Un marco normativo en materia de igualdad: La realidad necesaria que deben adoptar las empresas

Publicado el miércoles, 13 marzo 2019

Alberto Gilarranz, Socio de Auren Abogados y Asesores Fiscales.

El pasado viernes 8 de marzo entró en vigor El Real Decreto-Ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación.

Alberto Gilarranz, Socio de Auren Abogados y Asesores Fiscales.

Alberto Gilarranz, Socio de Auren Abogados y Asesores Fiscales.

Son varias las medidas que se articulan entorno al concepto de igualdad y corresponsabilidad, introduciendo modificaciones en las principales normas laborales (Estatuto de los Trabajadores, el Estatuto Básico del Empleado Público, el Estatuto del Trabajo Autónomo y la LGSS); además, el citado RD-Ley incluye cambios terminológicos, sustituyendo las menciones de «maternidad o paternidad» por «nacimiento» así como de «trabajador» por «persona trabajadora». Con el fin de establecer un nuevo marco jurídico hacia la plena igualdad, también se ha modificado la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en relación a los planes de igualdad en las empresas. Las consecuencias prácticas sobre muchos de los permisos introducidos o modificados, todavía están por llegar.

A partir de aquí, muchos se hacen la misma pregunta; ¿estas novedades van a perdurar o se quedarán en el cajón del Congreso en unos pocos meses?

La respuesta solo la tienen los designios electorales y nuestros gobernantes. Sin embargo, lo más importante es que la sociedad entienda, en especial las empresas, que esa ley no debe atender a una moda pasajera que responda a un aumento del debate público en la cuestión de la igualdad de género.

La igualdad de género y la corresponsabilidad son una necesidad de toda sociedad avanzada, que nunca debería ser entendida como una moda o una “losa” para las empresas. Está claro, también, que con leyes no se soluciona completamente el que se  entienda este asunto como algo necesario. Debe ser la educación en la igualdad la que entre en juego primero.

Dicho esto, las novedades legislativas que no nacen del consenso social y político siempre generan dudas en nuestro tejido empresarial y, por lo tanto, parece lógico que se susciten respecto de un Real Decreto-Ley que ha llegado en el último minuto de la legislatura (y todavía está por ver si es convalidado por la comisión permanente del Congreso, o no).

Lo que es innegable es que, tan solo leyendo la exposición de motivos de la norma, nos deberíamos dar cuenta, si no lo habíamos interiorizado ya, que conceptos como “trabajos de igual valor”, “brecha salarial” o “corresponsabilidad”, no son conceptos patrios inventados en el último minuto de ninguna legislatura, sino que forman parte de un movimiento homogéneo y coherente que muchos de los países de nuestro entorno, ya manejan con destreza.  Como decía, y discúlpese la reiteración, no son parte de ninguna moda, sino que ya se han enraizado en el marco de las relaciones laborales de esos países a los que tanto nos gusta mirar, muchas veces, con envidia malsana.

Sea como fuere, no es menos cierto que nuestro país tiene un tejido empresarial atomizado, formado por cientos de miles de pequeñas empresas a las que, en muchas ocasiones, les cuesta entender, por no decir, pagar, ciertas reformas legislativas que, sin las oportunas ayudas, pueden llegar a resultar un lastre para muchas de ellas.

Es evidente que hombres y mujeres, mujeres y hombres, debemos tener los mismos derechos para acceder al empleo, promocionarnos y para cuidar de nuestros hijos o familiares.

Este último punto, la corresponsabilidad en los cuidados de “nuestras familias”, sean cuales sean e independientemente de cómo estén formadas, incide de manera directa en esa brecha salarial, y porque no decirlo, en la discriminación de género. Todo esto, y todavía hoy, es una realidad en la sociedad en la que vivimos. Eso sí, no podemos obviar que las novedades legislativas, en ciertas ocasiones, implican una serie de gravámenes a las empresas, que deben ser compartidos y, sobre todo, deben ser explicados, para que la igualdad no sea vista como una “losa” empresarial, sino como una oportunidad.

Las empresas deben aprovechar esta nueva normativa, entender su necesidad y convertirla en un punto de inflexión de un futuro laboral mejor y más igualitario.

Ya se dijo hace muchos años que la libertad, fraternidad e igualdad, podía ser el germen de un nuevo modelo de sociedad. Si creemos en la igualdad de todas las personas que formamos el mercado laboral, llegaremos sin duda a una sociedad más justa. Creo que debemos intentarlo.


Auren Abogados


 

Sobre el autor
Redacción

La redacción de Lawyerpress NOTICIAS la componen periodistas de reconocido prestigio y experiencia profesional. Encabezado por Hans A. Böck como Editor y codirigido por Núria Ribas. Nos puede contactar en redaccion@lawyerpress.com y seguirnos en Twitter en @newsjuridicas

Comenta el articulo