La Sección de Derecho Ambiental del Colegio de la
Abogacía de Barcelona reclama un impulso político firme para poder transformar
el modelo productivo lineal predominante en nuestra sociedad en una economía
circular, es decir, donde los productos una vez han perdido su función principal
puedan tener una segunda vida. El tránsito hacia la economía circular aspira a
reducir al mínimo la generación de residuos y fomentar el mercado de las
materias primas secundarias. Y es que a raíz de las Comunicaciones de la
Comisión al Parlamento Europeo, del 2 de julio de 2014 y de 2 de diciembre de
2015 se propone que en Europa haya una sociedad con cero residuos.
La sección de Derecho Ambiental hace esta petición
con motivo del "Día mundial del Medio Ambiente" que se conmemora el 5 de junio.
Esta Sección del ICAB explica que, según los datos de Eurostat, en España el 55%
de los desechos municipales acaban en el vertedero, el 16% se recicla, el 17% va
al compostaje y el 12% restante se incinera. A pesar de estos datos, la
situación ha mejorado pues en el 2014 cada español generó una media de 435 kilos
de residuos, un 22% menos que en 2008. Con todo, sin embargo, España recicló
solamente un 33%, datos que indican que se está por debajo de la media
comunitaria, encabezada por Alemania (64%), Eslovenia (61%), Austria (58%) y
Bélgica (55%).
Ante esta situación, el presidente de esta sección
de Derecho Ambiental del ICAB, Juan Antonio Loste, recuerda que "desde la
Revolución industrial, la economía de nuestro país ha desarrollado un patrón de
crecimiento sustentado en la secuencia "tomar- fabricar-consumir-eliminar" y que
actualmente este modelo lineal basado en la hipótesis de la abundancia,
disponibilidad, facilidad de obtención y eliminación barata de los recursos,
está amenazando la competitividad de Europa". Por este motivo apuesta por "una
economía circular, ya que ésta mantiene el valor añadido de los productos, por
lo que pueden seguir utilizándose una y otra vez y crear así más valor". La
economía circular mejorará la competitividad de la UE, protegerá las empresas
ante la escasez de recursos y la volatilidad de los precios y contribuirá a
crear nuevas oportunidades empresariales así como maneras innovadoras y más
eficientes de producir y consumir.
Desde la Sección de Derecho Ambiental también se
considera que la transición hacia una economía circular exige la introducción de
cambios en todas las cadenas de valor y en particular, que se debería dotar al
residuo de un nuevo estatuto jurídico, a fin de prevenir la salud pública y los
daños al medio ambiente, garantizando, eso sí, la seguridad jurídica de los
operadores económicos. "La noción de residuo está actualmente muy presente en
nuestra sociedad por lo que esto perjudica la evolución hacia un "nuevo recurso
o subproducto", afirma Loste.
A este hecho se le suma el que la coyuntura política
está comportando el estancamiento de la figura del subproducto y del de fin de
condición de residuo a nivel estatal, lo que no ha permitido disponer todavía de
una regulación uniforme que evite distorsiones competitivas. Por eso desde la
Sección de Derecho Ambiental del ICAB se insta a completar la armonización de
todo este bloque normativo y aplicarlo con las mínimas cargas administrativas y
costes, lo que resulta esencial para la consecución del objetivo de la economía
circular.