En los últimos
años
en
que
trabajar
se
ha
convertido
en
un
lujo
y el
desempleo
es
el
tema
que
más
preocupa
a
los
españoles,
en
que
estamos
viendo
como
nuestros
jóvenes
se
plantean
emigrar
y
los
mayores
de
45
años
no
paran
de
“re-invertarse”,
no
por
vocación
sino
por
obligación,
los
expertos
en
materia
de
recursos
humanos
y
selección
de
personal
constatan
que,
a
pesar
de
la
importancia
vital
del
momento,
y en
ciertos
casos
de
la
necesidad
extrema
de
encontrar
un
trabajo,
se
siguen
cometiendo
muchos
errores
recurrentes
por
falta
de
desconocimiento
sobre
cómo
prepararse
para
realizar
un
buen
proceso
de
selección
.
Consciente
de
ello
y
con
el
pleno
convencimiento
de
la
capacidad
de
las
personas
para
aprender,
Sílvia
Forés,
Directora
de
Recursos
Humanos
de
Baker
&
McKenzie
Barcelona,
publicó
en
abril
de
2014
su
libro
“Solo
puede
quedar
uno.
Diario
de
un
proceso
de
selección”
(Plataforma
Editorial).
“La
novedad
del
libro”,
relata
Forés,
“recae
en
aportar
una
visión
inédita
en
el
relato,
desde
el
punto
del
vista
del
seleccionador,
sobre
todo
lo
que
pasa
en
un
proceso
de
selección:
cómo
piensa,
qué
espera
de
los
candidatos,
a
qué
presiones
está
sometido
quién
está
realizando
un
proceso
de
selección…
Solo
poniéndonos
en
la
mente
de
la
persona
que
nos
va a
entrevistar,
podremos
entender
mejor
cómo
espera
que
nos
comportemos
y
reaccionemos.
Existen
muchos
factores
que
intervienen
en
un
proceso
de
selección
desconocidos
para
los
candidatos
(intuición,
suerte,
gustos
de
los
futuros
jefes,
entrada
de
personas
recomendadas…).
Esta
obra
puede
revelarles
pistas
para
aprender
cómo
actuar
y
entender
por
qué
se
resuelven
los
procesos
de
selección
de
una
determinada
manera,
algo
que
no
se
estudia
en
ningún
manual.”
La
autora
nos
desvela
lo
que
no
vemos,
lo
que
sucede
en
el
backstage
de
un
proceso
de
selección
y lo
hace
de
forma
tan
amena
que
parece
que
estemos
siendo
testigos
del
rodaje
de
una
película,
cuando
en
realidad
todo
el
libro
refleja
anécdotas
reales
recopiladas
por
la
autora
durante
sus
más
de
quince
años
de
profesión
en
el
sector
de
la
consultoría
(actualmente
en
el
ámbito
legal).
Forés
defiende
en
su
libro
la
figura
del
seleccionador,
exponiendo
a
los
candidatos
lectores
la
idea
de
que
“si,
en
lugar
de
pensar
que
el
seleccionador
es
su
enemigo,
alguien
que
espera
a
que
fallen
a la
más
mínima
para
descartarlos,
pensaran
que
es
un
aliado
que
desea
ayudarles,
al
compartir
un
mismo
objetivo
(ofrecer
el
puesto
al
mejor
candidato/obtener
el
puesto),
las
personas
podrían
acudir
a
las
entrevistas
con
una
actitud
mucho
más
relajada
y
tener
mayores
posibilidades
de
éxito”.
La
Directora
de
Recursos
Humanos
de
Baker
&
McKenzie
no
olvida
hacer
referencia
a la
revolución
digital
a su
libro:
“Los
seleccionadores
hemos
pasado
de
ser
meros
receptores
de
candidaturas
a
interactuar
con
nuestros
candidatos
en
la
red.
Y en
esta
época
de
exhibicionismo
al
máximo
y
selfies
como
foto
de
CV,
las
empresas
no
desean
contratar
a
nadie
que
con
su
imagen
digital
pueda
poner
en
peligro
su
reputación
de
marca,
en
cualquier
sector
y
mucho
menos
en
el
ámbito
legal”.
La
autora
nos
proporciona
un
consejo
universal
para
cualquier
persona
que
busque
empleo:
“No
basta
con
cumplir
con
los
requisitos
para
ser
el
mejor
candidato
y
ser
elegido,
también
hay
que
parecerlo.
Todo
proceso
de
selección
está
sujeto
a
unas
estrictas
reglas
que
deben
respetarse
y
hace
falta
trabajárselo
para
conseguir
la
complicidad
del
seleccionador,
con
la
ilusión
y la
colaboración
que
éste
espera.
El
sector
de
la
abogacía
es
precisamente
uno
de
los
más
tradicionales:
aquí
la
originalidad
está
limitada,
no
caben
CV
demasiado
transgresores
ni
grandes
inventos
para
llamar
la
atención
del
seleccionador,
cuando
en
otros
sectores
las
normas
que
rigen
un
proceso
de
selección
(incluida
la
vestimenta)
pueden
ser
más
laxas.
”
Cuando
le
preguntamos
por
los
principales
errores,
es
tajante:
“Me
sigo
encontrando
con
muchos
candidatos
que
no
se
molestan
ni
en
informarse
sobre
el
puesto
cuando
van
a
una
entrevista,
personas
que
no
recuerdan
las
ofertas
cuando
les
llamas
y no
le
dan
ninguna
importancia.
Es
crucial
conocer
la
oferta
y
conocerse
en
sí
mismo,
sino
¿cómo
puede
venderse
un
candidato?,
¿cómo
puede
ponerse
en
valor
ante
un
seleccionador?
Sigo
viendo
personas
de
todos
los
niveles
que
cometen
estos
mismo
errores
día
tras
día.”
Por
último,
Sílvia
Forés
subraya
la
importancia
de
aprender
de
todo
proceso
de
selección,
aunque
no
se
consiga
el
puesto:
“Es
un
jarro
de
agua
fría
para
un
finalista
saber
que
ha
sido
descartado
después
de
todo
el
esfuerzo,
pero
la
experiencia
me
dice
que
de
todos
los
procesos
se
aprende
y,
es
habitual
y yo
misma
lo
he
hecho,
recuperar
candidatos
finalistas
para
cerrar
un
nuevo
proceso,
con
lo
cual
entrar
en
la
base
de
datos
de
un
seleccionador
siempre
es
bueno
y
abre
muchas
puertas”. |