Philipp Kirchheim y Santiago Díez de Marimón Abogados reflexionan sobre la transformación del sector legal en España en las últimas décadas

Publicado el martes, 24 agosto 2021
Philipp Kirchheim y Santiago Díez

Philipp Kirchheim y Santiago Díez

Marimón Abogados celebra este año su 90 aniversario como despacho, efeméride a la que se suma también otro hito: haber cumplido una década de presencia en Madrid. Con este motivo, dos de sus socios, Philipp Kirchheim y Santiago Díez, han reflexionado acerca de las claves que explican la longevidad del despacho, posiblemente uno de los más antiguos de España, y han repasado también algunos de los aspectos que han marcado la transformación del sector legal en las últimas décadas.

Acerca de las claves que han permitido al despacho recorrer buena parte del siglo XX y adentrarse con éxito en el siglo XXI, los dos socios subrayan, sobre todo, el valor de las personas que han ido conformando la organización en sus diferentes etapas, y que se ha concretado en: “visibilidad y disponibilidad de los socios y el rigor profesional y la calidad técnica”, como recuerda Kirchheim. A ello, Santiago Díez suma la: “generosidad demostrada por todos ellos a la hora de consensuar posiciones para compartir una visión común”.

A este respecto, aludiendo al caso particular de Marimón Abogados, ambos socios destacan el hecho de que el despacho siga manteniendo una estructura organizativa tradicional, basada en una gestión compartida y el buen entendimiento de todos los socios, y en la estrecha relación socio-abogado que existe dentro del despacho. Asimismo, destacan que en Marimón Abogados todos y cada uno de los abogados sénior pueden ejercer la profesión resolviendo sus temas con un criterio propio.

Desde el punto de vista de los dos profesionales, la irrupción de las nuevas tecnologías ha marcado un antes y un después en el funcionamiento de los despachos y en la relación con los clientes. “Es cierto que la situación propiciada por el Covid ha generalizado las reuniones virtuales, impensables hace algunos años”, señala Kirchheim, “pero puede decirse que hace ya muchos años que las cosas habían empezado a cambiar para hacer más cercana y accesible la relación con el cliente”, añade.

“Todo ello se ha traducido en un aumento de la demanda de inmediatez a la hora de resolver los asuntos”, apunta Santiago Díez, quien también detecta cierta erosión del aura de autoridad que siempre rodeó al abogado. “El letrado era visto como un personaje a la vanguardia de la sociedad por su alto conocimiento de los diferentes temas que les planteaban los clientes no sólo desde el punto de vista jurídico. Esa imagen se ha ido desvaneciendo en la actualidad ya que, en algunas materias, los clientes saben tanto o más que el abogado”.

A su juicio, hemos asistido en paralelo a una super-especialización de los profesionales y de los despachos, que es consecuencia de la propia complejidad aparejada a la penetración de las nuevas tecnologías.

¿Qué valoran hoy los clientes? ¿Siguen siendo tan fieles a sus despachos?

Philipp Kirchheim no tiene dudas al respecto. Cree que el cliente, hoy en día, sigue siendo fiel a su despacho de abogados, por dos motivos fundamentales: “el factor humano, entendido como cercanía y disponibilidad, y la calidad en el servicio”. Además, esta fidelidad se convierte en la mejor herramienta de Marketing para un despacho de abogados. “El boca a boca relacionado con el buen hacer, que se transmite entre empresas y clientes, es la mejor campaña para promocionar el despacho”, asegura.

No obstante, Santiago Díez aporta algún matiz a la cuestión. “En la actualidad, la recomendación de servicios profesionales en cualquier ámbito suele ser contrastada por el cliente de diferentes formas, ya sea mediante búsquedas de la marca por internet, consultas con amigos o preguntas a otros profesionales del sector con los que se tenga confianza. Aquí veo una diferencia importante con respecto al pasado, donde la recomendación de un amigo o profesional bastaba para contratar los servicios de un despacho de abogados”, señala.

En cuanto a la forma de retener a los clientes en la firma, tanto Kirchheim como Díez no dudan en afirmar que la cercanía y la inmediatez.  “Hay un factor determinante -afirma Philipp-. Consiste en conocer la realidad de cada cliente y ser capaz hacer tuyos sus problemas”.

¿Ha cambiado la forma de facturar?

