Nuevas formas de trabajar

Publicado el martes, 26 mayo 2020

Alicia Muñoz Lombardía, Abogada – Socia de Women in a Legal Word

Alicia Muñoz Lombardía

El covid-19, como suele ocurrir con todas las crisis, ha acelerado procesos en curso como la digitalización y el teletrabajo. La tecnología actual ha sido clave para que, a nivel mundial, haya sido posible el funcionamiento más o menos normal de muchos sectores durante la pandemia algo que, hace solo 5 años, habría sido impensable. De hecho, el poder trabajar o no a distancia ha sido el elemento que ha marcado la continuidad de la actividad.

En una encuesta reciente realizada por el Banco de España a un grupo de empresas, se ha observado que prácticamente el 80% de la muestra ha aumentado el teletrabajo con el fin de tratar que su actividad se resienta lo menos posible en su situación actual. En ese mismo estudio, se pone de manifiesto que el potencial del teletrabajo es considerable y que podría pasar del 8,3% del total de ocupados al 30,6%.

En los próximos meses, veremos que la vuelta al trabajo se realiza con distintas velocidades dependiendo de la situación sanitaria de los países, la naturaleza de la actividad y el grado de digitalización de los sectores público y privado.

Sin embargo, el reto no está solo en mantener esta doble funcionalidad (trabajo presencial y teletrabajo) de manera estructural al margen de circunstancias excepcionales, sino abordar, de la mano de los avances realizados, un desafío cultural y social mucho más ambicioso, implantando una nueva forma de trabajar que se alinee y favorezca la transformación de la economía y del tejido productivo como palancas para la recuperación de la crisis.

Desde la Comisión Europea, gobiernos nacionales y la sociedad civil se esta abogando por una estrategia para la reconstrucción que promueva un crecimiento inclusivo y sostenible y, para ello, no solo harán falta medidas económicas sino que también habrá que continuar impulsando una cultura empresarial y organizativa y un modelo de liderazgo que se oriente hacia la dirección por objetivos, con criterios de eficiencia y productividad, a la consecución del propósito de la compañía y a la creación de valor para la sociedad.

Si queremos acometer esta nueva estrategia empresarial es necesario generar un entorno colaborativo y promover la comunicación, más aún cuando parte del equipo trabaje a distancia y otra parte en la oficina y facilitar espacios de intercambio de experiencias y opiniones para impulsar la creatividad y la suma de fortalezas y, en definitiva, la eficiencia y productividad.

El confinamiento y la falta de contacto físico ha puesto de manifiesto, más aún si cabe, la necesidad de que los líderes empresariales se muestren más cercanos y empáticos y pongan a las personas (clientes y empleados) en el centro de su gestión, favoreciendo un mayor compromiso en las organizaciones y confianza en la sociedad.

El momento es idóneo, además, para implantar nuevas metodologías de trabajo ágiles y equipos diversos y de alto rendimiento, dotando de mayor flexibilidad al desempeño laboral, la asunción de mayor responsabilidad y autosuficiencia por parte de los trabajadores y la aplicación de criterios de eficiencia.

El impulso de la digitalización, la transformación organizativa y el teletrabajo y sus efectos positivos como la preservación del medio ambiente y la inclusión social de trabajadores con movilidad reducida, constituyen un potente motor de atracción de talento de millennials y seniors y, como no, de perfiles digitales tan demandados en el mercado sin que su localización sea un obstáculo, contribuyendo además a paliar el efecto de la España vaciada y a reducir la rotación de plantillas.

Para favorecer la conciliación en estos meses, la normativa dictada se ha apoyado, entre otras medidas, en el teletrabajo pero las encuestas apuntan a que debe ir acompañado con la corresponsabilidad ya que las mujeres han seguido asumiendo en gran medida el peso de las tareas de cuidado de los hijos menores y de la casa.

Estos avances no deben hacernos olvidar que la tecnología debe estar al servicio de las personas y, aunque en Hamlet se dijera que las cosas buenas se crean en un lugar entre el método y la locura, tras los zooms que se enlazaban y los horarios interminables, es preciso recordar el derecho de los trabajadores a la desconexión digital y promover un uso razonable de las herramientas tecnológicas que eviten el riesgo de fatiga informática.

La formación en competencias digitales y STEM y el desarrollo de programas específicos, sobre todo para los trabajadores menos cualificados, no solo es un elemento crítico para la creación de empleo y la competitividad de nuestras empresas, sino que servirá también de catalizador para la transformación de sus estructuras organizativas y su manera de trabajar.

Debemos abordar el conjunto: tecnología, teletrabajo, flexibilidad, adaptabilidad, cambio, sostenibilidad ambiental, reducción de costes de espacios y nuevos modelos de trabajo que nos ayuden a conciliar la vida profesional con la familiar y personal y, a tal fin, desde Women in a Legal Word y 50&50GL hemos lanzado una declaración con 12 compromisos y 12 causas para la era post-covid a la que se pueden adherir empresas y organizaciones.

Sobre el autor
Redacción

La redacción de Lawyerpress NOTICIAS la componen periodistas de reconocido prestigio y experiencia profesional. Encabezado por Hans A. Böck como Editor y codirigido por Núria Ribas. Nos puede contactar en redaccion@lawyerpress.com y seguirnos en Twitter en @newsjuridicas

Comenta el articulo