Benita Ferrero-Waldner: “Por primera vez la UE y los EEUU no compartimos los mismos valores”

Publicado el miércoles, 19 julio 2017

Benita Ferrero-Waldner

Por Núria Ribas / @oikit

Benita Ferrero-Waldner es una de las grandes figuras de la política europea. Con una trayectoria amplísima, rompiendo varias veces el techo de cristal en puestos nunca antes ocupados por mujeres, esta doctora en Derecho nos recibe en la sede de Cremades & Calvo-Sotelo, bufete del que es socia desde el año 2014 y donde se ocupa de tener al despacho al día en cuanto a legislación internacional.

Jefa de Protocolo de Naciones Unidas, secretaria de Estado para Asuntos Exteriores y Ministra de Exteriores austríaca, Comisaria Europea de Relaciones Exteriores y Política Europea de Vecindad y, también posteriormente, Comisaria Europea de Comercio…Ferrero-Waldner conoce bien los entresijos de la UE y la política exterior de los 27 en uno de los momentos cruciales de la Unión.

Lawyerpress (LP): El ‘brexit’, la complicada relación con Trump, la crisis de los refugiados, el tratado con Mercosur que no acaba de arrancar nunca…La política exterior de la Unión Europea vive uno de sus momentos más convulsos…

Benita Ferrero-Waldner (BFW): Estamos en un mundo peligroso y de incertidumbre en este momento. Nunca habíamos estado en un mundo así desde la II Guerra Mundial. Sabemos el por qué, naturalmente. Hemos tenido muchas crisis simultáneas: la crisis financiera, la crisis económica, la crisis política y de confianza, que creo es muy importante. Y automáticamente, han surgido los populismos, ideas simplistas, proteccionismos…a pesar de que hoy vivamos en un mundo globalizado, digitalizado.

LP: ¿Hay una receta desde la UE para superar este momento?

BFW: De entrada, creo que tenemos que buscar un liderazgo fuerte por parte de la UE. Y creo que Donald Trump, en este sentido y paradójicamente, nos va a ayudar. Porque Trump nos enfrenta a otros valores que no son los nuestros. Por primera vez, los EEUU y la UE no compartimos los mismos valores.

LP: Y esta divergencia, ¿en qué se traduce?

BFW: En que es el momento de decir: nosotros defendemos nuestros valores y nuestros intereses. Es decir, el liberalismo en el comercio y el multilateralismo en cuestiones políticas. A medio y largo plazo se notará que la política proteccionista es un error. El problema es que la UE justo está ahora en una posición de debilidad. Pero, por otro lado, creo que hay una concienciación de que algo tenemos que hacer y esto ya es un primer paso muy positivo, darse cuenta. La primera señal fue la Declaración de Bratislava, una expresión de la voluntad de los 27 de ir adelante, reforzados y no debilitados. Luego vino el discurso de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, en septiembre del año pasado, que también va en esa dirección. Finalmente, el libro blanco y la reunión en Versalles de los cuatro grandes.

LP: ¿No se resquebraja la unidad y el proyecto de la UE con esta propuesta de liderazgo fuerte que, al final, desemboca en la famosa Europa de las dos velocidades?

BFW: Mire, durante años hemos hablado de eso. De hecho, la cooperación reforzada, o diferenciada como dicen ahora, está ya prevista en los tratados europeos, pero siempre había una cierta reticencia en utilizarla porque, claro, lo mejor siempre ha sido ir adelante todos juntos. Pero ya nos dimos cuenta que en dos importantes asuntos no pudimos hacerlo y entonces utilizamos esta cooperación reforzada: con el espacio Schengen y también con el euro. Claro que prefiero la opción de todos juntos. Pero como esto no va a funcionar, al menos por ahora, y no nos queda otra opción que reaccionar, tenemos que salir adelante.

LP: El papel de la UE en la crisis de los refugiados deja mucho que desear, por usar un término suave…

BFW: Está claro. Debe decirse, sin embargo, que no ha habido repartición. La mejor idea hubiera sido la de la Comisión: repartir a los demandantes de asilo según el tamaño y el PIB de cada país. Esto no ha funcionado, desgraciadamente. Por ejemplo, mi país, Austria, un pequeño Estado con 8 millones de habitantes, solo el año pasado acogió a 95.000 refugiados. Esto es mucho. Para este año, el gobierno ha marcado la mitad. Pero luego hay otros países que no han acogido ni a un demandante de asilo o a muy pocos, pese a tener mayor peso económico dentro de la UE. Eso es inaceptable. Y claro que tenemos que encontrar una solución. Y de nuevo se plantea que, si hay un pelotón que va delante y lo soluciona, hagámoslo. No es lo mejor pero no podemos siempre frenarnos por culpa del que menos quiere.

LP: El otro gran reto político ahora mismo que tenemos sobre la mesa es la negociación sobre el ‘brexit’. ¿Cómo cree que se desarrollará? ¿Deja tocada comercialmente a la UE?

