Alexander Salvador, Abogado. Presidente del Grupo de la Abogacía Joven de Barcelona (GAJ)
“Los jóvenes sois el futuro de la profesión”. Esta semana éste será el mantra más repetido por multitud de representantes institucionales de la abogacía.
Pero ¿Qué futuro? ¿Esta es realmente la cuestión de interés que hemos de plantearnos?
Ante la actual ventana de oportunidad para incidir en nuestra profesión, lo realmente importante es plantearnos las preguntas correctas para poder virar con visión y altura el timón que se nos ha ofrecido durante unos siempre breves años.
Desde el Grupo de la Abogacía Joven de Barcelona, desde el inicio del ciclo político-institucional que empezamos en su momento, lo hemos tenido siempre claro. Las respuestas correctas nacen de preguntas inteligentes. Y tales preguntas se formulan cuando se apuesta por la materia gris, por el debate de las ideas. Un debate de las ideas promovido desde la transversalidad y la generosidad.
En este sentido, reflexionó recientemente Antoni Cañete, presidente de PIMEC, en la última reunión-coloquio del Grupo Eulalia. La generosidad, a través de alianzas entre pares, puede llevarnos mucho más lejos como sociedad que cualquier individualismo en búsqueda de un protagonismo fugaz.
Me adhiero sin reservas a tal reflexión. En este camino, hemos venido trabajando desde hace tiempo en Barcelona; impulsando nuevas alianzas transversales entres jóvenes de las principales instituciones de la sociedad civil de nuestra ciudad, entre jóvenes de diferentes colegios profesionales, reuniendo y sumando jóvenes abogados que ondean el talento, el esfuerzo y las ideas como bandera… En definitiva, apostando siempre por nosotros -los jóvenes-.
Apostar por la profesión no lo es hacer por protagonismos fugaces, conqueridos con miradas cortoplacistas. Tales liderazgos están condenados al olvido, a repetir errores institucionalmente cíclicos… El liderazgo de nuestra profesión ha de ser compartido, desde la generosidad y la transversalidad, desde la suma de diferentes idiosincrasias y, sobre todo, desde la valentía para confrontar ideas e ideales distintos.
Afrontar los retos que tenemos en adelante como jóvenes abogados (y, en general, como jóvenes) requerirá de grandes entendimientos, imposibles de alcanzar sin amplias y robustas alianzas.
La institución a la que hoy represento se fundó hace más de 50 años por el presidente Antoni Plasencia con un claro objetivo, que a fecha de hoy, pretendemos cristalizar. No ser el futuro de la profesión. Ser el presente. Incidir con nuestras ideas y voz propia en el aquí y ahora.
Pues, la pregunta correcta nunca fue ¿cuál es el futuro que queremos los jóvenes? La pregunta correcta siempre ha sido ¿cuál es el presente que queremos los jóvenes? El futuro del mañana no existirá sin un presente en el que los jóvenes tengamos voz y presencia propia en nuestras instituciones, así como en la sociedad civil. Desde hace un tiempo, en Barcelona, con nuestra valía nos hemos ganado tal confianza.
Hoy, en el día de la abogacía joven, considero que es momento de reafirmarnos en una abogacía joven con opinión e ideas contrastadas y confrontadas, de liderazgos de altura y largoplacistas y, sobre todo, capaz de armar alianzas transversales desde la generosidad para generar impacto real y transformar el presente -no más el futuro-. Cualquier otro planteamiento está dirigido a la vacuidad. Así que, otra vez más, sigamos adelante.