Claves para gestionar el fracaso y la frustración

Publicado el lunes, 24 enero 2022

Carlos R. Adeva, psicólogo

gestionar el fracaso y la frustración

Los primeros días del año es una época muy favorable para pensar en nuestros objetivos cumplidos o no. Si lo hemos alcanzado no habrá problemas, pero ¿Qué ocurre si no los hemos alcanzado? ¿Cómo gestionamos el fracaso y la frustración que nos supone?

En primer lugar, me gustaría incidir en la idea de saber manejar los términos medios, ser capaces de evitar la radicalidad y conceptos como el “Todo o Nada” que tanto daño nos hacen. Estoy convencido que cuando luchamos por alcanzar un objetivo y no lo hemos alcanzado por el camino nos habremos acercado, seguro que hemos aprendido y adquirido conocimientos y experiencias, pero sobre todo estaremos más preparados para conseguirlo en un futuro si somos capaces de mantener la motivación por alcanzarlo y no nos dejamos invadir por la sensación de fracaso y la tendencia al abandono.

Carlos R. Adeva, Responsable de estrategias, comunicación interna y organizaciones de Lawyerpress / STRONG element.

Como en otras columnas que he escrito en esta sección vamos a hacer referencia a los rasgos de personalidad, en este caso aquellos que dificultan la gestión del fracaso y provocan la sensación de frustración. Rasgos como el perfeccionismo, el nivel de autoexigencia disparado, la radicalidad, el exceso de responsabilidad, son aspectos que definen una personalidad que claramente influirán en la inadecuada gestión del fracaso. Existen otro conjunto de rasgos que van asociados a personalidades inseguras, con poca tolerancia al fracaso, en este caso los individuos personalizan en exceso el fracaso,  generalizándolo al resto de sus áreas vitales, generando sentimientos de incapacidad e incluso de culpa que sin duda favorecerán próximas evitaciones, como he mencionado,  no solo las relacionadas con el objetivo no logrado sino con cualquier otro objetivo que pudiera haber establecido y en casos extremos afectando a su desempeño diario.

Después de esta descripción de los factores vinculados a la incapacidad de gestionar el fracaso es el momento de pensar en las claves para afrontar el fracaso de una manera adecuada. En primer lugar y para mi lo más importante, el objetivo debe ser realista, este aspecto genera mucha polémica porque en ocasiones lo confundimos con conformarnos, no se trata de conformarse, se trata de establecer un objetivo, pero no calificarlo en términos absolutos sino centrarse en mejorar y crecer en ese aspecto, aunque no lleguemos a conseguir el ideal. Un ejemplo deportivo que en mi opinión ilustra el concepto al que quiero referirme: ¿si un futbolista entrena 12 horas al día puede llegar a convertirse en Leo Messi? claramente no, pero sin duda mejorará enormemente pudiendo llegar a convertirse en un magnifico futbolista. Aquí entramos en la polémica entre Talento, esfuerzo y rendimiento, asunto que trataré en mi próxima columna.

Ahora mejor centrarse en definir aquellos aspectos que nos ayudan a afrontar los retos pensando y actuando de una manera más adecuada y eficaz.

  • Define un objetivo realista, céntrate y desarrolla el concepto de mejora continua que lucha por vencer y sustituir al concepto de todo o nada. Define numerosos objetivos intermedios que nos llevarán finalmente a conseguir el objetivo deseado, cuantos más mejor, estos objetivos intermedios generan seguridad y autoestima a medida que los conseguimos.
  • Ten seguridad en la decisión, pero se flexible en el proceso, en numerosas ocasiones nos obcecamos y mantenemos en una estrategia equivocada o que se ha mostrado ineficaz para conseguir el objetivo, ten claro que hay mil caminos diferentes y que podemos redefinir la estrategia sin que ello resulte un fracaso.
  • Analiza y define bien las estrategias y herramientas que favorecerán la consecución del objetivo, de esta manera nos centramos en el proceso y no tanto en la obsesión permanente por el resultado final. Este aspecto es de vital importancia y puede definir el éxito en el logro del objetivo.
  • Busca el apoyo de las personas que te rodean, luchar en equipo siempre es más fácil, ellos también te pueden ayudar a establecer estrategias y a establecer el objetivo y las fases intermedias de una manera más objetiva. En este sentido huye de las personas, toxicas, negativas y obsesivas que finalmente suponen una mochila demasiado pesada.
  • Céntrate en ti mismo y no establezcas comparaciones con los demás, cada uno lleva su ritmo y su camino.
  • Elimina afirmaciones y auto diálogos que comienzan por  “ ….debería…   “…y si….” Preocúpate de lo que puedes controlar.

consultaY a continuación unas preguntas que pueden ayudarte a analizar tu fracaso de una manera más adecuada:

¿Es un fracaso o creaste unas expectativas poco realistas?

¿Es una cuestión de capacidad intelectual o de déficit de conocimiento?

¿Es una autoexigencia basada en los principios del “debería”?

¿Puedo dividir el fracaso en fases y objetivos menos ambiciosos pero que me acerquen al objetivo final?

¿Puedo tomar decisiones que minimicen las consecuencias del fracaso?

Idea fuerza: “Fracasar es sinónimo de actuar, de intentarlo, céntrate en el proceso, en el día a día y ten la seguridad que avanzando se alcanzará el objetivo. Disfruta del camino, de los aprendizajes, de las experiencias y genera la seguridad que en ese camino te estas convirtiendo en una persona mejor”.

Sobre el autor
Redacción

La redacción de Lawyerpress NOTICIAS la componen periodistas de reconocido prestigio y experiencia profesional. Encabezado por Hans A. Böck como Editor y codirigido por Núria Ribas. Nos puede contactar en redaccion@lawyerpress.com y seguirnos en Twitter en @newsjuridicas

2 Comentarios sobre este articulo. Comenta tu primero.

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    Marisa Alvarez Puerto 27 enero, 2022 a las 17:23 - Reply

    Gracias a Carlos Adeva por tan práctico y útil artículo que me ha gustado mucho leer ahora mismo. Saludo y gracias de nuevo

  2. Avatar
    ANA 10 febrero, 2022 a las 08:16 - Reply

    Gracias, Carlos, resulta de mucha ayuda para las personas que no gestionamos bien el fracaso.

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