De
la
calle
a
las
redes
sociales
y de
las
redes
a
las
calles.
Las
protestas
ciudadanas
han
encontrado
en
Internet
la
herramienta
para
ser
visible.
En
este
I
Congreso
de
la
Abogacía
Madrileña
que
ayer
clausuraba
la
decana
del
ICAM,
Sonia
Gumpert,
satisfecha
por
los
resultados
conseguidos
en
asistencia
y
participación
a la
mesa
redonda,
hubo
un
espacio,
por
vez
primera
en
un
evento
de
estas
características
para
hablar
del
activismo
en
redes
sociales.
Junto
a
Maite
Nadal,
diputada
de
la
Junta
de
Gobierno
y
moderadora
de
la
charla
estuvieron
con
ella
José
Muelas,
decano
del
Colegio
de
Cartagena
e
impulsor
de
la #BrigadaTuitera,
Carlos
Sánchez
Almeida,
socio
director
del
despacho
Almeida,
Carlos
Alberto
Andreucci,
expresidente
de
la
Federacion
Argentina
de
Colegios
de
Abogados
y
Argelia
Queralt,
profesora
de
Derecho
Constitucional
de
la
Universidad
de
Barcelona
y
editora
de
Agenda
Pública,
un
lugar
de
encuentro
entre
pensadores
y
ciudadanos
a
través
de
Internet.
A
nadie
se
le
escapa
que
el
potencial
de
los
ciudadanos
es
enorme.
Y
que
ahora
las
propias
redes
sociales
pueden
ser
un
vehículo
para
conducir
esa
protesta
hacia
el
legislador.
Así
lo
están
haciendo
en
redes
como
Twitter
o
Facebook
la
PAH,
en
materia
hipotecaria,
CERMI
para
reivindicar
derechos
de
personas
con
discapacidad,
entre
otros
destacados
agentes
sociales
De
pie,
sin
prisa
pero
sin
pausa,
dominando
el
escenario
como
un
torero
hace
con
su
bestia
mientras
el
auditórium
escuchaba
agradecido.
Las
palabras
de
José
Muelas
fueron
las
primeras
que
se
escucharon
en
este
debate.
Volvió
a
referirse
al
ser
humano
como
motor
de
cambio
e
insistió
en
que
los
abogados,
por
su
preparación
eran
un
talento
muy
a
tener
en
cuenta
para
poder
luchar
por
los
cambios
que
nuestra
Justicia
necesita.
A
este
respecto
dejó
claro
que
las
redes
sociales
se
han
convertido
en
nexo
de
unión
de
estos
profesionales
y
así
optimizar
la
inteligencia
colectiva
de
todos
estos
juristas:
“Creo
que
estamos
ante
una
iniciativa,
diferente
a
las
demás,
que
ha
logrado
calar
en
la
opinión
pública,
así
es
la
Brigada
Tuitera,
un
colectivo
que
ya
está
configurado
por
unos
11.000
profesionales
en
toda
España”,
recalcó.
Para
Muelas,
las
acciones
de
micropolítica
que
se
pueden
poner
en
marcha
a
través
de
las
redes
sociales
son
indudables.
“Siempre
hay
que
intentar
hacer
las
cosas.
Aquellas
que
no
haces
nunca
sabrás
si
habrías
podido
realizarlas.
Desde
este
contexto
si
se
pueden
poner
acciones
similares
a
las
que
hemos
hecho,
siempre
desde
la
estrategia
y la
reflexión,
elementos
que
deben
ir
juntos”,
apuntó.
El
ya
conocido
Decano
del
Twitter
finalizó
su
intervención
con
una
frase
muy
motivadora:
“Es
posible
que
el
presente
sea
malo
hoy
pero
el
futuro
lo
podemos
cambiar
entre
todos”
recalcó.
En
su
turno
de
palabra
Carlos
Sánchez
Almeida,
dejó
claro
que
es
otro
abogado
al
que
se
puede
relacionar
con
este
activismo
jurídico
que
nace
de
las
protestas
de
unas
leyes
y
reformas
injustas
en
los
últimos
años
en
nuestro
país.
“Es
evidente
que
tanto
la
LECRIM
como
la
LOPJ
son
reformas
peligrosas
que
pueden
convertir
al
abogado
en
figura
decorativa
dentro
del
proceso
penal”.
Desde
su
punto
de
vista
este
tipo
de
reformas,
como
ya
pasará
hace
cuatro
años
con
el
movimiento
15M
donde
las
redes
sociales
fueron
clave,
deben
ser
rebatidas
en
la
calle
con
el
apoyo
de
Internet.
“El
ciberactivismo
se
alimenta
de
la
calle
y
ambos
se
necesitan
para
denunciar
las
injusticias
que
hoy
cometen
los
poderes
públicos”,
recordó.
Para
Andreucci,
abogado
y
activista
jurídico
en
redes
sociales
desde
Argentina
es
muy
importante
que
exista
una
situación
de
injusticia
o
agravio
político
para
que
los
ciudadanos
participen
de
la
protesta
a
través
de
las
redes
sociales.
“Es
muy
importante
que
exista
feedback
en
el
llamado
entorno
de
la
web
2.0
“,
indico
para
luego
señalar
como
en
el
caso
reciente
del
fiscal
Nisman
,
encontrado
muerto
en
Buenos
Aires,
había
generado
este
hecho
un
movimiento
de
protesta
generalizado
en
la
sociedad
argentina,
similar
al
del
corralito
hace
años.
Por
su
parte,
Argelia
Queralt,
explicó
a
los
asistentes
el
activismo
que
se
genera
desde
la
plataforma
Agenda
Pública,
un
proyecto
que
ya
esta
operativo
desde
hace
dos
años.
“Es
un
activísimo
diferente
porque
ponemos
en
contacto
al
investigador
o
estudioso
de
ciertos
temas
que
realiza
informes
sobre
temas
de
interés;
tasas
judiciales,
responsabilidad
política
o
código
penal,
con
el
usuario
final”,
recordó.
Con
este
tipo
de
iniciativas
estos
profesionales
que
empujan
esta
plataforma
son
conscientes
que
pueden
mejorar
el
debate
público
ante
la
invasión
de
tertulianos
pocos
serios
que
hay
en
nuestros
medios
informativos. |