La Fundación del ICAT ha querido incluir en el programa de apoyo a los
colegiados que atraviesan situaciones personales delicadas los casos de abogados
que tienen ingresos especialmente bajos, una casuística que se ha incrementado
en los últimos años. La crisis económica y las precarias condiciones de
ejercicio profesional que impone el mercado, agravadas en los últimos años, han
llevado a muchos profesionales del derecho a ver como sus ingresos caían hasta
unos niveles que hacen muy difícil que puedan cubrir sus necesidades más
básicas.
La situación afecta especialmente a los colegiados más jóvenes, pero también a
otras franjas de edad. En este sentido, el programa de ayudas de la fundación
del ICAT establece unos baremos de ingresos por debajo de los cuales se puede
solicitar esta ayuda económica.
Los abogados que opten a percibir estas ayudas deberán acumular una antigüedad
mínima de un año como colegiados del ICAT y estar al día de sus obligaciones
como tales. Las asignaciones de fondos tendrán en cuenta los parámetros de
necesidad, utilidad y urgencia. En este sentido, se podrán otorgar ayudas
provisionales cuando las situaciones de extrema urgencia así lo requieran.
Dentro del programa de ayudas de la Fundación del ICAT se incluyen también otros
supuestos como sufrir discapacidades o secuelas que dificulten el ejercicio de
la profesión o tener a su cargo familiares con diversos grados de dependencia.
Otro de los ámbitos que es objeto de protección en esta línea de ayudas de la
Fundación del ICAT son los casos de violencia de género, que también tienen
apoyos económicos específicos para afrontar las complicaciones que sufren estas
personas.