En
un artículo titulado ‘Los secretos de juventud de Pau Gasol’, el diario francés
recuerda la no escondida colaboración entre el líder de la Selección y el médico
Nicolás Terrados, antiguo médico del equipo ciclista ONCE procesado en su día
por el caso Festina, que estalló tras el Tour de Francia de 1998. De manera
evidente vincula la extraordinaria forma física del pívot a su relación con el
citado médico, y a éste con el dopaje.
No es la
primera vez que Le Monde vincula los éxitos de los deportistas españoles con el
dopaje - lo hizo en diciembre de 2006, en relación con el FC Barcelona y el Real
Madrid- mediante informaciones que vulneraban claramente el derecho al honor de
los aludidos, tanto en su vertiente pública orientada a la consideración social,
reputación profesional o fama de la persona, como en la privada o subjetiva de
la propia dignidad.
La
técnica del diario francés se repite, vierte una información asociando a los
deportistas – y sus éxitos- a una persona conocida precisamente por estar – o
haber estado- imputada en un delito por dopaje, afectando con ello al buen
nombre, prestigio y reputación de los deportistas aludidos, en este caso Gasol.
Los artículos
–aquel y éste- utilizan expresiones que pueden producir repulsa o
desmerecimiento en la consideración ajena al ser recibidas en cualquier sector
de la sociedad, o resultar afrentosas en la opinión pública, con el consiguiente
descrédito o menosprecio para los sujetos pasivos, en definitiva, son
vulneradoras del derecho al honor. Al respecto el artículo 7.7 LO 1/1982 de 5
mayo 1982 es claro “La imputación de hechos o la manifestación de juicios de
valor a través de acciones o expresiones que de cualquier modo lesionen la
dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia
estimación”.
El
diario fue condenado por vulnerar el honor de los citados clubes en virtud de
sentencia firme dictada por el Tribunal Supremo, que concluyó que la información
carecía del requisito esencial de veracidad, pues era falsa de principio a fin.
En esta
ocasión la información es sibilina, partiendo de un hecho cierto insinúa otro
carente de la más mínima constatación, por tanto carente de veracidad. Es más,
en nuestra opinión el hecho reconocido de que en su día tuviera relación el
jugador con el médico citado, no excluye la evidente intromisión ilegítima en el
honor producida. Como tiene declarado el TC en varias sentencias, “se
niega la protección constitucional a los que trasmiten como hechos verdaderos,
bien simples rumores, carentes de toda constatación, o bien meras invenciones o
insinuaciones sin comprobar su realidad mediante las oportunas averiguaciones
propias de un profesional diligente”.
Eso
es precisamente lo que realiza Le Monde en su artículo, insinuaciones
difamatorias sin comprobar su realidad mediante las oportunas averiguaciones
propias de un profesional diligente.
En definitiva, podemos concluir que LE MONDE, una vez
más, ha incurrido en una intromisión ilegítima en el honor de un deportista
español porque ha publicado una información sobre el mismo inveraz, pues no ha
actuado con la diligencia mínima exigida para la creación de la “noticia”,
ni ha contrastado la información. Es más, con los antecedentes existentes y la
reacción general de la prensa francesa al triunfo de España, seguramente la
verdadera intención del diario no era informar verazmente, era simplemente
desprestigiar.
Le Monde no sabe perder. |