Ospina Abogados fortalece el despacho con Álvaro Bernad

Publicado el viernes, 10 marzo 2023

Álvaro Bernad se une a Beatriz Uriarte y a Juan Gonzalo Ospina en Ospina Abogados, despacho especializado en Derecho Penal.

Álvaro Bernad

Álvaro Bernad

Álvaro Bernad Sánchez (25 años) fue el número uno de su promoción y obtuvo el premio extraordinario tanto en el grado en Derecho como en el máster de Acceso a la Abogacía.

Con posterioridad, ha seguido cultivando ese interés por el estudio de distintas formas. Ha escrito artículos doctrinales, ya publicados en revistas especializadas, ha impartido clases como profesor universitario e incluso está trabajando en la actualidad en una tesis sobre la presunción de inocencia en el tribunal del jurado.

Aunque no todo ha sido teoría. También había ejercido la abogacía en varias firmas de renombre, a nivel nacional e internacional, antes de incorporarse recientemente a Ospina Abogados, considerado uno de los mejores despachos penalistas de la actualidad.

Con despacho en el barrio de Salamanca (Madrid) este despacho penalista es uno de los más cotizados del momento, gestionando casos de actualidad como la defensa ante la Audiencia Nacional de algunos de los acusados en Los Ángeles del Infierno, o de dos de los implicados en La Manada de Castelldefels, más conocida como La Manada 2.0.

Hoy conocemos un poco más al recién incorporado -hace escasos dos meses- a esta exitosa firma de abogados penalistas: Álvaro Bernad Sánchez.

Pregunta. ¿Por qué Ospina Abogados?

Respuesta. Esencialmente, por una conjunción de dos motivos que, además, se retroalimentan: su ambición y su calidad. Esta es una firma joven con un objetivo muy claro: crecer a través del trabajo bien hecho. Lo que encaja a la perfección con mi filosofía, pues tampoco concibo otra forma de hacer las cosas. Siempre he pensado que el esfuerzo continuado en el tiempo termina dando sus frutos. Y, precisamente porque la visión de este despacho es exactamente la misma, creo que la sintonía y el entendimiento han sido mutuos desde un principio.

P. ¿Dónde te ves dentro de 10 años?

R. Sin duda alguna, ejerciendo como abogado penalista junto a grandes profesionales, justo como ahora. Y, por qué no, también como socio del despacho.

Además, debo reconocer que tengo una «vena investigadora» que pretendo seguir cultivando. Ya he escrito varios artículos doctrinales que han sido publicados en revistas especializadas, he tenido la oportunidad de impartir clases de Derecho procesal en la Universidad y, actualmente, estoy trabajando en una tesis doctoral sobre la presunción de inocencia en el tribunal del jurado. Actividades como estas son precisamente las que querría compaginar en el futuro con el ejercicio de la abogacía.

P. Si tuvieras que decir una cualidad de Beatriz Uriarte y otra de Juan Gonzalo Ospina ¿Cuáles serían?

R. Ambos, tanto Juango como Beatriz, destacan especialmente por su ambición, su inconformismo y su disposición a dar ese paso más que termina marcando la diferencia. Es obvio que el esforzarse de este modo durante años les ha convertido en los grandes penalistas que son hoy en día. Además, creo que es de justicia reconocerles como pioneros en el campo de la comunicación jurídica. Fueron ellos los que pusieron en marcha y popularizaron una forma de mostrar su labor como letrados que, con el tiempo, ha sido vista con buenos ojos y puesta en práctica por otros muchos compañeros.

P. ¿Qué puedes aportar a Ospina Abogados?

R. Como decía, soy un apasionado del estudio del Derecho, tanto del penal como del procesal penal. Esto unido a las dotes argumentativas y oratorias que he ido forjando durante los últimos cinco años mediante la divulgación jurídica a través de mi canal de YouTube, que ya supera los 130.000 seguidores, creo que me permitirá concebir y poner en práctica buenas líneas de defensa ajustadas a los intereses de nuestros clientes.

P. Desde tu posición, en los meses que llevas en el despacho, ¿cuáles son las claves del éxito del despacho?

R. Por un lado, la absoluta dedicación de sus integrantes. Todos los miembros del despacho estamos dispuestos a trabajar cuanto sea necesario para que cada uno de los casos que llega a nuestras manos sea resuelto en el sentido más favorable posible. No escatimamos en esfuerzo y, como es lógico, esto es algo que el cliente percibe y valora.

Y, por otro lado, la buena comunicación en las redes sociales de lo anterior. Este buen hacer es debidamente transmitido a través de los canales oportunos, lo que atrae a nuevos clientes y genera un «círculo virtuoso».

P. ¿Concibes de un modo distinto el Derecho penal desde el comienzo de los estudios a tu posición actual?

R. Rudolf von Ihering, uno de los más eminentes juristas de todos los tiempos, contaba en su extraordinario libro La jurisprudencia en broma y en serio una anécdota genial. Después de terminar sus estudios universitarios con un examen de Derecho romano, se incorporó a un despacho. Allí, un abogado experimentado le entregó un caso sencillísimo para que lo resolviera. Y Ihering, recién licenciado y poco familiarizado con el día a día de los tribunales, trató de solucionarlo mediante la aplicación de los principios y teorías que acababa de estudiar. Pues bien, fue tal el disparate que propuso, quizás correcto según alguna teoría, pero inconcebible en la práctica, que el abogado no pudo contener la carcajada.

Esta pequeña historia me sirve para contestar a la pregunta. No pretendo menospreciar la importancia de la teoría; si un práctico la desconoce andará como pollo sin cabeza. Pero sí es cierto que el bajar los pies a tierra y tomar contacto con la realidad diaria de los tribunales me ha hecho ver las cosas de otro modo. El Derecho penal no es lo que está en los libros -muchas veces, ni siquiera lo que está en las leyes-. El Derecho penal es lo que sucede en las comisarías, en los juzgados y en las prisiones. Y un buen jurista es el que, consciente de ello, se prepara mediante el estudio para saber resolver con solvencia las situaciones que en estos escenarios se pueden plantear. Así es como ha evolucionado mi concepción del Derecho desde que salí de la universidad hasta el día de hoy.

P. Poniéndote en valor usted ¿cuál crees que ha sido el motivo fundamental de su contratación en Ospina Abogados?

R. Me parece que pueden haber influido varios factores.

Primero y, sobre todo, el haber visto en mí a una persona comprometida y trabajadora. Este es el punto de partida sin el cual todo lo demás cae por sí solo.

Y, además, diría que también resultó atractiva mi vocación por el Derecho penal. Como ya decía, he escrito artículos, he impartido clases, estoy trabajando en una tesis doctoral y pretendo seguir realizando tareas similares. No quiero dejar de estudiar y creo que esto ha sido visto con buenos ojos. Pues sólo quien tiene bases sólidas y se preocupa por mantenerse actualizado puede afrontar con rigor el ejercicio de la abogacía.

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