Hace pocos días recibimos el anuncio de la constitución de la Asociación Madrileña de Abogados de Familia e Infancia (AMAFI) presidida por Paloma Abad y con Paloma Zabalgo como vicepresidenta. Delia Rodriguez es su secretaria mientras Diana Carillo ejerce de tesorera. Las cuatro profesionales tienen una larga trayectoria como abogadas de familia y una sólida proyección tanto en los medios como en las redes sociales.

Con la secretaria de la asociación queremos profundizar algo más en las razones de la creación de AMAFI y de sus objetivos.

Hans A. Böck / @LP_Hans

Pregunta: Sra. Rodríguez, el derecho de familia es una especialidad poco glamurosa dentro de la practica de los y las abogadas. Sin embargo, tiene una gran importancia a la hora de resolver conflictos matrimoniales, de custodia y de un gran número de problemas que tienen los ciudadanos. ¿Cómo surge la idea de fundar AMAFI y cuáles serán sus objetivos?

Respuesta: Debo iniciar mi respuesta desmitificando esa errónea idea de que el derecho de familia es una materia menor pues, como siempre digo, representa el corazón del resto de especialidades, y de la propia sociedad, por lo que su importancia y trascendencia en la vida de las personas es incalculable.

La idea de crear la Asociación Madrileña de Abogados de Familia e Infancia nace de una infalible mezcla de vocación, que compartimos las impulsoras del proyecto, y las ganas de generar un espacio donde compartir conocimiento, debatir y estrechar lazos con los compañeros ejercientes en la capital.

La profesión de abogado a veces es muy solitaria, por la responsabilidad que conlleva, y la especialidad de familia es la más intensa de todas ellas.

AMAFI pretende ser un punto de unión y encuentro de todos los profesionales de Madrid, gracias al cual podamos poner en común, de tú a tú, experiencias sobre el ejercicio de la abogacía, organizar actividades periódicas, poner en alza la especialización y, como no podía ser de otro modo, ser motor de cambio social y de movilización de causas justas, especialmente las relacionadas con la infancia.

También creemos firmemente en el desarrollo de nuestra profesión desde un punto de vista colaborativo entre compañeros, que nos permita generar sinergias que nos impulsen a un crecimiento conjunto.

Se trata, de algún modo, de “acompañarnos” de un modo más cercano (tanto a nivel geográfico como personal) para ser mejores profesionales.

P: Me imagino que algo de lobby a favor de juzgados especializados ejercerán. ¿Cómo esta la situación actual en los juzgados respecto a los asuntos de familia?

R: La defensa de la especialización de los juzgados que llevan asuntos de familia es una causa que viene defendiéndose maravillosamente desde hace años por distintos proyectos e instituciones vinculadas al derecho de familia.

La AEAFA (Asociación Española de Abogados de Familia), sin ir más lejos, viene protagonizando desde hace mucho tiempo una admirable labor de divulgación en este sentido, la cual personalmente he seguido y apoyado con máximo interés como asociada que soy, y como abogada especializada en derecho de familia.

He de destacar también la Plataforma Familia y Derecho, proyecto muy ambicioso y multidisciplinar cuyo espíritu es, precisamente, conseguir esa ansiada especialización de esta materia que permitirá alcanzar, entre otros muchos objetivos, una mayor igualdad entre ciudadanos.

Desde AMAFI, por supuesto, apoyaremos esta causa a favor de la especialización, y a todos los proyectos que están enfocados particularmente en ella, si bien nuestro objetivo principal como asociación es otro, como anteriormente he referido.

P: La pandemia parece que ha tenido efectos sobre el número de divorcios y separaciones que se han solicitado. ¿Por qué las parejas en una crisis como la actual se divorcian menos?

R: Partimos de la base de que las personas se casan cada vez menos, pero ello no quiere decir que no formen una familia o tengan un patrimonio en común.

Durante la pandemia hemos atravesado distintas fases. La primera de ellas en marzo-abril paralizó el mundo entero, y, como no podía ser de otro modo, las personas priorizaron más en la salud que en decidir si se divorcian o no. El mayor número de consultas versaban sobre incidencias del régimen de visitas en el estado de alarma.

Además, debemos tener presente que durante el segundo trimestre del 2020 ha existido un parón importante de la Justicia, por lo que en esos tres meses no se han iniciado nuevos procesos, y por ello hay un descenso en los registros oficiales.

Después hemos vivido otra etapa llegando a junio de incremento notorio de nuevos asuntos, tanto divorcios como procesos de guarda y custodia, y muchas modificaciones de medidas (reducción de pensiones, cambios de residencia…).

Actualmente, desde mi perspectiva, hay un ligero descenso del número de procesos de familia que trae causa en la crisis económica y la incertidumbre laboral que actualmente afecta a muchas familias.

