Esta
sala
también
se
encarga
de
instruir
y
poner
en
marcha
las
causas
sobre
aforados
y
tendrá
que
impulsar
la
doble
instancia
penal,
ahora
carente
en
nuestro
ordenamiento
jurídico
Rodeado
de
muchos
compañeros
de
carrera
y
diferentes
personalidades
jurídicas
en
un
breve
acto
en
el
que
también
se
oficializó
el
nombramiento
de
Luis
Navajas,
como
nuevo
teniente
fiscal
del
Tribunal
Supremo
y
los
nuevos
magistrados
de
la
sala
Contencioso-Administrativo
Francisco
José
Navarro,
César
Tolosa
y
Jesús
Cudero,
el
acto
de
toma
de
posesión
de
Manuel
Marchena
como
nuevo
presidente
de
la
Sala
Penal
del
Supremo
despertó
una
gran
expectación.
Esta
ceremonia
presidida
por
por
Carlos
Lesmes
presidente
del
CGPJ
y
del
TS
contó
con
la
presencia
del
Ministro
de
Justicia
Rafael
Catalá,
el
FGE,
Eduardo
Torres-Dulce,
vocales
del
CGPJ
y
del
Consejo
Fiscal,
el
presidente
del
Tribunal
Constitucional,
Francisco
Pérez
de
los
Cobos
y
los
presidentes
del
CGAE;
Carlos
Carnicer
y de
los
Procuradores,
Juan
Carlos
Estévez.
El
cambio
de
presidente
en
esta
Sala
Penal
se
hace
en
el
momento
de
mayor
zozobra
política
en
nuestro
país
y
cuando
se
recupera
el
debate
de
la
reforma
procesal
penal,
necesario
para
agilizar
los
procesos
penales.
Estas
ceremonias
que
son
acogidas
en
el
Salón
de
Actos
del
Tribunal
Supremo
son
bastante
sencillas
y
ágiles.
En
apenas
media
hora
tanto
el
nuevo
presidente
de
la
sala
penal,
Manuel
Marchena,
como
el
nuevo
teniente
fiscal
del
Supremo,
Luis
Navajas
y
los
magistrados
recién
elegidos
para
la
sala
Contenciosa-Administrativa
Francisco
José
Navarro,
César
Tolosa
y
Jesús
Cudero
tomaron
posesión
de
sus
cargos.
Era,
por
supuesto
ver
los
corrillos
que
se
realizaban
antes
y
después
del
evento
para
poder
saludar
a
tanto
ilustre
jurista
convocado
para
esta
ocasión.
A
nadie
se
le
escapa
la
gran
responsabilidad
que
cae
sobre
las
espaldas
de
Manuel
Marchena,
apadrinado
en
el
día
de
hoy
por
el
presidente
saliente
Juan
Saavedra,
como
nuevo
titular
de
la
Sala
Penal
de
este
Tribunal
Supremo.
En
un
momento
de
noticias
diarias
sobre
la
corrupción
en
nuestro
país
nadie
puede
olvidar
que
ésta
es
la
sala
que
se
encarga
de
instruir
y
enjuiciar
las
causas
sobre
nuestros
aforados.
En
total
unos
10.000,
de
los
que
la
mayor
parte
son
magistrados.
Será
precisamente
el
Ministro
Catalá
quien
tendrá
que
ver
si
se
mantiene
este
ratio
o se
reduce
como
pasa
en
otros
países
de
la
UE.
En
un
país
en
el
que
más
de
las
dos
tercios
de
los
asuntos
que
llegan
a
los
juzgados
son
penales
tiene
mayor
importancia
el
papel
del
Tribunal
Supremo,
una
entidad
que
sin
ser
una
doble
instancia,
porque
esta
es
una
de
las
tareas
aún
pendientes
en
nuestro
ordenamiento,
se
encarga
de
revisar
los
temas
penales
y
los
asuntos
relacionados
con
los
aforados.
En
este
caso
hay
que
relacionar
a
Manuel
Marchena
como
el
impulsor,
siguiendo
las
directrices
del
Gobierno
del
borrador
del
nuevo
Código
Procesal
Penal,
con
el
que
estuvo
trabajando
más
de
un
año
capitaneando
un
grupo
de
expertos.
Hace
más
de
un
año
nos
explicaba
en
un
curso
de
verano
de
la
APM
(Asociación
Profesional
de
la
Magistratura)
los
entresijos
de
esta
reforma
penal,
http://goo.gl/7bS2T6.
Curiosamente
Gallardón
paralizó
esta
reforma
y
ahora
el
Ministro
Catalá
parece
decidido
a
asumirla
en
parte
para
agilizar
muchos
de
nuestros
procesos
penales.
En
esta
reforma
el
caballo
de
batalla
se
encuentra
en
dar
la
instrucción
al
fiscal,
lo
que
supondría
una
reforma
del
Estatuto
orgánico
del
Ministerio
fiscal
para
que
pudiera
ejercer
las
investigaciones
de
forma
independiente.
Al
mismo
tiempo
aparece
la
figura
del
juez
de
garantías
que
es
quien
se
encarga
de
la
seguridad
jurídica
de
este
y
otros
procesos.
Marchena,
magistrado
de
la
Sala
Segunda
desde
2007,
fue
elegido
para
el
cargo
con
la
mayoría
de
doce
vocales
del
Consejo
General
del
Poder
Judicial
(CGPJ)
el
pasado
30
de
septiembre,
frente
a
Cándido
Conde-Pumpido
y
Miguel
Colmenero.
Ahora
en
esta
Sala
Penal,
el
nuevo
presidente
y el
resto
de
magistrados
se
enfrenta
a
la
revisión
de
las
condenas
que
les
lleguen,
al
igual
que
se
instruyen
causas
sobre
aforados
o a
resolver
en
casos
tan
mediáticos
como
el
que
afecta
al
cuñado
del
Rey,
Iñaki
Urdangarin,
al
ex
tesorero
del
PP
Luis
Bárcenas
y
posiblemente
el
desenlace
de
la
Operación
Púnica,
ahora
en
fase
de
instrucción
por
el
juez
Velasco.
Marchena,
el
más
joven
de
los
candidatos,
procede
de
la
Carrera
Fiscal,
a la
que
accedió
tras
licenciarse
en
Derecho
por
la
Universidad
de
Deusto
en
1981,
y
tuvo
su
primer
destino
en
la
Audiencia
Territorial
de
Las
Palmas
en
1985
Nombrado
fiscal
de
la
Secretaría
Técnica
de
la
Fiscalia
General
del
Estado
en
1992,
dos
años
después
pasó
a
ejercer
como
fiscal
del
Tribunal
Superior
de
Justicia
de
Madrid,
donde
estuvo
hasta
1996,
cuando
volvió
a su
anterior
destino
-la
Secretaría
Técnica-
de
la
que
en
2003
fue
designado
fiscal
de
sala
jefe. |