacia el final de la década, pero con la última pandemia en proceso, todo se ha acelerado; y, en ese sentido, los abogados estamos en la obligación de evolucionar, pues aquellos que no lo hagan serán parte del pasado.

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