El Ilustre Colegio de Abogados de Valencia y el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales y de Grado de Valencia colaborarán para difundir entre sus colegiados la cultura de la mediación. Ambos colegios tienen organismos específicos para ejercer la mediación: el ICAV, a través del Centro de Mediación CMICAV y el COGITI Valencia, a través de la Delegación Territorial del Instituto de Mediación de Ingenieros (INMEIN). Gracias a este convenio, CMICAV solicitará a In.Me.In ingenieros técnicos industriales y de grado en caso de necesitarlos, y a su vez, In.Me.In. dispondrá de profesionales del derecho para resolver sobre cuestiones de índole jurídica.
Según recoge el texto del convenio, ambas entidades colaborarán «en la organización de jornadas, seminarios, cursos especializados o módulos formativos» y podrán desarrollar conjuntamente «estudios y análisis sobre el ámbito de la mediación que consideren oportuno impulsar». También informarán a sus colegiados de la posibilidad de incluir, en los contratos en los que actúen, la clausula de sumisión a mediación, « facilitando así una gestión eficaz y pacífica de las discrepancias».
Promover la mediación
El decano del ICAV, Rafael Bonmatí, ha defendido como siempre las bondades de la Mediación y ha recordado la gran apuesta que hace el Colegio de Abogados de Valencia por esta alternativa a la resolución de conflictos con la creación en 2012 del Centro de Mediación del ICAV (CMICAV). Bonmatí afirma que “todavía nos queda mucho camino por recorrer para llegar a conseguir una verdadera cultura de la Mediación como tienen otros países, pero este tipo de convenios ayudan a que cada vez sea más conocida y se perciba como una verdadera alternativa a la vía judicial”.
“Nuestro objetivo es promover la mediación entre nuestros clientes y colegiados, darla a conocer”, afirma Angélica Gómez, decana del COGITI Valencia, que enumera los diferentes conflictos que puede resolver un mediador: “Entre un cliente y un proveedor, entre dos particulares, entre una empresa y un particular, en comunidades de propietarios, entre dos empresas ubicadas en un polígono industrial… El campo es muy amplio”, asegura. Y pone un ejemplo: “Imagina una PYME familiar, que tiene una trayectoria de décadas, que ha pasado de la primera a la segunda generación y ha de dar entrada a la tercera, un momento crítico por los clásicos conflictos de poder y de atribuciones, que amenazan la supervivencia de este tipo de empresa y que muchas no superan”. En casos como éste, que se eternizan en los juzgados y son muy complejos, la mediación puede jugar un papel fundamental. “El COGITI Valencia quiere ofrecer ese servicio a la sociedad”, asegura Gómez, quien aclara que los afectados no están obligados a llegar a un pacto. “Pero si se alcanza el acuerdo entre ambas partes y se hace público, tiene el mismo valor que una sentencia y les obliga a su cumplimiento”.