En este aspecto, los dos abogados coinciden en señalar que la unidad de medida para su trabajo sigue siendo el tiempo que emplean en cada caso. Es un aspecto que no ha variado notablemente con respecto al pasado. Sin embargo, coinciden en señalar que cada vez, con más frecuencia, los clientes van buscando presupuestos cerrados a la hora de contratar los servicios.

En este sentido, la forma de actuar requiere de flexibilidad por parte del despacho, pero también por parte de los clientes, ya que un aumento significativo de las horas previstas inicialmente suele venir acompañado de un incremento de los honorarios que, en la mayoría de los casos, es bien acogido y entendido por parte de los clientes. “Los clientes piden un presupuesto, pero en el momento de recibirlo asumen que puede cambiar en función de la complejidad o circunstancias nuevas que puedan concurrir en el desarrollo del asunto”, matiza Kirchheim: “Es importante ser transparente y hacer visible el trabajo que hay detrás de estas horas.”

Management en los despachos de abogados

Tanto Santiago Díez como Philipp Kirchheim aseguran que la estructura de los despachos de abogados camina, cada vez con más intensidad, hacia un modelo piramidal de gestión empresarial, lo que tiene implicaciones para el propio profesional, cuya figura quedaría más difuminada en los grandes despachos frente a la fuerza de la marca.

No obstante, al hilo de esta cuestión, Santiago Díez asegura que la opción de trabajar en un gran despacho de abogados brinda la oportunidad al profesional de especializarse en una materia concreta, consiguiendo de esta forma la brillantez técnica necesaria para despuntar en la profesión

Ambos subrayan además que la gran competencia existente hoy día en el sector, dificulta la entrada de talento joven si no es a través de un despacho serio que les ayude a terminar de formarse para, más tarde, poder destacar. En este sentido, Santiago Díez asegura que la oferta de nuevos abogados es abrumadora y que la selección de nuevos letrados no es una tarea fácil.

Refiriéndose al caso particular de Marimón Abogados, explica Díez que, junto a la valía técnica del candidato, prestan mucha atención a otras cualidades que creen importantes para trabajar en la profesión, como son las habilidades sociales, la empatía o la actitud proactiva. Asimismo, defiende el modelo de integración de los jóvenes abogados en los despachos con el fin de que aprendan a través de la observación y el acompañamiento de un abogado sénior o un socio.

Para Philipp Kirchheim, la visión que mantiene Marimón Abogados sobre este aspecto difiere de la tendencia actual que se observa en otros despachos líderes en nuestro mercado. “En general, veo que caminan más hacia una selección del personal basada únicamente en la valía técnica y los buenos resultados académicos, dejando en un segundo plano la idoneidad de tipo humano y personal”, se lamenta.

La tecnología favorece la conciliación laboral y familiar

El aspecto de la conciliación laboral y familiar en el caso de los abogados no habría sufrido una evolución significativa en los últimos años y, según opina Díez, la necesaria disponibilidad de los abogados sénior y los socios continúa ajustándose a la situación y a la demanda que requieran las operaciones.  No obstante, las nuevas tecnologías han provocado en este sentido una flexibilidad horaria que, si bien amplía los horarios hasta extremos hasta hace poco inimaginables, proporciona también una libertad para atender las solicitudes de los clientes desde cualquier lugar. “En esta profesión, la disponibilidad 24/7 es necesaria, pero las tecnologías se han convertido en un aliado que puede hacer más fácil la conciliación”, opina Kirchheim.

La retención del talento en un entorno de alta competitividad

Sobre las políticas de retención del talento, las opiniones de ambos abogados apuntan al aspecto económico como el recurso más utilizado por los despachos para atraer a los abogados, lo que genera un mercado que a veces puede parecerse al del fútbol de alto nivel. Aun así, opina Kirchheim, “es esencial poder transmitirle al talento profesional una verdadera y creíble perspectiva de desarrollo y carrera profesional”, incluso más allá del mero aspecto remunerativo, “que lógicamente tiene su peso, aunque por sí solo no es decisivo en muchos casos”. “Hay un elemento de ambición personal y profesional que, sin estas perspectivas reales de desarrollo y carrera profesional, hace imposible que se cumpla el deseo de los despachos por retener a los grandes profesionales”, señala Kirchheim.

Además, el aspecto más humano y social de las relaciones personales en el seno de las corporaciones legales puede ser clave a la hora de retener a los buenos profesionales, opina Díez: “Es muy importante para un profesional sentirse cómodo y a gusto trabajando en un despacho”.

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