En 10 años no vamos a conocer a los despachos de abogados. Y las nuevas
tecnologías son absolutamente imprescindibles tanto para conseguir clientes como
para ajustar nuestro modelo de negocio en el tiempo. A pesar de la gran
diferencia entre Legálitas, Arriaga Asociados, Luis Romero Abogados y Ceca
Magán estas dos variables han sido una constante en la jornada sobre ‘Modelos
de negocio en la abogacía’ organizada ayer por Lawyerpress en el
salón de actos del Consejo General de la Abogacía.
Moderada por Hans A. Böck, fundador y CEO de Lawyerpress, la jornada ha dejado
clara una cosa: que no hay un solo modelo que garantice el éxito pero que
cualquiera que quiera aumentar su cartera de negocio y sobrevivir a la dura
competencia necesita revisar ese modelo, cambiándolo si es necesario.
Algo que Legálitas tuvo que hacer y rápido cuando la crisis económica
asoló buena parte nuestra economía. “Nacimos con la finalidad de hacer llegar
los abogados a la ciudadanía. Por eso teníamos una disponibilidad absoluta, las
24 horas y por teléfono. Y buscamos un canal de distribución a través de grandes
compañías: seguros, bancos, etc… No había nadie que hubiese utilizado este
canal. Nos dio sostenibilidad en el tiempo”, explicó Alfonso Carrascosa,
presidente de Legálitas. Para Carrascosa, “cabe una asistencia de calidad
con precio razonable. Entre otras razones por la repetición de las necesidades
de los clientes”.
Pero la crisis bloqueó este modelo en parte y “el telemarketing y la
publicidad cayeron. Y el canal de distribución de grandes compañías dejó de
usarnos como ‘regalos’ a sus clientes. La Adminstración Pública dejó de
contratarnos. Pero la evolución en un negocio es imprescindible. Debemos cambiar
el modelo, mejorarlo, acercarlo a las necesidades del cliente. Si no, nos
adelantan”, aseguró Carrascosa. El presidente de Legálitas destacó cuatro
factores para superar la crisis: aceptarla y mover ficha ante los cambios; la
innovación tecnológica (y automatizar la valoración de esos procesos de
innovación); y potenciar la formación; y no tener departamentos estancos sino
que todos los departamentos funcionen como eslabones de la cadena. Esto supuso
un ajuste en el modelo, incluso la apertura de nuevas áreas de negocio como es
el de la reputación online para pymes.
Un ajuste que también realizó Ceca Magán: pasó de una boutique a un
bufete generalista. Aunque Ramón Mesonero-Romanos, socio y Responsable de
Desarrollo de Negocio de Ceca Magán Abogados, quiso aportar un matiz: “Yo
hablaría más de ser transversal que de ser generalista”. “Tenemos 40
años, en origen solo éramos laboralistas. Pero hemos tratado de adaptarnos las
necesidades del cliente. Nos dimos cuenta de que las grandes empresas que
teníamos como clientes querían más que derecho laboral: necesitaban fiscal,
exportaciones, etc. Nos dirigíamos a pymes también. Salimos de nuestra zona de
confort, que a veces es complicado. Nos focalizamos en la venta cruzada:
abogados nuestros empezaron a ofrecer otros servicios. Este es el origen de la
transformación de Ceca Magán”, remachó Mesonero-Romanos. “Y el talento,
imprescindible retenerlo y ficharlo. Esa también fue nuestra apuesta durante la
crisis”, aseguró. “De aquí a 10 años los despachos no se van a conocer:
porque se están configurando como empresas de servicios jurídicos”.
La especialización
Casi en el otro extremo, Luís Romero Abogados es uno de los principales
despachos penalistas de España, es decir, focalizado a la especialización en un
campo complicado, el penal. Desde el principio, su fundador y socio director,
Luis Romero, tuvo claro que la tecnología y los motores de búsqueda iban a
ser decisivos para darse a conocer. “Cuando empezamos, me pregunté por qué un
detective se anunciaba y funcionaba pero no había abogados que se anunciasen. En
Sevilla, todavía está mal visto que hagas marketing online”, explicó Luis
Romero. Nada le amedrentó en este sentido y, hoy, es uno de los despachos que
más invierten en posicionarse correctamente en las redes sociales, especialmente
a través de Google. Y funciona: “El 35% de la facturación anual hemos llegado
a invertir en marketing. El 65% de los clientes llegan gracias a esos. Para
estar a la escala que queremos, es necesario”, aseguró Romero. “A pesar
de lo que piensan algunos, un abogado primero es abogado pero si diriges un
bufete con una plantilla también debes ser empresario para hacerlo sostenible.
Desde el principio apliqué las normas de eficiencia de una empresa para
construir el modelo de negocio”.
Pero si hablamos de un modelo basado en inversión publicitaria, Arriaga
Abogados se lleva la palma. “Nuestro modelo de negocio es muy simple:
nacemos hace cuatro años a raíz de todos los problemas que nacen con los bancos
y la generación de reclamaciones. Era una necesidad de ciudadanos que ningún
bufete estaba cubriendo de modo masivo. Por eso necesitábamos invertir mucho en
publicidad: por nuevos y porque vamos dirigidos a toda la ciudadanía que debía
reclamar a los bancos”, explicó Pedro Sevilla, Director de
Marketing y Comunicación de Arriaga Asociados. “Pero nos
encontramos que mucha gente no quería reclamar, por desconocimiento o por
pereza. Cuando Bankia ha decidido devolver a todo el mundo el dinero, no todos
los afectados han reclamado! En parte, hay una idea en el imaginario popular de
que el abogado me va a engañar”. Arriaga se puso manos a la obra ante esta
evidencia y detectó las tres cosas que hacían que los afectados no reclamasen,
algo que modificó su modelo de negocio para solventar esos tres factores: el
coste debe ser conocido; deben entender el lenguaje del abogado; y tener la
certidumbre de que van a ganar la demanda. A eso, Arriaga añade un modelo de
negocio por producto: trabaja nichos de mercado por producto a través de
marketing tradicional.
La tecnología, una aliada
La visión más tecnológica de la jornada la puso Francisco de Lorenzo,
director de Desarrollo de Negocio de Thomson Reuters. De Lorenzo expuso que
“hace 25 que empezamos con lo que llamamos informática jurídica y pocos
podían imaginar lo que cambiaría en estos años”. “Creo que el abogado es
un camaleón, se adapta perfectamente pero haciendo lo mínimo tecnológicamente,
esto es cierto. Pero no se debe tener miedo a la tecnología, es nuestra aliada.
Lo que sí es necesario es determinar quiénes son nuestros clientes y qué
necesidades tienen y, en función de eso, escoger qué tecnología nos sirve mejor”,
remachó De Lorenzo.
De hecho, desde Thomson Reuters han identificado algunas de los objetivos que
tienen la mayoría de bufetes con una cierta proyección. Entre estos objetivos
destaca, claramente, mejorar la eficiencia tecnológica y los procesos a través
de nuevas herramientas.