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19 de JUNIO de 2015

Purificación Pujol, directora del curso  Master Jurister Civil de la ETJ:
“Un buen alegato ayuda al juez a dictar su sentencia”

LAWYERPRESS / @LuisjaSanchez

Será el próximo mes de septiembre cuando la Escuela de Técnica Jurídica ponga en marcha la segunda edición del Master Jurister Civil, un programa formativo pretende dar una formación sólida con la finalidad de que el abogado pueda desenvolverse con seguridad y aplomo en todas y cada una de las actuaciones judiciales en Sala, en el área civil.  Hemos conversado con Purificación Pujol, magistrada y directora de este Master para conocer más a fondo algunas de sus particularidades. “Es el curso imprescindible para cualquier abogado que lleve pleitos. Se enseña a ganar los juicios hasta cuando no se lleva toda la razón necesaria para vencer al contrario”, comenta. Para esta experta los principales vicios de un abogado en sala tienen que ver con la falta de concreción y claridad en su exposición: “Esta circunstancia se aprecia, sobre todo en las conclusiones del juicio ordinario. Un informe realizado con un esquema ordenado, claro y preciso es una actuación procesal difícil de ver en sala”, subraya. A su juicio un buen argumentario buena camuflar una mala estrategia: “Sin duda. En el Máster de Jurister Civil, que da comienzo en septiembre, se enseña los trucos necesarios para actuar con dignidad cuando no se lleva razón. En ocasiones un abogado tiene que defender posturas insostenibles o evidentemente contrarias a la legalidad y, sin embargo, por una u otra circunstancia se ve obligado a hacerlo”.

Sra. Pujol: ¿Qué le aporta a un abogado una formación de estas características?

Si el abogado se dedica al área contenciosa y actúa en sala esta formación le aporta los conocimientos necesarios para poder desenvolverse con aplomo y soltura. No existe ningún curso que ofrezca este tipo de formación.

Se les enseña desde la forma correcta de entrar en sala y saludar hasta como rebatir un argumento de la parte contraria o cómo llamar la atención del juez si éste se aparta de las normas procesales que tiene obligación de cumplir. Es el curso imprescindible para cualquier abogado que lleve pleitos. Se enseña a ganra los juicios hasta cuando no se lleva toda la razón necesaria para vencer al contrario.

¿Qué aspectos procesales debe tener en cuenta el propio abogado en esta jurisdicción civil?

El más importante es saber emplear todas las herramientas que la Ley procesal pone a nuestro servicio. Recurrir todas las resoluciones que sean desfavorables a los intereses de nuestro cliente, aunque éstas sean irrecurribles.  No sería la primera vez que un juez modifica una resolución irrecurrible admitiendo el recurso y estimándolo. Siempre hay que intentarlo. La inadmisión de un recurso no acarrea coste alguno y la posibilidad de estimación, aunque sea remota, siempre existe.

“Ojalá hubiera podido hacer yo este curso cuando empecé a ejercer como abogado en el año 1989 en Barcelona, pero no había ningún sitio donde impartirán esta formación.”

El programa habla de ejercicios en sala ¿Qué vicios más comunes se advierten en nuestros letrados?

La falta de concreción, claridad y orden. Esta circunstancia se aprecia, sobre todo en las conclusiones del juicio ordinario. Un informe realizado con un esquema ordenado, claro y preciso es una actuación procesal difícil de ver en sala.

La mayoría de abogados suelen repetir la demanda o la contestación y la fase de conclusiones no esta para reiterar lo ya manifestado en los escrito. En esta fase se debe valorar la prueba practicada y ponerla en relación con la acción que estamos ejercitando, señalando (que no leyendo) legislación y jurisprudencia. Un alegato bien realizado por el abogado es muy apreciado por el juez porque se le facilita la tarea a la hora de resolver.

¿Dónde está la  clave de una buena actuación procesal en sala?

Son muchas: no aburrir al tribunal con preguntas inutiles improcedentes y reiteradas a los testigos; usar el tono de voz adecuado; creer firmemente el argumento que se expone (cuando el abogado sabe que miente o es muy consciente de que no lleva razón se le nota incluso en la mirada).

