Con motivo del Día Mundial del Acoso Escolar (2 de mayo), la Fundación Legálitas
ha realizado un estudio para conocer de primera mano qué opinan los menores
sobre este creciente problema. El uso intensivo que realizan los niños, cada vez
más jóvenes, de las nuevas tecnologías afecta también a la forma en la que el
acoso escolar se produce, transcendiendo del mundo físico al mundo virtual,
donde recibe el nombre de ciberbullying y siendo generalmente una continuación
del mismo acoso.
El ciberacoso es por tanto otra manifestación del acoso escolar, siempre
entre menores, que se produce a través de medios telemáticos (redes sociales,
mensajería instantánea, videojuegos….), y en el que la víctima recibe de otros
niños amenazas, insultos, ridiculizaciones, suplantaciones de identidad, vacío
social… El fin es dañar la autoestima y el estatus social del niño que lo sufre,
provocándole en ocasiones un gran daño emocional.
El estudio realizado, a través de un concurso de redacción escolar en el
que participaron 100 menores de 1º de la ESO del Colegio San José de Cluny de
Pozuelo de Alarcón, pidió que identificasen el problema, que opinasen sobre el
mismo, que contasen cómo lo combatirían y también cómo castigarían, si fuera
necesario, a los que lo provocan.
Entre las conclusiones se extrae que todos ellos conocen el problema y lo
identifican cuando se produce: “El ciberbullying suele ocurrir
normalmente entre adolescentes, porque se enfadan por alguna causa o porque
simplemente a alguien no le cae muy bien otra persona y empieza a acosarla”;
“Los acosadores actúan haciendo diferentes cosas: mandan insultos, burlas y
palabrotas por mensajes, por WhatsApp … a la víctima, suben fotos o videos a
Instagram o Facebook trucados, hacen comentarios malos en las redes sociales …”
Consejos a la víctima
Cuando los niños escriben sobre qué aconsejarían a un compañero que está siendo
víctima de ciberbullying, el consejo que más se repite (63,33%) es “contarlo
a un adulto”, concretándolo en la figura de padres y profesores. Aconsejan
denunciarlo a la policía en un 25,56% de los casos: “Si conocemos a
alguna persona que esté sufriendo este tipo de acoso, debemos decírselo a un
adulto de confianza, como pueden ser nuestros padres, tutores o profesores para
que hagan algo al respecto y para que la persona afectada no se sienta mal. Y
también, para que la víctima sienta que la gente que le rodea le apoya”; “Si
otra persona cuelga fotos no adecuadas, no las reenvíes a tus amigos para reírte
de la persona. Si es algo grave y ves que hay personas metiéndose con el niño o
niña de la foto y crees que lo está pasando mal, díselo a la policía y que ellos
tomen medidas”; “La familia es el mejor conductor de alegría y amor: es lo
primero a lo que debéis recurrir si tenéis algún problema”.
Llama la atención que en un 6,67% de los consejos sea el cambio de centro
escolar para la víctima y ninguno lo haya planteado para los agresores, ya
que un cambio de esta naturaleza podría considerarse un castigo. “Otra
solución puede ser cambiar de ambiente, ya que puedes conocer nuevas personas y
empezar de cero tu vida”; “Lo más seguro y cómodo, es cambiarte de colegio,
instituto, etc.”
Ignorar las provocaciones
es también uno de los consejos que se repite en el 4,44%
de los casos y reunir pruebas en un 3,33%: “A palabras necias
oídos sordos. Es una frase que aunque nos pueda parecer una tontería, puede
ayudarnos. Porque yo pienso: ¿qué más da lo que piensen los demás de mí?”
Gravedad de esta conducta y sus consecuencias
Hemos observado también que los niños son muy conscientes de la gravedad
de esta conducta. Un 34% hacen referencia al suicidio como posible
consecuencia del acoso escolar: “las víctimas sufren muchas consecuencias
como el estrés, la ansiedad o incluso el suicidio, al no poder aguantar más la
presión del acosador”; “Todo esto que hace la gente, yo no le veo el sentido,
porque hace que la otra persona se sienta muy mal”; “Hay otras veces en que
desgraciadamente aunque el adulto intervenga, el asunto continua, y ahí es
cuando uno tiene que confiar en si mismo y en sus cualidades, pero NUNCA llegar
a la opción del suicidio”; “La vida de la gente es demasiado importante como
para que se pierda por el ciberbullying. Intenta ayudar, pide ayuda…”
Entre los términos utilizados para describir esta conducta se encuentran las
palabras “cobarde” y “maldad”. Son conscientes de que es algo que
se hace para que el acosado se sienta mal e indican que nadie lo merece: “me
gustaría decir que me parece muy cobarde, el hecho de que haya gente haciendo
sufrir a otras personas, y más aún que lo hagan a través de una red social”; “No
es lo mismo molestar e insultar a una persona cuando se puede defender que
cuando se hace a través de una pantalla. El ciberbullying es de cobardes”;
“tenemos que contribuir y hacer que este mal desaparezca, para que nadie más se
sienta triste, ofendido y sin ganas de vivir, porque ninguno de nosotros se
merece sentir y vivir así”.
