Las víctimas, la cooperación judicial y la aplicación de la justicia de manera igualitaria centraron el debate sobre Jurisdicción Universal en el que Baltasar Garzón defendió que el avance de este principio en los últimos años se ha debido “al esfuerzo de las víctimas y no de los sistemas judiciales de los países”.
El panel Jurisdicción Universal: de Nuremberg a nuestros días. Debate sobre su aplicación a casos concretos se celebró en sede de Naciones Unidas. Intervinieron, además de Baltasar Garzón, juez y presidente de FIBGAR, Benjamin Ferencz, fiscal de Nuremberg y actualmente presidente de Planethood Foundation y Demba Kandji, juez de la Corte Suprema de Senegal responsable de la orden de arresto contra Hissène Habré. También intervino por videoconferencia la fiscal española de la Audiencia Nacional Dolores Delgado, que habló sobre la aplicación de la Jurisdicción Universal en los casos de terrorismo yihadista. Asistieron más de cien delegados de diferentes misiones permanentes ante la ONU.
El presidente de FIBGAR hizo un breve repaso de la trayectoria del principio de Jurisdicción Universal destacando que la esencia del mismo radica en que las víctimas pasar a ser víctimas universales y que es la acción proactiva de aquéllas la que ha asentado su aplicación.
“En los últimos 18 años se ha levantado mucha polémica y se han despertado muchas reticencias, porque los países en vez de promover la Jurisdicción Universal como instrumento de integración y armonización lo han visto como algo peligroso, como una interferencia dentro de la soberanía de los Estados”, dijo Baltasar Garzón.
El juez hizo un repaso de la situación en España, que ha pasado de ser país pionero en la aplicación de la Jurisdicción Universal a soportar leyes extraordinariamente restrictivas para su aplicación y lo calificó de “claro error de planteamiento, porque debe haber una soberanía compartida para luchar contra los crímenes que afectan a todos, una protección universal de las victimas ante el narcotráfico, el lavado de activos, el terrorismo, la trata de personas, la piratería, la esclavitud… por no hablar de los crímenes de genocidio, lesa humanidad y crímenes de guerra, en los que se produce una protección de los perpetradores frente al desamparo de las víctimas”.
El juez abogó por el avance doctrinal que ha impulsado FIBGAR con la nueva formulación de los principios de Jurisdicción Universal, a los que se han añadido los crímenes económicos y medioambientales, en lo que definió como “punto de inflexión fundamental al definir estas agresiones que afectan transversalmente a una generalidad de países”.
“El principio de Jurisdicción Universal entendido como una concurrencia de jurisdicciones en la fase de investigación es el instrumento más eficaz contra la impunidad, como se ha puesto de manifiesto en crímenes transnacionales. Esa cooperación y concurrencia de jurisdicciones es la que está produciendo resultados, y permiten aplicar la acción de la justicia de forma igualitaria”, terminó el juez.
Y tiene toda la razón… Baltasar Garzón debería ser más escuchado. Todos sabemos por qué no está dondedebería de estar.