Miguel Montero de Quadras de Atomian advierte sobre los peligros del uso de la IA

Publicado el miércoles, 1 diciembre 2021

El futuro es hoy. La cada vez más rápida introducción de la Inteligencia Artificial (IA) en diferentes sectores de actividad ha provocado una modernización innegable de la sociedad. Sin embargo, esta tecnología todavía es relativamente nueva y deben plantearse lo antes posible debates en torno a su control y uso ético para garantizar su correcto funcionamiento y la seguridad de las personas.

Hoy en día la inteligencia artificial está presente, en mayor o menor medida, en gran parte de nuestras actividades diarias y no parece que este camino tenga vuelta atrás. Las empresas, en definitiva, corren grandes riesgos de pérdida de competitividad si no incorporan ningún elemento de inteligencia artificial”, afirma el CEO Y fundador de Atomian, Miguel Montero de Quadras.

El experto considera que cada vez existen algoritmos más rápidos y eficientes, capaces de hacer todo tipo de tareas y recabar grandes cantidades de datos. “Todavía estamos aprendiendo cómo tratar esos datos, pero ya hay empresas que basan sus modelos de negocio más en la explotación de estos datos que en la actividad en cuestión a la que se dedican”, advierte.

Con la aparición de nuevas herramientas digitales capaces de manipular grandes cantidades de información, es evidente que el futuro de muchas profesiones, como el ámbito jurídico, pasa por la inteligencia artificial. Es por esto por lo que Montero lanza un mensaje claro: “todavía quedan muchos debates alrededor de la inteligencia artificial, y no solo en el aspecto económico, sino también en el social y ético”.

La cuestión ética, un problema difícil de detectar

El principal debate que se está generando en torno al uso de la inteligencia artificial es la cuestión ética. El primer paso para solucionar un problema es darse cuenta de que este existe, comenta el experto, al revelar que las empresas tienen cada vez más en cuenta un uso responsable de la inteligencia artificial.

Los algoritmos que utiliza la Inteligencia Artificial se alimentan de datos y van aprendiendo por sí mismos, pero hay que tener en cuenta que los propios algoritmos y la información que reciben están generados por seres humanos. Por lo tanto, la responsabilidad ética de la IA pasa, en primer lugar, por una concienciación responsable de los trabajadores”, comenta Miguel Montero de Quadras.

El mayor uso de datos por parte de las empresas, que en algunos contextos llega a considerarse abusivo, obliga a los profesionales a poner la lupa también sobre la privacidad, un derecho fundamental de los clientes y ciudadanos de a pie. Por todo esto es necesario invertir en formación, independientemente del sector de actividad, sobre qué es la inteligencia artificial y cómo trabajar con ella de forma eficiente y respetuosa con el resto.

La lista de casos de uso es francamente larga y, como en todos los retos tecnológicos que la humanidad ha superado, no hay que dejar que las cosas pasen solas, es necesario un espíritu crítico, autoexigente e inquisitivo, pero no tenemos que albergar la menor duda de que las profundas transformaciones sociales que vendrán de la mano de la inteligencia artificial resultarán en un mayor nivel de bienestar, salud y equidad”, concluye.

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