P: La asociación lleva en su nombre la palabra “Infancia”. ¿Son los derechos de los menores un grupo muy olvidado en nuestra sociedad y también ante la justicia?

R: Sin duda alguna, y quizá es la infancia lo que más nos ha movido a la hora de unirnos y crear este proyecto.

Todo abogado de familia coincidirá conmigo en que los niños son los grandes olvidados de los procedimientos contenciosos, siendo utilizados vilmente, en muchas ocasiones, como moneda de cambio para conseguir intereses personales de quienes deberían hacer todo por protegerles, sus padres.

Las dilaciones que vivimos en los juzgados provocan situaciones familiares terribles e insostenibles, una verdadera olla a presión en la que los niños salen perjudicados y pagan los platos rotos de los adultos.  No hay más que ver cualquier pasillo de los juzgados de familia para que se te caiga el alma a los pies…

Por este motivo, antes de crear AMAFI, concretamente en marzo de 2019, es que propuse personalmente al Ilustre Colegio de Abogados de Madrid la creación de la Sección de Infancia y Adolescencia, propuesta que fue desestimada, desconozco los motivos, y que ahora se encuentra nuevamente en trámites de ser valorada por la Junta de Gobierno.

Sin duda alguna, cualquier Estado de Derecho debe priorizar en el bienestar de la infancia, y, en palabras de Albert Einstein, ‘la palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños’.

P: También nos han comentado que AMAFI va a establecer contactos y acuerdos con otras organizaciones tanto nacionales como internacionales. ¿Qué tipo de asociaciones tienen en mente? ¿Serán también de otras profesiones?

R: Siempre digo que nos movemos en un sector donde los egos matan proyectos. Pero la realidad es que, remando juntos, llegaremos mucho más lejos.

Por ello, desde AMAFI queremos aportar nuestro granito de arena a cualquier proyecto que tenga sinergias con la asociación, y cualquier propuesta será más que bienvenida.

Actualmente ya hemos firmado acuerdo de colaboración con ASIME (Asociación de Profesionales contra la Sustracción Internacional de Menores), con FADEF (Foro Abierto de Derecho de Familia de Asturias) y con el IFIM (Instituto de Familia Internacional Multidisciplinar), y estamos en trámites de cerrar otros tantos con asociaciones relacionadas con el sector legal, la mediación y la protección de la infancia.

P: La abogacía de familia parece ser un campo del derecho dominado por las mujeres. ¿Por qué hay pocos hombres dedicados a esta práctica?

R: Es cierto que hay mayoría de mujeres profesionales que deciden dedicarse a esta rama del derecho, aunque en mi experiencia sí he tenido varios alumnos de prácticas que han sentido verdadero interés por ella.

El derecho de familia lleva implícito estar hecho de “cierta pasta especial”, y es una de las áreas más sociales a las que puede dedicarse un abogado. Quizá esa primera impresión sobre el derecho de familia al considerarlo una materia con alto contenido social pueda llevar a equívocos sobre los apasionantes entresijos de su ejercicio en la práctica diaria, y hay personas que lo descartan.

Se requiere, no solo de un profundo y actualizado conocimiento jurídico, sino también de otra serie de habilidades y herramientas como la capacidad de negociar, de diseñar y transformar estrategias, la empatía o la mano izquierda.

Estoy convencida de que más de un abogado en sus inicios profesionales se enamoraría apasionadamente de esta especialidad si hubiera realizado las prácticas en un despacho de familia.

P: Han lanzado con la Editorial Sepin un proyecto de libro que va a subrayar la importancia de los/las abogadas/os de familia. Cuéntenos, ¿cómo se gestó el proyecto de “Nosotros, ¿abogados de familia”?

R: Como le decía, el fin último de la Asociación es conectar a personas con intereses comunes, dando el protagonismo a todos aquellos que quieran formar parte de este proyecto en el que todos y cada uno de nosotros sumamos.

Consideramos desde la Junta de Gobierno que la mejor forma de hacerlo era ofreciendo a los asociados la oportunidad de contar al mundo a través de esta obra porqué son abogados o abogadas de familia, a la vez que ponemos en valor nuestra profesión y especialidad ante la sociedad.

P: Y finalmente, ¿cómo pueden asociarse sus compañeros de Madrid a AMAFI?

R: Muy sencillo, solo tienen que entrar en la web somosamafi.es y descargarse un formulario que pueden cumplimentar online, y que deben enviar a hola@somosamafi.es

Además, pueden seguirnos en las redes sociales con el #somosamafi (twitter e IG @somosamafi)

Animo a todos los compañeros a unirse a este especial proyecto, y a ser uno de los cien primeros asociados que participarán en el libro “NOSOTROS, ABOGADOS DE FAMILIA”.