Como cada año, la celebración del Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para que hagamos una reflexión sobre la aspiración de alcanzar esa igualdad real entre los géneros tan deseada por todos.
Es evidente que en los últimos años hemos avanzado mucho y que quedan muy atrás esas épocas en las que las mujeres necesitaban la autorización de su marido o de su padre para abrir una cuenta corriente. Eran costumbres tan injustas y vejatorias que, afortunadamente, han quedado superadas y enterradas para siempre.
Y ese avance hacia la igualdad se va notando en el entorno empresarial y, por supuesto, en el sector jurídico: las mujeres ya somos mayoría en muchos despachos, en los colegios de la abogacía, en la judicatura y en otras muchas áreas de nuestra profesión. A pesar de ello, la mayor parte de los 83 colegios de abogados de España están actualmente presididos por hombres.
Y aún tenemos otras asignaturas pendientes: el porcentaje de socias en los grandes despachos de abogados está todavía por debajo del 25%, aunque es una proporción que va subiendo poco a poco.
En nuestra firma, por ejemplo, la presencia femenina va ganando cuota: tres mujeres han adquirido la condición de socia en los últimos años y el 73% de las incorporaciones a la plantilla en los últimos siete años ha sido femenina. De hecho, ese mismo porcentaje es el número de mujeres que actualmente tenemos en plantilla. Por otro lado, de nuestros titulados de grado superior, el 53,33 % son mujeres.
Y sigue siendo muy llamativo el escaso número de bufetes dirigidos por una mujer, aunque no es el caso de ELZABURU, en el que desde hace más de un año tenemos a Mabel Klimt dirigiendo el despacho líder en propiedad intelectual de nuestro país.
Aún así, son muy pocos los grandes despachos en los que, como el nuestro, es una mujer la que ocupa el cargo de socia directora y este es un “techo de cristal” que está costando romper. ¿Cuáles pueden ser los motivos? Probablemente una de las principales causas pueda ser la maternidad y para superar esta desventaja es importante que introduzcamos medidas que favorezcan la conciliación.
El plan de igualdad del Consejo General de la Abogacía Española fija entre sus objetivos la eliminación de los desequilibrios en el acceso y participación de hombres y mujeres en las organizaciones, asegurar la igualdad en los procesos de selección, favorecer la conciliación, evitar el acoso sexual y reducir la brecha salarial, que actualmente se estima que está en el entorno del 20%.
En nuestro caso hemos introducido todas las medidas tendentes a fomentar la igualdad: las retribuciones son similares entre hombres y mujeres en los mismos puestos y las diferencias están en función de la responsabilidad y no del sexo. Hay absoluta igualdad de oportunidades en los procesos de selección y cada vez tenemos más equipos y departamentos liderados por mujeres.
Nuestra estrategia de recursos humanos se basa en promover la motivación de nuestro equipo y en facilitar oportunidades de desarrollo profesional a través de un Plan de Carrera que proporciona formación continua con el objetivo de atraer y retener el talento.
En ELZABURU somos conscientes de que, como empresa de servicios, el equipo humano es el más valioso de nuestros activos y por eso hemos desarrollado un programa para fidelizar y motivar a las 157 personas que componen actualmente nuestra plantilla. Dentro de este plan hay también un Programa de Alimentación Saludable y un servicio de fisioterapia para velar por el bienestar físico y emocional de los miembros de la organización.
También hemos establecido políticas que permiten la conciliación laboral y personal, especialmente para las mujeres que tienen que combinar la maternidad con el desarrollo de su profesión. Hemos implantado una organización flexible del trabajo con medidas que permiten la racionalización de horarios conforme a las circunstancias de cada uno, como pueden ser la maternidad o paternidad, atención a familiares, cuidado de menores, etc.
En definitiva, la celebración del Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para reflexionar sobre cómo podemos seguir mejorando en esa igualdad por la que llevamos tanto tiempo trabajando. Debemos seguir buscando soluciones imaginativas para romper ese techo de cristal y que la maternidad no tenga por qué frenar la carrera profesional de la mujer. Es tiempo de defender los avances que con tanto esfuerzo se han ido conquistando. La igualdad es un reto de todos y de todas y aún hay mucho por hacer.