BFW: Yo creo que nos deja tocados a todos. Es malo para ambos, para la UE y para Gran Bretaña. El Reino Unido es una gran fuerza no solo económica: es miembro del Consejo de Seguridad, miembro destacado de la OTAN … tiene un gran prestigio en el mundo. Pero, por otro lado, son ellos los que han querido el ‘brexit’. Creo que la UE debe decir claramente: “Si queréis salir de la UE, de acuerdo, pero tenéis que pagar el precio. Y el precio va a ser un acuerdo de libre comercio sui generis pero donde están claros nuestros principios”. Y no podrán tenerlo todo. Eso está claro. La gran cuestión es cuánto van a durar las negociaciones. En la UE se espera que sean unos 18 meses.

LP: Hay importantes empresas españolas radicadas en la City londinense. ¿Van a sufrir mucho?

BFW: Eso todavía no lo sabemos. Pero creo que habrá muchas empresas que se plantearán deslocalizarse. No va a ser tan fácil como la señora May piensa, o pensaba. No se puede salir de la UE y estar igual o mejor que cuando formabas parte. No. Esto no va a funcionar así. Porque existe el riesgo del contagio, y nosotros, la UE, tenemos que defendernos ante este riesgo. Debemos ser pragmáticos, porque no deja de ser un socio muy importante en cuanto a comercio, en cuanto a seguridad, pero yo pienso que hay que dejar claro que no puedes estar fuera del club y tener las mismas condiciones que cuando estabas dentro.

LP: ¿Es posible un acuerdo similar al que tiene la UE con Noruega?

BFW: No creo que sea posible, no. Aunque para la UE estaría bien, para Gran Bretaña sería ir demasiado lejos. Tendrían que aceptar las cuatro libertades fundamentales que rigen la UE, y no quieren. Especialmente la libertad de movimiento de ciudadanos. Además, también tendrían que contribuir financieramente, y eso tampoco lo quieren.

LP: Mientras, la UE intenta en algunos casos cerrar y en otros recuperar acuerdos de libre comercio como el TTIP (Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversión) o el acuerdo con Canadá. Acuerdos no muy bien vistos por algunos sectores y vetados por la Administración Trump en el caso del TTIP. ¿Qué análisis hace de estas negociaciones?

BFW:  Bueno, como se sabe, desgraciadamente, no tendremos el TIPP. Yo estoy a favor. Hay puntos complicados, es cierto. Pero hubieran sido miles de empleos más, porque la de los mercados liberalización ayuda a potenciar el comercio. Y esto era lo importante en un momento de crisis. Y veremos qué acaba pasando con el acuerdo con Canadá. Los populistas y la gente que tiene miedo, intenta estar en contra de todo. Eso no puede ser. Porque si no, ¿dónde va a estar Europa en unos años? Antes, hace siglos, éramos el 25% de la población mundial pero ahora somos apenas el 6%, si no me equivoco. Nuestro continente puede sobrevivir solamente si estamos al principio del pelotón, con los avances.

LP: ¿Y el acuerdo con el Mercosur? Hace años que se intenta cerrar y no hay manera. ¿Por qué cuesta tanto?

BFW: Mire, al final los problemas en realidad son pocos. El principal problema es abrir el acceso a los países latinoamericanos para nuestros productos agrícolas. En contrapartida, nosotros queremos tener más acceso para nuestros productos industriales y de propiedad intelectual. Durante años había problemas con Argentina y Brasil. También con el poderoso lobby europeo del sector agrícola. Pero tengo una cierta esperanza. Para todas las empresas europeas, y para las españolas en particular, supondría todavía más posibilidades de trabajar con América Latina. No debemos perder de vista que, con la política de aislamiento y proteccionismo de Trump, Europa tiene que mover ficha con Latinoamérica, especialmente con la Alianza del Pacífico. Y ahí España va a ser crucial. España ya es el líder en las relaciones entre la UE y América Latina. Pero debería aprovechar el momento mucho más. Hemos dejado que China, por ejemplo, entre muy fuerte en América Latina, sobre todo en recursos, minería, alimentación…

LP: Este ‘aprovechar más el momento’, ¿pasa por modificar alguna legislación europea? ¿Existen trabas en este punto?

BFW: Seguramente. Pero eso viene después. Primero va siempre la voluntad política. Después hay que analizar las eventuales trabas.

LP: Entiendo por lo que dice que no hay voluntad política. ¿Europa está ensimismada en ella misma?

BFW: Exacto. Hemos estado ensimismados durante mucho tiempo. Y ahora es el momento de reaccionar.

Sobre el autor
Núria Ribas

Periodista. Más de 20 años de experiencia en medios escritos y en comunicación política y corporativa. Periodismo jurídico, económico, político y cultural. Veraz siempre; parcial, también. @oikit

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