¿Quién no ha oído la frase “soy abogado mediador” o “psicóloga mediadora” o “enfermero mediador”? La mediación ha entrado de lleno en la praxis de varias actividades profesionales como vía alternativa antes de acudir a los tribunales. “Ahora, la mediación, es un valor añadido a la profesión que ostentamos”, asegura Carles Garcia Roqueta, abogado, árbitro, mediador y presidente de la Societat Catalana de Mediació en Salut.
Este jueves 24 de noviembre, esta entidad, conjuntamente con el Col·legi de Metges de Barcelona (Colegio de Médicos de Barcelona), organiza la jornada Valoración del daño corporal y mediación, centrada sobre todo en la resolución pactada, consensuada, de conflictos provocados por accidentes de tráfico. La Ley 35/2015, aprobada en septiembre del año pasado y en vigor desde enero de este 2016, realza en su artículo 14 la importancia de la mediación en casos de accidentes de tráfico.
“La jornada de hoy trata de los nuevos baremos que en mediación introduce la ley en sucesos de tráfico pero la mediación en salud va mucho más allá, cada vez consigue un posicionamiento más importante entre pacientes, instituciones, entidades y empresas. Muchas corporaciones ya nos piden que les demos formación en mediación para afrontar las diversas casuísticas que se producen en el sector salud”, explica Garcia Roqueta.
Esto está provocando que una gran parte de las profesiones relacionadas con el sector salud estén apostando cada vez más por la mediación como añadido más que valorable en su actividad diaria. Es el caso, por ejemplo, de la abogacía. “La abogacía podríamos decir que está empezando a concienciarse de la importancia de la mediación”, asegura Garcia Roqueta. “La mayoría de colegios profesionales están invirtiendo, y mucho, en este aspecto”.
A pesar de ello, el nuevamente ministro de Justicia, Rafael Catalá, desestimó la posibilidad de realizar una campaña pública a favor de concienciar a la ciudadanía de la importancia de la mediación. Catalá, en un foro sobre mediación, considera que son los propios profesionales los que tienen que incentivar a los ciudadanos para que usen más la mediación y menos los juzgados.
“No creo que el ministro no valore la mediación”, apunta García Roqueta. “Al contrario, destacó algunas cifras que ponen en valor la mediación: destacó los 2.500 mediadores y los 1.300 mediadores concursales que tenemos actualmente. Y eso es muy significativo”.
Para saber más: e-book Lawyerpress sobre Mediación
Hola,
Me llaman la atención las frases «abogado mediador», «psicóloga mediadora» , «enfermero mediador» que constan como ejemplo en vuestro artículo. En mi caso especifico, siempre digo que soy abogada y mediadora para diferenciar ambas disciplinas. Cuando ejerzo como abogada, defiendo intereses de una parte. Ejerciendo como mediadora, tengo que ser alguien absolutamente imparcial, sin posicionarme a favor de ninguna de las partes.
No se pueden ejercer ambas disciplinas a la vez en un mismo caso o situación.