La
recuperación
económica
que
se
inició
en
la
UE
en
la
primavera
de
2013
sigue
siendo
moderada
y
las
recientes
previsiones
del
PIB
para
la
UE
se
han
revisado
a la
baja. Sin
embargo,
según
el
último
Estudio
trimestral
sobre
el
empleo
y la
situación
social,
a
pesar
de
este
contexto
macroeconómico
débil,
a
partir
de
mediados
de
2013
el
empleo
ha
experimentado
un
crecimiento
débil
—pero
constante—
en
la
UE. El
empleo
ha
aumentado
en
la
mayoría
de
los
Estados
miembros
de
la
UE,
incluso
en
aquellos
países
con
tasas
de
desempleo
muy
elevadas,
como
Grecia,
España
y
Portugal.
También
ha
mejorado
en
la
mayoría
de
los
sectores,
sobre
todo
en
el
sector
de
los
servicios.
El
Estudio
revela
que
crecen
todos
los
tipos
de
empleo,
no
solo
el
empleo
temporal
y a
tiempo
parcial,
sino
también
el
empleo
permanente
y a
tiempo
completo.
Sin
embargo,
la
vuelta
a
los
niveles
anteriores
a la
crisis
es
menos
rápida
de
lo
que
se
esperaba.
El último estudio trimestral señala que volver a los niveles anteriores a la crisis será complicado |
Marianne
Thyssen,
comisaria
de
Empleo,
Asuntos
Sociales,
Capacidades
y
Movilidad
Laboral
manifestó
que:
«Si
bien
el
crecimiento
del
empleo
que
ahora
observamos
es
positivo,
sigue
siendo
demasiado
débil
y
lento.
En
particular,
el
desempleo
de
larga
duración
sigue
siendo
un
reto
crucial
para
la
UE.
Con
nuestra
ofensiva
de
inversión
de
315
000
millones
de
euros,
pretendemos
estimular
el
crecimiento
económico
y
crear
más
empleo.
Además,
también
se
necesitan
medidas
específicas
para
ayudar
a
las
personas
desempleadas
desde
hace
mucho
tiempo».
Sigue
habiendo
numerosos
retos,
en
particular
el
desempleo
de
larga
duración,
y
las
escasas
oportunidades
de
empleo
para
los
jóvenes
(15
a 24
años)
y
los
jóvenes
adultos
de
25 a
39
años.
La
tasa
de
desempleo
de
los
jóvenes
en
la
UE
ha
disminuido
considerablemente,
pero
sigue
siendo
muy
alta.
El
desempleo
de
larga
duración
es
un
problema
cada
vez
mayor
en
la
UE.
En
el
segundo
trimestre
de
2014,
un
total
de
12,4
millones
de
personas
(5,1
% de
la
población
activa)
llevaban
más
de
un
año
desempleadas,
y
más
de
la
mitad
de
ellas
llevaban
más
de
dos
años.
En
Grecia
y
Chipre,
las
tasas
de
desempleo
de
larga
duración
han
alcanzado
máximos
históricos.
Ha
seguido
aumentando,
aunque
más
lentamente,
la
renta
de
los
hogares
(RBDH)
en
la
UE.
La
frágil
recuperación
económica
y
los
retos
que
se
plantean
en
el
mercado
de
trabajo
han
influido
en
los
modestos
avances
en
la
situación
de
los
hogares
y de
las
personas.
La
atenuación
de
las
dificultades
financieras
de
las
familias
con
bajos
ingresos
observada
en
el
primer
semestre
de
2014
parece
haberse
estancado
en
los
últimos
meses.
Las
reformas
fiscales
como
instrumento
para
conciliar
la
eficiencia
y la
equidad
La
reducción
de
la
presión
fiscal
sobre
el
trabajo
ha
sido
una
parte
esencial
de
las
recomendaciones
específicas
por
país
para
2014.
En
un
contexto
de
consolidación
fiscal,
entre
las
opciones
de
actuación
recomendadas
cabe
destacar
el
desplazamiento
de
la
carga
fiscal
del
trabajo
hacia
fuentes
menos
perjudiciales
para
el
crecimiento
y la
lucha
contra
el
fraude
fiscal
y la
evasión
fiscal
en
algunos
Estados
miembros.
El
Estudio
muestra
que
hasta
2012
(últimos
datos
disponibles)
en
menos
de
la
mitad
de
los
Estados
miembros
la
carga
fiscal
sobre
el
trabajo
disminuyó,
mientras
que
solo
en
unos
pocos
países
fue
acompañada
de
un
aumento
de
la
presión
fiscal
en
el
consumo.
La
lucha
contra
la
evasión
fiscal
y el
fraude
fiscal
puede
contribuir
a
alcanzar
los
objetivos
de
empleo
y
presupuestarios,
y al
mismo
tiempo
ayudar
a
alcanzar
objetivos
sociales.
El
empleo
en
los
servicios
sanitarios
y
sociales
El
sector
de
los
servicios
sociales
y
sanitarios
se
caracteriza
por
una
mano
de
obra
más
cualificada
que
en
el
resto
de
la
economía,
pero
también
por
una
mayor
diferencia
salarial
entre
hombres
y
mujeres,
unas
condiciones
de
trabajo
más
difíciles
y un
elevado
índice
de
trabajo
a
tiempo
parcial,
lo
cual
podría
ser
una
dificultad
para
atraer
a
nuevos
trabajadores
a
este
sector.
No
obstante,
este
sector
generará
un
mayor
número
de
puestos
de
trabajo
debido
al
envejecimiento
de
su
mano
de
obra,
al
aumento
de
la
demanda
resultante
de
la
aparición
de
nuevas
necesidades
derivadas
de
los
cambios
demográficos,
las
consecuencias
económicas
y
sociales
de
la
crisis,
el
aumento
de
las
desigualdades,
la
evolución
de
la
tecnología
o
los
cambios
en
los
patrones
sociales.
La
crisis
económica
y
financiera
ha
revelado
dos
cosas
en
lo
que
se
refiere
a
los
servicios
sanitarios
y
sociales:
por
una
parte,
se
ha
demostrado
que
estos
servicios
pueden
mitigar
el
impacto
de
la
crisis;
por
otra,
las
restricciones
presupuestarias
han
tenido
un
impacto
en
la
financiación
de
los
servicios
sociales
y de
salud
como
consecuencia
del
importante
recorte
del
gasto
en
prestaciones
en
especie. |