Qué medidas se podrían tomar para prevenirlo
Entre las medidas propuestas por los niños destaca con un 58% la
responsabilidad que tienen que asumir las redes sociales. Consideran que
deben actuar moderando, expulsando a los acosadores de la red y permitiendo las
denuncias de ese tipo de comportamientos: “Es necesario tomar serias medidas,
como por ejemplo, no permitir que esa persona vuelva a conectarse a esa red
social, como mínimo”; “Debería de haber una especia de moderador en todas las
redes sociales, para que en cuánto sucediera algún hecho, el moderador lo
expulsara de inmediato, sin que nadie tuviera que denunciar, ya que hay veces
que no se atreve a hacerlo”.
Por otro lado, un 5% considera que la familia tiene que controlar a
sus hijos para que no acosen. Consideran que las campañas de
concienciación pueden ser de utilidad para un 11% de los niños y, por
último, conseguir que los acosadores o potenciales acosadores se pongan en el
lugar de las víctimas imaginando lo que sentirían si les ocurriera es una
medida que el 26% de los niños considera que sería de ayuda para evitar
estas conductas: “Aquellos que hagan sufrir a otras personas, creo que lo
mejor es que piensen cómo se sentirían, si fueran la persona acosada, y cómo
reaccionarían ante el sufrimiento de estar continuamente recibiendo insultos de
la gente”; “Yo creo que los acosadores no se dan cuenta de lo que están haciendo
al hacer pasar malos momentos a otras personas. Ellos deberían ponerse en el
lugar de las víctimas y pensar como ellas, para que entraran en razón”; “Que la
gente famosa haga campañas como las de “no al racismo” para que las personas se
conciencien de lo mal que lo debe pasar una persona a la que acosan”.
Castigo a los acosadores
Tan solo en un 5% de los casos los niños hablan del castigo a los acosadores,
el resto creen que deberían tomarse otro tipo de medidas para evitarlo. Sin
embargo, debemos ser conscientes de que, si los acosadores tienen catorce
años o más, serán responsables penalmente y podemos interponer denuncia
penal en la Policía Nacional, Guardia Civil o directamente ante el Juzgado de
Instrucción del lugar donde ocurren los hechos o Fiscalía de Menores si hay en
la localidad.
El Código Penal califica como delito aquellos actos que supongan un trato
degradante con menoscabo grave de la integridad moral, así como los actos
hostiles o humillantes reiterados que supongan grave acoso contra la víctima. Si
la situación no reviste gravedad sería un delito leve de vejaciones o injurias,
perseguible en vía penal sólo si entre el denunciado y la víctima hubiera una
relación de afectividad presente o pasada o de parentesco. Si los menores
acosadores no tuvieran aún catorce años, serán inimputables penalmente y no
pueden ser juzgados por vía penal ante un Juez de Menores. Tan solo cabría
reclamar una indemnización por daños y perjuicios a los padres por los actos
ilícitos cometidos por sus hijos.
La reflexión final la pone Carlos, el ganador del concurso: “Es triste
que haya que aconsejar a las personas qué hacer en caso de acoso. Con lo fácil
que sería que fuéramos capaces de convivir y de no hacernos daño unos a otros”,
aconsejando a los niños que lo sufren hablar con personas cercanas en las que
puedan confiar, bloquear al usuario que acosa, no contestar a los mensajes,
fotos o videos que reciben, no facilitar en la red ningún datos de carácter
personal y guardar todas las pruebas para poder utilizarlas más adelante. “Lo
más importante es estar con la víctima. Siempre hay solución”, concluye
Carlos.
Más dañino que el acoso físico
El ciberacoso puede ser incluso más dañino psicológicamente que el acoso físico,
ya que la difusión de un contenido humillante o malicioso puede llegar a una
gran audiencia y además no conoce horarios, por lo que los testigos son
muchos más que si la agresión se produce en el patio del colegio y además puede
continuar las 24 horas los 7 días de la semana.
Las nuevas tecnologías pueden además proporcionar una falsa sensación de
anonimato y, alumnos que no se hubieran atrevido a hacerlo en persona,
pueden dar el paso de convertirse en acosadores o alentadores del acoso en la
redes. La defensa de los derechos de los menores es un deber de todos. Por eso,
desde Fundación Legálitas, dentro de las acciones de concienciación en relación
al uso responsable de las nuevas tecnologías que lleva a cabo de forma habitual,
ha querido involucrar a los propios niños en la búsqueda de soluciones
para combatirlo mediante la realización de un concurso de redacciones dirigida a
niños de primero de la ESO.
ADJUNTAMOS ENLACE A VIDEO:
Video Editado:
https://youtu.be/J6Mzcjm4raE