La Confederación Española de Abogados Jóvenes, como representante
institucional de más de 50.000 jóvenes abogados españoles, se suma al resto
de la Abogacía Española en su repulsa al
preacuerdo hecho
público
en el día de ayer por parte de los jefes de Estado o de Gobierno de la UE de
“retornar a todos los nuevos inmigrantes irregulares que pasen de Turquía a
las islas griegas, haciéndose cargo la UE de los costes”.
Aplicar una medida de este tipo de manera indiscriminada y general, sin
diferenciar, proporcionar y garantizar refugio a potenciales solicitantes de
asilo, supone una vulneración absoluta del Ordenamiento Jurídico
Internacional (Convención de Ginebra para los Refugiados, la Carta Social
Europea, el Convenio Europeo de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, los propios Tratados de la Unión Europea y la
Carta de Derechos Fundamentales, o las Constituciones de los Estados
Miembros) y por ende, del Derecho Internacional y Europeo al que están
sometidos todos los países de la U.E., lo que haría que dicha Unión, como
sujeto garante de los Derechos Humanos, principio fundamental e inspirador
de todo el ordenamiento comunitario, perdiera toda su credibilidad.
La Unión Europea está obligada por estas leyes a proporcionar y cuando
menos, a estudiar de manera personalizada e individualizada, cualquier
solicitud de asilo para todos aquellos seres humanos que lo soliciten, lo
que choca frontalmente con una expulsión colectiva como se pretende con la
firma de dicho preacuerdo, totalmente prohibida por el Sistema Internacional
y Europeo de Derechos Humanos. De esta manera, queda completamente vacío de
contenido el principio de solidaridad entre los pueblos.
Desde CEAJ y junto al resto de la Abogacía Española, nos sumamos al
llamamiento hecho a todo el mundo del Derecho y a todos los operadores
jurídicos, a manifestar su más rotunda y radical repulsa a semejante ataque al Sistema
Internacional de los Derechos Humanos, reclamando a las Autoridades
Españolas que no den su consentimiento ni apoyo a esta decisión de las
Instituciones Europeas, convirtiéndose en
cómplices de esta flagrante vulneración del Ordenamiento Jurídico
Internacional y Comunitario, sin precedentes en los tiempos democráticos
recientes de la Unión Europea.