Por cierto, siempre se debe mirar al juez cuando se está realizando el informe final. Es a él a quien hay que convencer y no al abogado contrario. La mirada a la persona a la que te estás dirigiendo es una de las claves para convencer que se enseña en todas las escuelas de comunicación. En consecuencia, aunque el juez no mire al abogado éste siempre debe dirigir su mirada al juez cuando esté con algún alegato relativo al procedimiento.

¿Es cierto que una buena estrategia puede camuflar un mal argumentario?

Sin duda. En el Máster de Jurister Civil, que da comienzo en septiembre, se enseña los trucos necesarios para actuar con dignidad cuando no se lleva razón. En ocasiones un abogado tiene que defender posturas insostenibles o evidentemente contrarias a la legalidad y, sin embargo, por una u otra circunstancia se ve obligado a hacerlo.

 Pues bien, en esos casos, hay que utilizar las herramientas necesarias para que se note lo menos posible. Tal y como se preguntaba Piero Calamendrei: “¿He ganado la causa porque el juez se ha convencido de las razones de mi cliente, o porque se ha ofendido por los razonamientos de mi adversario? Y así es, en el master se cuentan multiples anécdotas reales que resultan inconcebibles.

¿En que percibe un juez que esté frente a un abogado experto en asuntos civiles?

Se nota a los dos minutos de actuación. Entran saludan, se sientan con firmeza y desde que toman la palabra se les nota que controlan la sala. No permiten que el juez se salga ni un milímetro de lo que la ley le obliga. Hablan con seguridad y aplomo. Son breves, concisos. Señalan lo necesario e imprescindible que debería establecer la resolución para darles la razón. Son muy educados y no toleran ni permiten un mal gesto o una mala actuación ni del juez ni del abogado contrario.

Se habla mucho del alegato final como rúbrica de la intervención del abogado. ¿Cómo se prepara bien dicho alegato o conclusiones?

Pues si, es verdad, lo comentaba en alguna pregunta anterior. Qué importante es esa fase del juicio oral. En primer lugar, el abogado debe llevar un esquema del orden que va a utilizar en su alegado. Todos los razonamientos deben ir unidos y no se deben realizar alegatos sueltos y sin hilvanar. La claridad, brevedad y concisión son fundamentales. El uso del lenguaje adecuado técnicamente es imprescindible. No se debe hablar con un lenguaje coloquial como si estuviéramos tomando una caña con un grupo de amigos. La técnica y la precisión deben ser impecables y usar la palabra adecuada en cada momento. Debemos huir también de las coletillas: “osea”, “vale”… o palabras similares. Es preferible un silencio de treinta segundos que hacer uso de ellos para ofrecer datos innecesarios o llenarlos de reiteraciones y frases sin consistencia.

¿Qué consejo le daría a aquel futuro letrado que quiera ejercitarse en la jurisdicción civil?

Sin duda que consiga el título de “Jurister Civil”, es decir de experto en sala. Tenemos una lista de despachos de abogados que nos solicitan titulados y todos los de la primera promoción ya están colocados. La preparación es fundamental para actuar en sala y no es fácil encontrar un lugar donde preparen al abogado para desarrollar todas y cada una de las actuaciones que pueden tener lugar delante de un juez en la jurisdicción civil.

 Nuestros alumnos (algunos, abogados con más de veinte años de ejercicio que quieren mejorar su actuación en sala) terminan el master siendo unos “maestros de la sala” y el único truco es ejercitarse. Los profesores, jueces en activo, traen casos practicos que están llevando en sus juzgados. Les tachan los nombres y son los casos del día a día de cualquier juzgado civil en España.

 Ojala hubiera podido hacer yo este curso cuando empecé a ejercer como abogado en el año 1989 en Barcelona, pero no había ningún sitio donde impartirán esta formación. Ahora los abogados tienen una oportunidad única. Hacer este máster y obtener el título de “Jurister Civil”.

 

 

 
 
 

 

 
 
 
 
 
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