La Confederación Española de la Abogacía Joven (CEAJ) acaba de celebrar sus elecciones que terminaron con la reelección de Maia Román (@MaiaRoman) al frente de los abogados Jóvenes de España. Esta joven abogada que ejerce en Madrid es licenciada en Derecho por la Universidad Rey Juan Carlos y Diplomada en asesoría Jurídica de empresas por la Universidad Complutense de Madrid. También es secretaria de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Alcalá donde ejerce también como directora de la Escuela de Práctica Jurídica y profesora diferentes cursos de especialización en Derecho de sucesiones y Violencia de Género. Codirige el Máster de Acceso a la Abogacía de la Universidad de Alcalá de Henares desde 2017. 

Maia Román, presidenta de CEAJ

Hans A. Böck / @LP_Hans

Pregunta (P): En primer lugar, enhorabuena por la reelección y por conseguir que toda la lista suya haya sido elegida. En nuestro país las listas abiertas no son muy frecuentes. ¿Cómo ha vivido estas elecciones?

Respuesta (R): ¡Muchas gracias! Las elecciones siempre son un momento crucial para una organización, sobre todo si es con listas abiertas pues siempre tienes cierta intriga a que toda la lista con la que te presentas salga elegida.

Como bien dices, hemos sido elegidos todos los de la lista y esto no pasaba desde hacía muchísimo tiempo en CEAJ. Además, la otra lista estaba encabezada por toda una vicepresidenta que durante un tiempo tuvo las funciones de presidenta, con una lista de compañeros y compañeras todos muy válidos, por lo que únicamente puedo darles las gracias por haberse presentado, querer contribuir con la confederación y pedirles que sigan con el gran trabajo que han realizado hasta el momento. En estos momentos todos somos imprescindible y la unión hace la fuerza.

Por lo que dices de las listas abiertas, ¡ojalá cunda el ejemplo! En política nos haría mucha falta ya que las listas mixtas en la práctica no son todo lo operativas que desearíamos.

P: Le espera un mandato seguramente muy intenso. Todos los expertos señalan a los jóvenes como principales víctimas de la COVID-19, en cuanto a situación laboral se refiere. ¿Cómo ve los efectos de la pandemia para la abogacía joven?

R: La abogacía no es ajena a las problemáticas que la sociedad padece y los problemas de desempleo entre los jóvenes es superior al 40% en España. Y esto también se nota en nuestro sector. La precarización estaba presente y únicamente se ha visto agravada, lo que supone nuestra principal preocupación; sin duda un reto en el que todos los agentes debemos implicarnos.

Por otra parte, la pandemia y el confinamiento han supuesto un revulsivo para la digitalización en los despachos. Podemos decir sin duda que hemos avanzado diez años en unos pocos meses y que el teletrabajo ha venido para quedarse. Ahora bien, debemos ser conscientes que ello puede suponer abusos en formato de horas extras, mayor exigencia de disponibilidad, falta de desconexión digital, etc..

P: Los abogados jóvenes están empezando a tener más visibilidad quizás porque las agrupaciones de los grandes colegios son cada vez más activos. ¿Cómo son las relaciones de las AJAs con sus colegios y con el Consejo General de la Abogacía?

R: Si analizamos bien los datos que muchos colegios publican, más de la mitad de colegiados y colegiadas son jóvenes, de ahí que cada vez las agrupaciones tengan más voz y se les escucha.

Si me preguntas cómo debería ser, creo que la presencia de los jóvenes en la toma de decisiones en los Colegios debe tener más peso, más presencia en aquello que les afecta pues es el colectivo más numeroso. Aquellos que no tengan en consideración a la población jóven de sus colegios verán aumentada la desafección entre sus colegiados.

En relación a CGAE la relación históricamente ha sido muy buena y durante mi mandato también fue una constante. Lo que queremos es que la abogacía tenga el peso institucional del colectivo que representa.

P: Las reivindicaciones de las/los jóvenes abogadas son muchas. ¿Cómo puede arreglarse “la explotación” con jornadas leoninas o prácticas no remuneradas?

R: Creer que esto únicamente afecta a la abogacía joven es estar totalmente equivocado, pero lo que es cierto es que en la abogacía se vive con mayor intensidad y durante más tiempo.

Los abusos, la falta de convenio colectivo, las prácticas no remuneradas, los falsos autónomos deben ser una cuestión de Estado. Somos conscientes que hay que involucrar a agentes económicos, sindicatos, ICAs y otras organizaciones para cambiar el modelo y la legislación que lo ampara. CEAJ debe constituirse en un lobby para el interés de la abogacía, no únicamente la joven. Nuestra voluntad en este mandato es levantar la voz, hacer llegar nuestras problemáticas a aquellos que realmente las pueden solucionar, aportando nuestra visión para la mejora de la situación.

P: También el turno de oficio es un punto caliente para los abogados/as que empiezan. ¿Qué pide el CEAJ para los y las abogadas de oficio?

R: Lo que CEAJ pide es aquello que muchos compañeros y compañeras que prestan sus servicios en el turno, y algunas organizaciones, llevan tiempo reclamando: una remuneración digna, reconocimiento de su labor, conciliación laboral y personal.

Existe una falta de explicación a la sociedad de la labor extraordinaria que la abogacía presta a la sociedad y en especial el turno de oficio y la justicia gratuíta, disponible las veinticuatro horas del día, todos los días del año.

Debemos difundir públicamente esta labor, aumentar la presencia en medios de comunicación, aumentar las campañas institucionales para que lleguen al conjunto de la sociedad. La imagen de la abogacía en general no es buena, y esto únicamente se debe al desconocimiento que existe.

Exigir la puntualidad en los pagos por desgracia sigue siendo una reivindicación, pero debería ser el punto de partida.

P: Uno de los temas que se ha acelerado con la pandemia es la digitalización de la abogacía. ¿Cómo evalúa el nivel de digitalización de los despachos e instituciones? ¿Tienen las/los jóvenes abogados realmente una ventaja en este contexto?

R: Los jóvenes tienen mucha ventaja en un contexto de constante cambio. Todavía más si el cambio es tecnológico. El nivel de digitalización en los despachos ha sido espectacular, creo que incluso por encima de las expectativas que teníamos.

Cuando hablamos de las instituciones debemos matizar. Muchos ICAs han seguido con un ritmo constante de formación y prestando servicios en los mismos términos que se hacía antes de la pandemia. Ahora bien, la administración de justicia ha quedado de nuevo en entredicho; la falta de medios ha sido una constante y únicamente ha podido seguir hacia adelante por la dedicación del funcionariado y los profesionales de justicia. No puede ser que todavía tengamos que ir presencialmente a los juzgados a ver las actuaciones de un procedimiento.

Debemos, una vez más, pedir una inversión acorde en justicia como hacen nuestros países vecinos. Debemos pedir una ratio de jueces acorde con la media europea y que tengan los medios personales y materiales a la altura del poder del estado al que representan.

P: La abogacía es una profesión de vocación, pero también con un alto porcentaje de precariedad. ¿Qué diría a un estudiante que se plantea estudiar derecho, pero ve una situación compleja para su futuro?

R: Le diría que no le falta razón, que no deje que sus derechos laborales se vean reducidos con la excusa de la vocación; le diría que se forme, que la especialización es básica pero el conocimiento en humanidades es igual de importante.

Le diría que aproveche desde el primer minuto que entra en el grado, que aprenda, que pregunte, que se involucre. Que lea todo aquello que pueda; algún día le servirá para algo. Pero sobretodo le diría que, si finalmente se decanta por la abogacía, que ha elegido la profesión más bonita del mundo.