Garrigues ha celebrado el primer aniversario del Innovation Think Tank, un laboratorio de ideas interno creado para canalizar de una forma colectiva el esfuerzo innovador del bufete, con un hackathon. Unas cien personas de diversas oficinas −nacionales e internacionales− de la firma, con distintas responsabilidades, nacionalidades y edades, trabajaron repartidas en equipos en torno al mismo reto: buscar formas innovadoras y eficientes de comunicar con el cliente.
El Thinkathon, nombre elegido por Garrigues para su hackathon, ha puesto el broche de oro a la primera etapa de este laboratorio de ideas, del que han surgido numerosas iniciativas. Los siete equipos del Innovation Think Tank desarrollaron sus ideas a lo largo de una intensa jornada de trabajo en la que pusieron en práctica las técnicas de design thinking aprendidas. El hackathon finalizó con cinco minutos por equipo para presentar su proyecto ante un jurado compuesto por abogados del despacho.
Los proyectos presentados giraron en torno al uso de la tecnología para ofrecer al cliente una experiencia complementaria a las reuniones cara a cara. La utilización del video, el podcast y las tecnologías interactivas, la personalización de los canales, la posibilidad de mejorar la medición de las relaciones con el cliente… estuvieron, entre otras soluciones, presentes en los proyectos.
El presidente ejecutivo de Garrigues, Fernando Vives, subrayó en la clausura de la jornada que las iniciativas de este tipo son muy importantes en el “proceso de evolución” en que se encuentra inmerso el despacho, y mostró su agradecimiento a los profesionales por participar y ser protagonistas del cambio. De cara a la siguiente etapa del Innovation Think Tank, que comenzará después del verano, “lo ideal sería que llegaran a involucrarse las 2.000 personas que integran la firma”, señaló.
En esta primera etapa, que se ha prolongado durante un año, los siete equipos participantes −compuestos por un total de 112 personas− se han enfrentado a tres retos distintos, todos ellos relacionados con la experiencia del cliente con el despacho. De los dos primeros, surgieron medio centenar de iniciativas relacionadas con soluciones para mejorar procesos, mecanismos para automatizar tareas rutinarias, la mejora de servicio a los clientes, la potenciación de determinados servicios, etcétera. El despacho ha ido estudiando −y continúa haciéndolo− estas ideas, que en muchos casos se han convertido en el embrión de proyectos, a menudo combinadas entre sí o adaptadas a otras herramientas.